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 > Año 13 / Número 137 / Marzo 2014 / ISSN 2346-9080 > REVISTA DIGITAL
 

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Política de las ciudades

La calle y su propiedad

¿Quién hace la calle, quién la usa, para qué sirve? I Por Jordi Borja 

¿De quién es la calle? ¿Quién hace la calle, quién la usa, para qué sirve? Un Ministro del Interior español ante un anuncio de manifestaciones aulló “la calle es mía” (el ministro era Fraga Iribarne, el fundador del PP, el partido de la derecha española; ocurrió en 1976 cuando se inició la “transición hacia la democracia”) y reprimió violentamente a una concentración pacífica. La respuesta fue que al domingo siguiente la ciudadanía de las principales ciudades españolas ocupó las calles para afirmar que “la calle es nuestra, es de todos”.

¿Qué es un puente? se preguntaba Julio Cortázar? Una persona caminando por un puente. La calle solo realiza su “ser calle” en la medida que es usada por la gente. La calle es a la vez una realidad concreta y una metáfora de la ciudad. La ciudad concebida como espacio público, ámbito de la ciudadanía, dónde ésta se expresa como colectividad humana. La ciudad es “la gente en la calle.

El poder político, sea cual sea, teme a la gente en la calle. Su vocación es el “control”. En unos casos de una manera explícita, amenazadora, violenta, propia de los gobiernos autoritarios (en tiempos del franquismo en España cualquier un grupo de más de tres personas podía ser disuelto por las fuerzas policiales; la revista Ejército publicó en 1972 una serie de artículos sobre Urbanismo y seguridad en que  proponía concentrar a los sectores populares en guetos separados de la ciudad formal y que fueran fácilmente controlados y ocupados por las “fuerzas del orden”). En otros casos de forma indirecta, priorizando la circulación, el diseño de espacios públicos que no permitan las concentraciones (por ejemplo mediante zonas ajardinadas), permisividad ante la privatización de las calles por parte de los propietarios u ocupantes de los inmuebles adyacentes, supresión de elementos de mobiliario urbano que permiten la convivencia y el dialogo entre personas (por ejemplo los bancos), etc. Lo cual se completa con normativas de carácter represivo en aquéllas zonas más sensibles para el poder político. La gente en la calle es un potencial contrapoder. El Zócalo de Ciudad de México, la plaza emblemática que simboliza el alzamiento por la independencia, fue hasta los años ´90 el espacio del poder establecido en el que estaban prohibidas las concentraciones ciudadanas. El diseño urbano en muchos casos tiene en cuenta esta voluntad represiva sobre la ciudadanía. Un caso muy evidente es el plan de Haussmann para el Paris  de la segunda mitad del siglo XIX: las grandes avenidas facilitaban el uso de los carros militares y hacían poco eficaces las barricadas.

El espacio público es objeto de interés por parte de los intereses económicos. No nos referimos ahora al uso de la calle para actividades privadas lucrativas: terrazas, ambulantaje,  publicidad,  etc. Se trata de usos que si son limitados pueden ser compatibles con las diversas formas de utilizar el espacio público. Nos referimos al interés de los inversores y especuladores urbanos que pretenden apropiarse de espacios de vocación pública para aumentar un suelo valorizado, la supresión de aquello que consideran desvalorización del entorno (como la presencia de población de ingresos bajos o de colectivos sociales que no complacen a los sectores altos) o la privatización de facto de espacios públicos reservados a los propietarios del entorno construido. Uno de los argumentos que “legitiman” estas operaciones es la “ideología del miedo”, la obsesión securitaria, que justifica eliminar la presencia pública de las “clases peligrosas”, como los jóvenes, los inmigrantes o los pobres (un clásico sobre este tema  es la obra del historiador social Louis Chevalier “Clases trabajadoras, clases peligrosas”, Paris, 1958).

