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Hasta que completemos nuestro rediseño gráfico y conceptual, publicaremos periódicamente opiniones y novedades en nuestro blog provisorio (y comunicaremos cada actualización en Facebook y Twitter).

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> Año 16, 2º época, número 154+ / TRANSICIÓN 2017 / ISSN 2346-9080 REVISTA DIGITAL |
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> SUMARIO |
Política de las ciudaders |
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Estados y ciudades: una lucha desigual
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Fragmento de "Ciudades para cambiar la vida"
I
Por
Mireia Belil
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N. de la R.: El texto
de esta nota reproduce un capítulo del libro Ciudades
para cambiar la vida. Una respuesta a Hábitat III., de Jordi Borja,
Fernando Carrión M. y Marcelo Corti (editores), recientemente publicado por café de las ciudades.

La agencia ONU-Hábitat y la cumbre de Hábitat III en
Quito son un ejemplo más del desajuste entre política y realidad. UN Habitat es una agencia para las ciudades, pero sin las
ciudades. Es como un gazpacho sin tomate. Las grandes cumbres en las que se
aprueban declaraciones universales sobre el futuro de las áreas urbanas reúnen
sobre todo a representantes de los gobiernos centrales, el aparato estatal,
muchas veces representados por diplomáticos de carrera con pocos o nulos
contactos con los territorios objeto de las bienintencionadas declaraciones.
Desde Hábitat I a Hábitat III muchas cosas han
cambiado. Por un lado, las propias ciudades y el proceso de urbanización. Por
otro, la concepción global desde asentamiento humano a ciudad y territorio
urbano. Se han realizado esfuerzos para integrar a las autoridades locales, las
entidades que actúan en la gestión social y medioambiental de las ciudades, las
organizaciones municipalistas y los expertos en los
procesos, programas y declaraciones. La cumbre de ONU-Hábitat III ha conseguido
movilizar recursos, talentos, entidades y burocracias de todo el mundo a lo
largo de los más de tres años de preparación. A pesar de ello la mayoría de los
ciudadanos no saben que en octubre casi doscientos países se reunirán para
decidir cómo debe ser su futuro urbano [N.
de la R: la nota fue escrita con anterioridad a la reunión ONU-Hábitat III en
octubre de 2016]. A lo largo de estos años también se han transformado las
organizaciones que representan a las autoridades locales: las entidades municipalistas se han ido organizando, estructurándose y
convirtiéndose en interlocutoras de las agencias de Naciones Unidas, la Unión
Europea o el Banco Mundial. 2004 representó un hito con la creación de United Cities and Local Governments, con sede en Barcelona.
¿Cuál es el objetivo último de aprobar una declaración
apoyada por casi doscientos países del mundo? Más allá de las victorias
diplomáticas y la sensación de que alguien se preocupa y gobierna el mundo, y
en este caso un fenómeno tan poderoso como la urbanización, las declaraciones
deberían ser compromisos para mejorar
colectivamente la vida de las personas. Un compromiso de acción que precisa como mínimo de unos responsables,
una financiación, un marco legal y un calendario. Sin embargo, la declaración
Nueva Agenda Urbana (NAU) no parece el instrumento para desarrollar políticas
urbanas que permitan la lucha contra la pobreza y las desigualdades, así como
diseñar ciudades más sostenibles. A pesar de los esfuerzos, que han sido
muchos, a pesar del coste que ha sido y será mucho, no existen indicios de que
aquello que se apruebe sea lo mejor para las ciudades y los ciudadanos, y que
una vez aprobado, conlleve compromisos reales de cambio.
Las ciudades no son parte central de este compromiso, ya que siguen
apareciendo en el grado de partenariado con las
agencias de Naciones Unidas y también en ONU-Hábitat. Las ciudades nunca han
sido las invitadas, más que como actores secundarios, a la búsqueda de las
soluciones a las grandes cuestiones de la agenda global.
