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> Año 16, 2º época, número 154+ / TRANSICIÓN 2017 / ISSN 2346-9080 REVISTA DIGITAL
 

 > SUMARIO
Política de las ciudaders  

Estados y ciudades: una lucha desigual

Fragmento de "Ciudades para cambiar la vida" I Por Mireia Belil

   

N. de la R.: El texto de esta nota reproduce un capítulo del libro Ciudades para cambiar la vida. Una respuesta a Hábitat III., de Jordi Borja, Fernando Carrión M. y Marcelo Corti (editores), recientemente publicado por café de las ciudades.

 

 

 

La agencia ONU-Hábitat y la cumbre de Hábitat III en Quito son un ejemplo más del desajuste entre política y realidad. UN Habitat es una agencia para las ciudades, pero sin las ciudades. Es como un gazpacho sin tomate. Las grandes cumbres en las que se aprueban declaraciones universales sobre el futuro de las áreas urbanas reúnen sobre todo a representantes de los gobiernos centrales, el aparato estatal, muchas veces representados por diplomáticos de carrera con pocos o nulos contactos con los territorios objeto de las bienintencionadas declaraciones.

 

Desde Hábitat I a Hábitat III muchas cosas han cambiado. Por un lado, las propias ciudades y el proceso de urbanización. Por otro, la concepción global desde asentamiento humano a ciudad y territorio urbano. Se han realizado esfuerzos para integrar a las autoridades locales, las entidades que actúan en la gestión social y medioambiental de las ciudades, las organizaciones municipalistas y los expertos en los procesos, programas y declaraciones. La cumbre de ONU-Hábitat III ha conseguido movilizar recursos, talentos, entidades y burocracias de todo el mundo a lo largo de los más de tres años de preparación. A pesar de ello la mayoría de los ciudadanos no saben que en octubre casi doscientos países se reunirán para decidir cómo debe ser su futuro urbano [N. de la R: la nota fue escrita con anterioridad a la reunión ONU-Hábitat III en octubre de 2016]. A lo largo de estos años también se han transformado las organizaciones que representan a las autoridades locales: las entidades municipalistas se han ido organizando, estructurándose y convirtiéndose en interlocutoras de las agencias de Naciones Unidas, la Unión Europea o el Banco Mundial. 2004 representó un hito con la creación de United Cities and Local Governments, con sede en Barcelona.

¿Cuál es el objetivo último de aprobar una declaración apoyada por casi doscientos países del mundo? Más allá de las victorias diplomáticas y la sensación de que alguien se preocupa y gobierna el mundo, y en este caso un fenómeno tan poderoso como la urbanización, las declaraciones deberían ser compromisos para mejorar colectivamente la vida de las personas. Un compromiso de acción que precisa como mínimo de unos responsables, una financiación, un marco legal y un calendario. Sin embargo, la declaración Nueva Agenda Urbana (NAU) no parece el instrumento para desarrollar políticas urbanas que permitan la lucha contra la pobreza y las desigualdades, así como diseñar ciudades más sostenibles. A pesar de los esfuerzos, que han sido muchos, a pesar del coste que ha sido y será mucho, no existen indicios de que aquello que se apruebe sea lo mejor para las ciudades y los ciudadanos, y que una vez aprobado, conlleve compromisos reales de cambio.

Las ciudades no son parte central de este compromiso, ya que siguen apareciendo en el grado de partenariado con las agencias de Naciones Unidas y también en ONU-Hábitat. Las ciudades nunca han sido las invitadas, más que como actores secundarios, a la búsqueda de las soluciones a las grandes cuestiones de la agenda global.

Los gobiernos centrales/estatales, los aparatos del Estado son esenciales para el desarrollo de ciudades equilibradas, de un sistema de ciudades que permita el re-equilibrio poblacional y de actividades, la sostenibilidad de los recursos y del territorio. Los gobiernos deberían estar interesados en ciudades justas, seguras, innovadoras, socialmente equilibradas, potentes... porque estas aseguran un desarrollo del país. El “problema” de las ciudades es que tienen gobiernos y que, en ocasiones, estos no son afines a las políticas centrales. Tienen los instrumentos y la capacidad jurídica para cambiar estructuras y dinámicas básicas como la gestión del suelo y la propiedad o las dinámicas económicas.

 

La integración planetaria del sistema urbano se produce a partir de los procesos de globalización, las revoluciones tecnológicas y de la información, la mejora de los sistemas de transporte… la globalización encuentra en las ciudades dinámicas y espacios que refuerzan sus tendencias y resistencias que la modelan. Estos procesos no son lineales sino dinámicos, con múltiples contradicciones. La evolución de las ciudades y la suerte de sus ciudadanos dependen en gran parte de la inclusión de estos espacios en las dinámicas globales y en sus capacidades para describirlas, entenderlas y gestionarlas. Una parte importante de estos procesos puede ser compartida.

 

 

Quito, Ecuador, sede de la 3ª Conferencia de ONU-Hábitat. Foto: Celina Caporossi

 

La economía neoliberal ha utilizado y utiliza las ciudades como centros de producción y de control social. La ciudad misma se puede convertir en el centro de una nueva ronda de acumulación de capital. La ciudad puede ser fuente de grandes negocios, como se refleja en el interés creciente de grandes empresas de servicios, tecnología e infraestructuras que operan en las regiones metropolitanas. Individualmente y como sistema la mayoría de ciudades determinan la fortuna económica y social de los países y de la economía global diariamente. Es obvio que cómo se organizan estas áreas urbanas (su geografía y las instituciones que las gobiernan) tiene impactos determinantes en el sistema urbano del país y global. Un área urbana como Tokio, con más de 36 millones de personas y un PIB de más de 1,9 billones de dólares, es un sujeto económico similar a Italia y superior a España, Corea del Sur o Brasil. Sin embargo, todos estos países son los que se comprometen (o no) a una lista de buenas intenciones que no concretan ni recursos, ni calendarios ni responsables.