 

En España se han multiplicado recientemente las ocupaciones del espacio público como expresión de malestar social y la protesta contra las políticas gubernamentales. Los  “trenes de la libertad” que salieron de las principales ciudades españolas llevaron a Madrid decenas de miles de mujeres (principalmente) que junto con la ciudadanía madrileña ocuparon el sábado 1º de febrero todo el centro de la capital. Unos días antes la “marea blanca” de los trabajadores de la sanidad que habían multiplicado su presencia en las calles consiguieron que el gobierno hiciera marcha atrás en su intento de privatizar los hospitales públicos. Y recientemente en Burgos los habitantes de un barrio periférico, Gamonal, ocuparon la calle principal que les comunicaba con la ciudad. En este caso la motivación popular parece contradecir la argumentación anterior sobre el espacio público como ámbito de convivencia y cohesión de la ciudadanía. Aparentemente el proyecto municipal suponía una mejora de la calidad de vida de la población residente pues creaba un espacio pacífico y convivencial. Se convirtió en un espacio de confrontación. Es también una forma de cohesión social.

La calle-carretera se substituía por un bulevar ajardinado según un proyecto de unos arquitectos considerados de la “elite divina”. Herzog y De Meuron. Autores de proyectos exitosos y costosos como la Tate Modern Gallery de Londres y el Estadio Nacional de Pekín para los Juegos Olímpicos  así como del fracasado Edificio Fórum de Barcelona, enorme caja azul destinada a grandes eventos y más propia para una megadiscoteca de los años ´60.  Una de sus obras más recientes es El Punto, Mega Centro Comunitario-Religioso en Ciudad Juárez. El Gamonal es un barrio con altas cifras de desocupación, con desahucios, equipamientos escasos y viviendas de baja calidad. El proyecto del alcalde no era para ellos. No solamente tenían otras urgencias. Eran conscientes que los beneficiados serían otros. Una operación ostentosa y despilfarradora de los gobernantes, una revalorización del entorno sobre el que se intervenía que generaba plusvalías privadas, unas más que probables comisiones de unos y otros. No se había contado con ellos, el alcalde les demostró su desinterés y menosprecio. Ocuparon la calle, fueron reprimidos violentamente, decenas de detenidos, resistieron y vencieron.

 

El caso del Gamonal es una muestra de que no basta con la calle. La calle se conquista como instrumento para otras conquistas y como bien necesario para la calidad de vida. En la ciudad todo es interdependiente. El espacio público cualificado produce un entorno  de bienes y servicios para la población, pero solamente si se tienen medios para usarlo, trabajo, ingresos suficientes, vivienda y  transportes. Hace 20 años estuve en Porto Alegre con el que era su “prefeito” (alcalde), Tarso Genro, promotor del presupuesto participativo y el Foro Social (posteriormente fue ministro destacado de Lula y actualmente es gobernador de Rio Grande do Sul; ha escrito diversas obras políticas y literarias, algunas traducidas al castellano). Entonces comenté la importancia del espacio público como factor de conexión y visibilidad del barrio marginal en el que estábamos desde la ciudad formal, y generador de bienestar colectivo. Pero él mostró su acuerdo y añadió: “ciertamente el espacio público es necesario, pero primero hay que garantizar un ingreso básico, trabajo, vivienda, agua, lo más indispensable”.

JB (3/2/14)

 

El autor es geógrafo y urbanista. Actualmente dirige el Master en Gestión de la Ciudad en la UOC. Entre 1983 y 1995 formó parte del Gobierno de la ciudad de Barcelona como Teniente de Alcalde, responsable de descentralización y participación, director ejecutivo del área metropolitana, delegado de Relaciones Internacionales y presidente de la ponencia redactora del proyecto de ley especial para la ciudad. Es autor, además, de los libros Global y Local (con Manuel Castells), Espacio público, ciudad y ciudadanía, La ciudad conquistadaLuces y sombras del urbanismo de Barcelona y Ciudades, una ecuación imposible (con Mireia Belil y Marcelo Corti), estos dos últimos editados en Argentina por café de las ciudades. Recientemente se presentó su nuevo libro Revolución urbana y derechos ciudadanos (Alianza Editorial, Madrid, 2013).