Los gobiernos centrales/estatales, los aparatos del Estado son esenciales
para el desarrollo de ciudades equilibradas, de un sistema de ciudades que
permita el re-equilibrio poblacional y de actividades, la sostenibilidad de los
recursos y del territorio. Los gobiernos deberían estar interesados en ciudades
justas, seguras, innovadoras, socialmente equilibradas, potentes... porque
estas aseguran un desarrollo del país. El “problema” de las ciudades es que
tienen gobiernos y que, en ocasiones, estos no son afines a las políticas
centrales. Tienen los instrumentos y la capacidad jurídica para cambiar
estructuras y dinámicas básicas como la gestión del suelo y la propiedad o las
dinámicas económicas.
La integración planetaria del sistema urbano se produce a partir de los
procesos de globalización, las revoluciones tecnológicas y de la información,
la mejora de los sistemas de transporte… la globalización encuentra en las
ciudades dinámicas y espacios que refuerzan sus tendencias y resistencias que
la modelan. Estos procesos no son lineales sino dinámicos, con múltiples
contradicciones. La evolución de las ciudades y la suerte de sus ciudadanos
dependen en gran parte de la inclusión de estos espacios en las dinámicas
globales y en sus capacidades para describirlas, entenderlas y gestionarlas.
Una parte importante de estos procesos puede ser compartida.
Quito, Ecuador, sede de la 3ª Conferencia de
ONU-Hábitat. Foto: Celina Caporossi
La economía neoliberal ha utilizado y utiliza las ciudades como centros de
producción y de control social. La ciudad misma se puede convertir en el centro
de una nueva ronda de acumulación de capital. La ciudad puede ser fuente de
grandes negocios, como se refleja en el interés creciente de grandes empresas
de servicios, tecnología e infraestructuras que operan en las regiones
metropolitanas. Individualmente y como sistema la mayoría de ciudades
determinan la fortuna económica y social de los países y de la economía global
diariamente. Es obvio que cómo se organizan estas áreas urbanas (su geografía y
las instituciones que las gobiernan) tiene impactos determinantes en el sistema
urbano del país y global. Un área urbana como Tokio, con más de 36 millones de
personas y un PIB de más de 1,9 billones de dólares, es un sujeto económico
similar a Italia y superior a España, Corea del Sur o Brasil. Sin embargo,
todos estos países son los que se comprometen (o no) a una lista de buenas
intenciones que no concretan ni recursos, ni calendarios ni responsables.
La evolución de cada ciudad no se puede entender sin considerar las
tendencias globales, sociales y económicas que, al mismo tiempo, son el reflejo
de un abanico de causas locales que se combinan de maneras muy distintas y a
veces contradictorias.La
combinación de lo local y lo global a partir de la estructuración de redes y
alianzas internacionales de cooperación es una vía de implementación de
políticas y buenas prácticas. La cooperación entre
administraciones es muy necesaria, pero la cooperación entre ciudades también.
El “copiar y pegar” de políticas y prácticas son estrategias muy utilizadas y
útiles para el avance de los problemas esenciales de la agenda global. Las
ciudades aprenden unas de las otras desechando las ideas que no funcionan bien
y copiando (y muchas veces mejorando) aquellas que consiguen objetivos. Por
ejemplo, la ciudad de Los Ángeles tardó décadas en implementar controles de
polución, pero otras ciudades como Beijing lo hicieron rápidamente cuando
constataron los beneficios. En las próximas décadas se estructurará un sistema
global de ciudades interconectadas, de geometrías y geografías variables, que
aportará soluciones e innovaciones a la agenda global. Participar en este
sistema será fundamental para la evolución de las ciudades.

Quito, Ecuador, sede de la 3ª Conferencia de
ONU-Hábitat. Foto: Celina Caporossi
El desajuste entre política y realidad también se produce al nivel de las
ciudades. Las áreas urbanas donde deben aplicarse las políticas de movilidad,
vivienda, redistribución, ocupación, representatividad, etc., no coinciden
necesariamente con los municipios u otras delimitaciones administrativas. Tenemos
ciudades, áreas metropolitanas, centros y suburbios, regiones urbanas, regiones
urbanizadas, territorios urbanos.... Todas ellas de difícil definición y con
distintos grados de capacidad de organización y gobierno. Cómo se organiza la
participación de este tipo de redes en las agencias internacionales no es
obvio. A veces las organizaciones municipalistas tienden a reproducir un sistema de funcionamiento en el que prevalece el
denominador común y no la innovación social.
¿Debe ONU-Hábitat ser entregada a las organizaciones municipalistas? Una agencia de Naciones Unidas no es la
panacea ni es suficiente para cambiar el rumbo de los procesos de urbanización.
Sin embargo puede actuar de agencia de redistribución, conocimiento,
innovación, partenariado, etc., y necesita a las
ciudades para hacerlo, y también a los Estados. Una agencia universal de las ciudades,
cara a cara con los Estados, en las que éstas puedan expresar sus opiniones y
proponer soluciones a asuntos globales en los que la evolución de las ciudades
marque la diferencia, como por ejemplo en la reducción de las emisiones de CO2. No se trata de construir una nueva institución
genérica sino una que pueda aportar soluciones y recursos a aquellos temas de
vigencia universal y en los que la evolución global de las ciudades aporte
innovaciones y cambios positivos. Con compromisos de acción. La moda y
relevancia de las ciudades en este período histórico ofrecen un entorno de
núcleos urbanos potentes con líderes sobradamente conocidos por sus méritos, deméritos
o pretensiones. No soy partidaria de que los alcaldes y alcaldesas gobiernen el
mundo (como proponía Benjamin Barber en su libro If Mayors Ruled the World: Dysfunctional Nations, Rising Cities; Yale University Press, 2013) pero si de que gobiernen los territorios y las
comunidades que representan, con las competencias y los medios necesarios y
adecuados, con la cooperación de los distintos niveles de gobierno.
MB
La autora es Geógrafa por las
universidades Autónoma de Barcelona y de California, Berkeley. Investigadora y
consultora de organismos internacionales y ciudades europeas desde 1986,
especialista en estrategias territoriales, sociales y culturales. Fue la
directora de los diálogos del Fórum Barcelona 2004, y a su cierre asumió la
dirección de la Fundación Fórum hasta la actualidad. Dirigió el Programa Cities (1986-91). Ha sido vicepresidenta del Consejo Social
de la UAB, miembro del consejo del FAD para los premios City to City y de la junta del Observatorio DESC.
Coeditora con J. Borja y M. Corti del libro Ciudades, una ecuación imposible (2012).
Ciudades para cambiar
la vida. Una
respuesta a Hábitat III. Jordi Borja, Fernando Carrión M. y Marcelo Corti
(editores). 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Café de las Ciudades,
2016. 212 p.; 20 x 14 cm. ISBN 978-987-3627-19-4
Leer índice, prólogo e introducción
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Planes de las ciudades |
Anticipar no es planificar
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Derivas de los instrumentos de anticipación disciplinar en la Región Metropolitana de Buenos Aires
I Por Margarita Gutman y Laura Wainer
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La inserción de los 40 municipios dentro de esta
dinámica regional determina su rol en cuanto a las potencialidades que otorga
el territorio, así como en cuanto a las externalidades propias de su
desarrollo. Las competencias sobre la gestión urbana también se reparten
entre los diferentes niveles de gobierno. Si bien el gobierno nacional no
tiene competencia directa sobre la planificación urbana y la gestión de la
tierra, desarrolla políticas de vivienda e infraestructura y también gestiona
ciertos servicios, como el transporte ferroviario, que tienen fuerte
incidencia sobre las cuestiones urbanas. Por su lado, los gobiernos
provinciales son los que más competencias tienen sobre la gestión y la
legislación del desarrollo urbano. La escala local ha quedado históricamente
relegada a un rol menor, como la gestión de los servicios públicos barriales.
Sin embargo, durante los últimos 25 años los municipios han ido ejerciendo
nuevas competencias y capacidades sobre la gestión urbana. Esto se ha
reflejado en la formulación de sucesivos planes y políticas locales que
tienen como objetivo guiar visiones y consensuar la agenda de desarrollo
urbano municipal. |
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Política y Cultura de las Ciudades |
Biblioteca Polular de Bellavista: ¿urbanismo social avant la lettre o "lo que podemos"?