 

De su autoría o sobre su trabajo, ver también entre otras notas en café de las ciudades:

Número 2 | Tendencias 
Jordi Borja: La Ciudad Conquistada | "La ciudad es el desafío a los dioses, la torre de Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia". | Jordi Borja |

Número 15 | Política 
"Tendencia no es destino" | Ciudadanía global e innovación en La Ciudad Conquistada, de Jordi Borja. | Marcelo Corti |

Número 21 | Política 
Barcelona y su urbanismo | Exitos pasados, desafíos presentes, oportunidades futuras. | Jordi Borja

Número 31 | Tendencias 
La Revolución Urbana (I) | Las ciudades ante la globalización: entre la sumisión y la resistencia. | Por Jordi Borja

Número 32 | Tendencias 
La Revolución Urbana (II) | De un urbanismo de oferta a un urbanismo de demanda: oportunidades, peligros y abusos. | Jordi Borja

Número 38 | Política de las ciudades (I) 
"El circulo vicioso de la marginación" | Jordi Borja y la violencia en el banlieue de París. | Jordi Borja

Número 42 | Política de las ciudades (I) 
Espacio público, condición de la ciudad democrática | La creación de un lugar de intercambio. | Jordi Borja

Número 64 | Política de las ciudades (I) 
La izquierda errante en busca de la ciudad futura | Un lugar de encuentros múltiples entre gentes diferentes | Jordi Borja

Número 81 | Cultura de las ciudades (I) 
François Ascher | Pensamiento crítico y acción en la sociedad hipermoderna | Jordi Borja

Número 87 | Política de las Ciudades (I) 
Siete líneas para la reflexión y la acción | Después de la “burbuja” inmobiliaria en Barcelona | Jordi Borja

Número 104 | Política de las Ciudades (I) 
Carta desde Barcelona: elecciones y campamentos en las plazas | Los Indignados y la construcción colectiva de una acción política | Jordi Borja

 Número 108 I Urbanidad contemporánea
Ciudades del mañana I Derecho a la ciudad y democracia real I Por Jordi Borja

Número 115 I Política de las ciudades (I)
¡Devuélvannos lo que es de ustedes! I Repsol y la expropiación de YPF en Argentina I Por Jordi Borja 

Número 120 | Política de las ciudades (I) 
Cómo hacer de la ciudad una ecuación posible | Las visiones de David Harvey y Jordi Borja sobre el derecho a la ciudad | Beatriz Cuenya

Número 120 | POSICiones cordobesas 
Algunas reflexiones después de la visita de Jordi Borja | Cómo producir ciudad en el nuevo contexto | Carola Inés Posic

            Número 133-134 I Urbanidad contemporánea
   Ciudades inteligentes o cursilería interesada I ¿Hubo alguna vez ciudades tontas? I Por Jordi Borja

 

Sobre la calle y sus virtudes, ver también entre otras notas en café de las ciudades:

Número 88 | Movilidad de las ciudades 
Ganar la calle, aquí y allá | Una visión integral del transporte urbano y la ciudad que genera: los libros de Manuel Herce y Andrés Borthagaray |Marcelo Corti

Número 14 | La mirada del flanneur 
El placer de vagabundear | "Los extraordinarios encuentros de la calle". | Roberto Arlt

 

Sobre la ocupación política de la calle en España, ver también en café de las ciudades:

Número 104 | Política de las Ciudades (I) 
Carta desde Barcelona: elecciones y campamentos en las plazas | Los Indignados y la construcción colectiva de una acción política | Jordi Borja

Número 104 | Política de las ciudades (II)
El Estado del Sol | 15 M: la rebelión de los indignados | Fernando Carrión Mena

 

La calle es nuestra, de todos: esta frase fue el título de una exposición celebrada en Paris (2007) y promovida por el Instituto de la Ciudad en Movimiento. En los años siguientes, adaptada al entorno, recorrió diversas capitales europeas, chinas y latinoamericanas. Reproducimos un fragmento de su catálogo para Buenos Aires:

“¿Cómo compartir la calle? Ahí circulamos, vivimos, trabajamos, nos exponemos y manifestamos, a veces uno se choca contra otro, las prácticas son innumerables y hacen de la calle un espacio de conflictos y de encuentros, el peor y mejor lugar. Y en todas las ciudades del mundo, las mismas preguntas: ¿Para quién sirve la calle? ¿A quién pertenece? ¿Quién decide, controla, vigila? ¿Cómo conciliar todas las velocidades, todos los modos de desplazamiento, las necesidades de los habitantes, de los transeúntes y de los comerciantes? ¿Cómo hacerla legible, fluida? ¿Hasta dónde la publicidad, los negocios, la libertad de expresión y el arte pueden expresarse, incluso apoderarse de ella?
La exposición es un espacio de creación, modernidad e innovación, que presenta a la calle en torno a sus múltiples problemáticas, destinada a sensibilizar a todos sus protagonistas. Explora las calles de los cinco continentes, a través de un espectáculo audiovisual inmersivo, testimonios, ilustraciones, proyectos de arquitectura y el urbanismo, y más de una centena de fotografías nacidas de las agencias internacionales más grandes de prensa.
- La batalla de la calle
El aumento de las movilidades urbanas, la mayor demanda en espacios públicos, la multiplicación de las velocidades de desplazamiento y los modos de transporte hacen que las relaciones en la calle son más difíciles y a veces conflictivas.
- Inventar nuevas soluciones
Para administrar lo mejor posible estos conflictos, de paso, acceso o vecindad, es necesario separar las funciones y especializarse en los espacios. Pero otras soluciones son posibles, las que reúnen más y dividen menos, que articulan las distintas escalas más bien que los autonomizan, que contemplan la coexistencia más bien que las separaciones, que reconcilian las distintas velocidades más bien que los jerarquizan...
- Encontrar y negociar compromisos
Estas nuevas soluciones no sólo están incluidas en la técnica, sino también suponen que lo que está en juego esté discutido, que los intereses de los distintos protagonistas y usuarios estén tenidos en cuenta. Es decir implican y requieren una verdadera gobernanza de la calle. 
- Actuar con pleno conocimiento de causa
La exposición, por la presentación de experiencias múltiples, de distintos casos, desde puntos de vista contradictorios, permite reflexionar sobre las nuevas maneras de compartir la calle, sabiendo que nunca hay una única buena solución, más bien hay varias soluciones que corresponden a situaciones y contextos culturales, medioambientales, sociales, económicos, políticos e históricos específicos y locales.
- Reflexionar sobre el futuro de la calle
Esta exposición está destinada tanto a los responsables que conciben, arreglan o administran la calle, como a sus usuarios y todos los que quieren implicarse en su futuro. Esta destinada también a todo enamorado de la ciudad y del urbano. 
- Una parte local 
La exposición fue creada con la idea de hacerla viajar a distintas ciudades del mundo. Su primer paso fue Paris, el año pasado, y es presentada ahora en China. Llega en julio a América Latina, primero a Buenos Aires, antes de irse a Santiago de Chile, Bogotá y Río de Janeiro. Por lo tanto, en cada ciudad se muestra una parte local, sobre las problemáticas específicas a la ciudad de recepción. Estas visiones locales serán las bases para una publicación sobre las calles de América Latina.
- Todo un programa
Porque la calle es nuestra... de todos, un programa de eventos artísticos y científicos retransmite la exposición en Buenos Aires para hacernos descubrir las calles de la  moda, de la literatura, del arte, del cine, de las redes, o de la realidad virtual. Estos eventos se desarrollan en distintos lugares porteños: institutos culturales, auditorios, calles porteñas,… que proponen debates, talleres, conferencias, exposiciones y publicaciones. Al diversificar las miradas y las opiniones, se trata de ver hasta qué punto la calle hoy es el espacio de la creación, la modernidad y la innovación” (Andrés Borthagaray).

Ver también en café de las ciudades:

Número 44 I Tendencias 
El movimiento en el corazón de la modernidad I La urbanidad latente en los espacios del desplazamiento. I François Ascher  Traducción: Andrés Borthagaray

Lugares
Fragmentos de Japón
La lógica de los layers urbanos I Por Demián Rotbart

La ausencia de envoltorios de mochi, colillas de cigarrillo o boletos de tren resulta sorprendente ante otra ausencia; en Tokio no hay tachos de basura, a excepción de unos contenedores para tirar latas y botellas, maridados con las máquinas expendedoras de bebidas –omnipresentes en las calles de Japón–, pero que no invitan a empujar una cáscara de banana por los escasos centímetros de sus bocas circulares. Esta aparente fobia por los tachos se inició luego de los atentados en la red de subte en 1995, cuando entre las medidas adoptadas por el gobierno se retiraron los cestos de lugares públicos, a pesar de que no habían sido usados en el atentado. Frente a la ausencia total de tachos públicos, en los comercios, hoteles y viviendas el sistema de residuos roza lo agobiante. Leyes sobre reciclaje y manuales de uso interminables configuran un sistema que –aunque varía entre municipios– se basa en cinco tachos separados para papel, envases de PET, vidrio y aluminio (a veces metal), incinerables y no incinerables.