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Entrevista a Susana Fiorito
I Marcelo Corti
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El barrio es
una cosa viva que cambia muchísimo de acuerdo a los avatares políticos y
económicos del conjunto de la Argentina y además tiene su propia dinámica que
depende de la dinámica demográfica, del paso de las generaciones. Esa
dinámica sigue también los vaivenes de la demanda de trabajo no formal; es un
barrio enclaustrado bastante cerca del centro pero de alguna manera aislado, no está atravesado por líneas que impliquen la
traslación de actividades y relaciones. De alguna manera ahora está más
abierto pero durante muchos años fue una especie de “globito”. Yo vivo acá
hace más de 20 años y la calle donde yo vivo desemboca en la Av. Julio A.
Roca, por lo tanto, desde las 5 de la mañana yo sentía los pasos de la gente
que iba caminando a tomar el transporte para ir a trabajar a la fábrica, la
oficina o el taller. Desde el “parate” que hizo la economía en el 2000, 2001,
no se oía un solo paso; después del 2002 o 2003 empezó a regularizarse otra
vez el ruido del ritmo de los zapatos y alpargatas de gente yendo a trabajar.
Lo mismo pasó adentro del barrio, acá hay una cantidad de bolichitos, uno
vende patas de pollos, otro es un almacén, ahora hay un supermercado chino. |
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Planes y Política de las ciudades |
Es tiempo de evaluar |
Introducción a Hábitat en deuda. Veinte años de políticas urbanas en América Latina
I Por Michael Cohen, María Carrizosa y Margarita Gutman
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La conferencia Hábitat III se lleva a cabo veinte
años después que Hábitat II, realizada en Estambul, Turquía, en junio de
1996. Los veinte años transcurridos constituyen un período suficientemente
largo para poder evaluar los esfuerzos realizados por los países para encarar
los problemas urbanos. ¿Cuáles fueron los factores que afectaron el desempeño
de los países? ¿Cuál es el peso relativo de los factores internos de las
ciudades, tales como la forma de gobierno o el ritmo del crecimiento
demográfico, frente a factores externos como las crisis económicas globales,
al determinar los impactos a nivel nacional y urbano? Estas preguntas emergen
al analizar en qué medida se cumplieron los compromisos acordados en 1996 en
Estambul a nivel internacional, nacional y urbano. ¿Cuáles son los resultados
de esos compromisos? ¿Tienen acaso un impacto visible en las condiciones
urbanas locales? Más aún, ¿cómo se
puede entender el significado de un compromiso internacional en el contexto y
condiciones locales?
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Economía y Política de las ciudades |
Las herramientas urbanísticas financieras en la gestión del ordenamiento territorial
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Prospectiva geopolítica y territorial
I Por Martín Sanchez |
El ordenamiento territorial, en la búsqueda de los
objetivos del desarrollo sostenible, necesita de herramientas de gestión para
la concreción de sus herramientas principales: el plan, el programa y el
proyecto. Las herramientas urbanísticas financieras constituyen instrumentos regulatorios
basados en el principio de recuperación de plusvalías. Por medio de ellas, es
posible financiar el desarrollo urbano integral de las ciudades recuperando
las ganancias inmerecidas de los particulares debido a las acciones públicas
ejercidas por los gobiernos subnacionales. En nuestra región, se hace
necesaria una implementación eficaz de políticas y prospectivas territoriales
que las contemplen. En el presente artículo, analizamos estas herramientas
que son: la Contribución por Mejoras, la Venta de Derechos de Construcción,
la Transferencia de Derechos de Construcción, la Zonificación Inclusiva, la
Bonificación por Zonificación (o Bonos de Densidad), los Certificados de
Derecho Potencial a Construir (como los CEPACs brasileños), la TIF (por sus siglas
en inglés: Tax Increment Finance) y la venta de Bonos en el mercado bursátil.
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Proyectos de las ciudades |
La nostalgia de un Parque |
Sobre los proyectos para el Tiro Federal de Buenos Aires
I Por Marcelo Corti
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La llegada de la ciudad al Río, la recuperación de
un barrio universitario y la continuidad espacial y paisajística
Palermo-Costanera podrían ser logros meritorios de esta cuestionada operación
del Gobierno de la Ciudad. La desilusión con su concreción efectiva en los
proyectos premiados no es producto de una falla colectiva de la disciplina
del diseño urbano en Argentina; por el contrario, mi impresión es que se
originan en el sobredimensionamiento de los requisitos inmobiliarios en el
programa del concurso y, básicamente, en la norma urbanística para el área.
Si bien esta norma y esas bases limitaban la superficie a desarrollar a un
35% del predio, la excesiva constructividad de ese tejido y la necesidad de
adecuar la arquitectura a los requisitos de iluminación y ventilación propios
de la residencia (que no permiten la compactación edilicia que puede lograr
el comercio o las oficinas) condicionaron para mal la posibilidad de los
proyectistas de concentrar un “volumen” de parque de la escala necesaria para
constituirse en la pieza de espacio público y verde que la ciudad requiere.
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Urbanidad contemporánea
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Tandil, un caso de innovación y desarrollo local en ciudades medias
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Municipio, Universidad, empresas y sociedad civil en la conformación de un ecosistema innovador
I Por Susana Finquelievich, Patricio Feldman y Ulises Girolimo
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La presencia de la Universidad Nacional del Centro
de la Provincia de Buenos Aires, UNICEN, creada en 1975, y de diversos
centros de investigación, ha permitido desarrollar actividades vinculadas al
quehacer científico-tecnológico. La conformación del Parque Científico
Tecnológico en el año 2003 implicó la radicación de varias empresas dedicadas
al desarrollo de la industria con base en las TIC y la constitución de grupos
de investigación asociados a estas actividades productivas. Desde entonces,
Tandil no es (¿sólo?) una ciudad que se dedica al turismo, la agricultura o
ganadería, sino que también forma parte de un entramado de ciudades de porte
intermedio en la Provincia de Buenos Aires que comienzan a impulsar con
fuerza otros sectores productivos vinculados al desarrollo socio-tecnológico.
Un ejemplo de ello es que el sector de software y servicios informáticos
emplea alrededor de 1.200 personas; en los últimos años se radicaron en la
ciudad empresas vinculadas a la industria del software y servicios
informáticos como Globant, Intercomgi, Grupo Most, Unitech; entre otros.
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Política de las ciudades y Urbanidad contemporánea |
Sobre la "nueva geografía de la gentrificación" y la emancipación de la visión angloamericana
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Un
diálogo con Loretta Lees
I Por María Celina Añaños
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Estaba fascinada con la mutación de
la gentrificación en Londres, la creación de nuevas geografías de la
gentrificación, muy diferentes a aquellas que Ruth Glass puso en evidencia en
1964. Acuñé y estudié dos nuevos tipos de gentrificación: gentrificación por
nuevas construcciones (new-build gentrification) y super gentrificación. Dada
la importancia de la internacionalización y del capital internacional en
ambos tipos de gentrificación, eran importantes los niveles internacional,
intra-nacional y a lo ancho de la ciudad. A medida que Londres se volvió
crecientemente multicultural y cosmopolita, la inmigración, la raza, la
etnicidad y la habitabilidad se volvieron problemas clave en estas
geografías. Además, el hecho de que la política urbana en Gran Bretaña era
básicamente lo que yo denominé una “carta para gentrificadores”, sentí que lo
próximo que necesitaba investigar era la política. Me propuse en consecuencia
producir un libro que proporciona ahora una base de evidencia internacional
sobre el hecho de que la política de comunidades mixtas en todo el mundo
produce ‘sigilosamente' gentrificación.
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>
ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES
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café de las ciudades
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la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina
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puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos.
Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas,
según el gusto de cada uno), y tolerancia con las
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entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café:
trataremos de demostrarle su error. Nuestro café
está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar,
pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos
en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque
desde allí se mira mejor en todas las direcciones.
Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles,
y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar
caminando a nuestro café, y por eso viene gente del
centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere
un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran
datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar
de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que
se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única
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de las ciudades: la
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Editorial Café
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en Córdoba: Carola Inés Posic
Corresponsal
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