Territorio de las ciudades
La sección del valle desde las colinas hasta el mar
“Nuestras regiones y comunidades con todas sus particularidades de lugar, trabajo y gente” I Por Patrick Geddes

Recurramos a una muy evidente interpretación agrícola. Pensemos en nuestros antepasados en los días pasados de la colonización de América o Europa. Cada uno guía su propio arado a través de su propia tierra, sin colaboración alguna. Cada cual puede silbar esa vieja tonada “I care for nobody, not I; and nobody cares for me” (no me importa nadie, excepto yo mismo; y a nadie le importo yo). Cada uno, para decirlo en pocas palabras, ‘se ocupa de sus asuntos’ y deja que los demás se las arreglen por su cuenta. Esta es la civilización del cultivo del maíz. La tierra es arada y sembrada por el mismo hombre que siega la cosecha. Las mujeres y los niños sólo son ayudantes accesorios durante la cosecha. Aquí, pues, en el cultivo de los cereales en Occidente, desde la antigua Roma hasta la América contemporánea, tenemos el factor fundamental de nuestra moderna concepción occidental de la individualidad y la independencia. Pero si somos orientales y lo que cultivamos es arroz, la situación es muy diferente.

POSICiones cordobesas
Paseo del Buen Pastor
El vacío apropiado en Nueva Córdoba I Por Marcelo Corti

En una ciudad que ha sufrido en los últimos años una continua enajenación de su suelo estatal, el programa público elegido para el Buen Pastor resulta una especie de milagro, al que muy posiblemente explica la necesidad de tomar distancia de un emblemático hecho de corrupción de la década del ´90, cuando un diputado provincial intentó venderle la cárcel a un millonario alemán para que construyera un casino… Un programa público y un vacío oportuno en el tejido urbano más denso  de Córdoba sostienen así  uno de los espacios más usados, apropiados y vibrantes de la ciudad; un espacio que hasta puede soportar el kitsch de las aguas danzantes que en diversas horas del día celebran la música de Queen y otros hits de todos los tiempos. Se ha criticado al Buen Pastor por la destrucción de buena parte del edificio de la antigua cárcel; sin embargo, la misma Marina Waisman sostuvo en su momento, muchos años antes de la operación, que solo la capilla mantenida por el proyecto tenía algún valor patrimonial. A cambio, la intervención genera sitios convocantes, donde un mínimo mobiliario urbano pero, especialmente, la fuerza de ese vacío permiten la conformación de un espacio representativo.

La mirada del flâneur

Escritos fronterizos (II)
Experiencias y experimentos pre-porteños I Por Carmelo Ricot

El mal que aqueja a la Argentina es su derecha. Solitaria ocupante del espectro ideológico, en sus múltiples versiones la fuerza que pregona la reivindicación de los privilegios y  la profundización de las relaciones de poder existentes tiene dominado el debate sobre cuanto tema o circunstancia se establezca en nuestra sociedad. Si por cortas etapas del devenir histórico ha quedado acorralada en sus propias mentiras y en los recurrentes fracasos a los que ha arrastrado al país, su capacidad de regeneración le permite, como al poeta niño de Baudelaire, nutrirse de las mismas escupidas que recibe en repudio a sus calamidades, de las mismas heces con que ahoga a un pueblo humillado por sus desatinos ("en todo lo que come, y en todo lo que bebe, vuelve a encontrar el néctar bermejo y la ambrosía"). Sin otro prejuicio que el de su propia perpetuación, la derecha argentina no escatimará contradicciones, mentiras ni felonías en su afán de reacomodar los ires y venires de la política a los intereses parasitarios de los sectores que acumulan la riqueza de la sociedad (una riqueza, quede esto claro, que no generan ni estimulan).

Cultura, Política y Economía de las ciudades
El lobo cordubensis
Breakiiiing bad I Por Marcelo Corti

Más allá de la obvia connotación política y de las limitaciones que tiene cualquier pretencioso psicoanálisis de entrecasa y desde el Sur a un colectivo de centenares de millones de personas del país más poderoso de mundo con el solo recurso de un par de películas y una serie, es bastante evidente que en ellas resulta un factor común la subyacente y culpable fascinación del espectador  ante dos maneras similares de ganar dinero en grandes cantidades y por fuera de la ética del trabajo que desde Weber suponemos propia del capitalismo: el narcotráfico y la especulación en la Bolsa (la especulación fraudulenta, suponiendo que haya otra que no lo sea). La citada identidad estructural de las tres películas de Scorsese podrían leerse como una sutil identificación entre negocios mafiosos y negocios bursátiles. Tanto en Buenos Muchachos como en Casino y en El lobo…, la película es narrada en off (o en brechtianos parlamentos a la cámara de Jordan Belfort, el lobo) por sus protagonistas, buenos alumnos de expertos docentes que van ascendiendo en su carrera hasta llegar a una cima de la que son desalojados por excesos propios o ajenos.

Terquedades
Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Columna a cargo de Mario L. Tercco

En este número: Terquedad recurrente de las ocupaciones

 

Fábio Duarte sobre los rolezinhos y el modelo de desarrollo brasileño, y un Comunicado sobre la reconstrucción post-terremoto en Chile.

 

Encuentros, Jornadas, Seminarios, Congresos: Teorías Urbanas Contemporáneas, en la UBA - Ciudades Vivibles, en Guadalajara - Proyecto, Participación y Habitar, Seminario en FADU-UBA - Megaeventos, en Rio de Janeiro y Niteroi - VIII Encuentro Argentino de Transporte Fluvial, en Rosario - Visita técnica a Freiburg - VI Encuentro de Docentes e Investigadores en Historia del Diseño, la Arquitectura y la Ciudad, en La Plata - 51° Congreso Mundial de la IFLA, en Buenos Aires - UPE11- Conducir las transformaciones urbanas, en La Plata - IX Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, en Rosario - Congreso Latinoamericano de Transporte Público y Urbano, en Rosario Convocatorias y Concursos: Critical Housing Analysis - City to City Barcelona FAD Award 2014 - Concurso Buenas Prácticas Dubai - Concursos Holcim de construcción sostenible - riURB, nuevo número y seminario - Convocatoria de artículos para Arquisur - Convocatoria Revista Apuntes, Patrimonio Arqueológico Cursos y programas académicos: Master en Gestión de la Ciudad - Maestría en Planificación Urbana-Regional, en la UBA - ITEMCIUDAD, Capacitación en Planificación Urbano Territorial en Municipios - Diplomatura en Catastro aplicado al Desarrollo Urbano, en Córdoba - Maestría en Economía Urbana en la Di Tella - Taller Libre de Proyecto Social, en la FADU-UBA - Licenciatura en gestión de negocios inmobiliarios y proyectos de desarrollo urbano, en la UMET - Especialización en Política y Planificación del Transporte Instituto del Transporte – UNSAM Exposiciones y muestras: Con o Sin Techo, exposición itinerante - Otto Karvonen; jaulas para inmigrantes en Madrid - Justo delante de nosotros. Otras cartografías del Rif, en el MACBA - Esther Pizarro. Un Jardín Japonés, Topografías Del Vacío en Madrid - Nueva York, Fukushima y Australia por Wenders, fotos en Lleida Noticias y publicaciones: Seguridad de la Tenencia, por Raquel Rolnik - Interconexión de los Sistemas Eléctricos en Chile - Documentos Académicos de Arquitectura - Subdivisiones zombies en Land Lines - Espacio público, urbanismo y movilidad, 4 conferencias en la Web de FIU - Transbordering Latin Americas. Liminal Places, Cultures, and Powers (T)Here - Evolución de los Servicios Públicos de Transporte de Pasajeros por Ómnibus en la Argentina - De California a La Pampa, por Molina y Vedia - Zona Urbana, ciudad en formato de radio - Grandes Projetos Urbanos - Cuaderno Urbano 14 - Revista URBAN - ARQA Comunidad - El concurso de Brasilia - Lecciones del Támesis, por José Luis Lezama


 

 

 

 


 

> ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES

café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión: cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier esquina de cualquier ciudad.

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