 

La evolución de cada ciudad no se puede entender sin considerar las tendencias globales, sociales y económicas que, al mismo tiempo, son el reflejo de un abanico de causas locales que se combinan de maneras muy distintas y a veces contradictorias.La combinación de lo local y lo global a partir de la estructuración de redes y alianzas internacionales de cooperación es una vía de implementación de políticas y buenas prácticas. La cooperación entre administraciones es muy necesaria, pero la cooperación entre ciudades también. El “copiar y pegar” de políticas y prácticas son estrategias muy utilizadas y útiles para el avance de los problemas esenciales de la agenda global. Las ciudades aprenden unas de las otras desechando las ideas que no funcionan bien y copiando (y muchas veces mejorando) aquellas que consiguen objetivos. Por ejemplo, la ciudad de Los Ángeles tardó décadas en implementar controles de polución, pero otras ciudades como Beijing lo hicieron rápidamente cuando constataron los beneficios. En las próximas décadas se estructurará un sistema global de ciudades interconectadas, de geometrías y geografías variables, que aportará soluciones e innovaciones a la agenda global. Participar en este sistema será fundamental para la evolución de las ciudades.

 

Quito, Ecuador, sede de la 3ª Conferencia de ONU-Hábitat. Foto: Celina Caporossi

 

El desajuste entre política y realidad también se produce al nivel de las ciudades. Las áreas urbanas donde deben aplicarse las políticas de movilidad, vivienda, redistribución, ocupación, representatividad, etc., no coinciden necesariamente con los municipios u otras delimitaciones administrativas. Tenemos ciudades, áreas metropolitanas, centros y suburbios, regiones urbanas, regiones urbanizadas, territorios urbanos.... Todas ellas de difícil definición y con distintos grados de capacidad de organización y gobierno. Cómo se organiza la participación de este tipo de redes en las agencias internacionales no es obvio. A veces las organizaciones municipalistas tienden a reproducir un sistema de funcionamiento en el que prevalece el denominador común y no la innovación social.

 

¿Debe ONU-Hábitat ser entregada a las organizaciones municipalistas? Una agencia de Naciones Unidas no es la panacea ni es suficiente para cambiar el rumbo de los procesos de urbanización. Sin embargo puede actuar de agencia de redistribución, conocimiento, innovación, partenariado, etc., y necesita a las ciudades para hacerlo, y también a los Estados. Una agencia universal de las ciudades, cara a cara con los Estados, en las que éstas puedan expresar sus opiniones y proponer soluciones a asuntos globales en los que la evolución de las ciudades marque la diferencia, como por ejemplo en la reducción de las emisiones de CO2. No se trata de construir una nueva institución genérica sino una que pueda aportar soluciones y recursos a aquellos temas de vigencia universal y en los que la evolución global de las ciudades aporte innovaciones y cambios positivos. Con compromisos de acción. La moda y relevancia de las ciudades en este período histórico ofrecen un entorno de núcleos urbanos potentes con líderes sobradamente conocidos por sus méritos, deméritos o pretensiones. No soy partidaria de que los alcaldes y alcaldesas gobiernen el mundo (como proponía Benjamin Barber en su libro If Mayors Ruled the World: Dysfunctional Nations, Rising Cities; Yale University Press, 2013) pero si de que gobiernen los territorios y las comunidades que representan, con las competencias y los medios necesarios y adecuados, con la cooperación de los distintos niveles de gobierno.

MB

 

La autora es Geógrafa por las universidades Autónoma de Barcelona y de California, Berkeley. Investigadora y consultora de organismos internacionales y ciudades europeas desde 1986, especialista en estrategias territoriales, sociales y culturales. Fue la directora de los diálogos del Fórum Barcelona 2004, y a su cierre asumió la dirección de la Fundación Fórum hasta la actualidad. Dirigió el Programa Cities (1986-91). Ha sido vicepresidenta del Consejo Social de la UAB, miembro del consejo del FAD para los premios City to City y de la junta del Observatorio DESC. Coeditora con J. Borja y M. Corti del libro Ciudades, una ecuación imposible (2012).

 

Ciudades para cambiar la vida. Una respuesta a Hábitat III.  Jordi Borja, Fernando Carrión M. y Marcelo Corti (editores). 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Café de las Ciudades, 2016.  212 p.; 20 x 14 cm. ISBN 978-987-3627-19-4

Leer índice, prólogo e introducción

 

Planes de las ciudades
Anticipar no es planificar
Derivas de los instrumentos de anticipación disciplinar en la Región Metropolitana de Buenos Aires I Por Margarita Gutman y Laura Wainer

La inserción de los 40 municipios dentro de esta dinámica regional determina su rol en cuanto a las potencialidades que otorga el territorio, así como en cuanto a las externalidades propias de su desarrollo. Las competencias sobre la gestión urbana también se reparten entre los diferentes niveles de gobierno. Si bien el gobierno nacional no tiene competencia directa sobre la planificación urbana y la gestión de la tierra, desarrolla políticas de vivienda e infraestructura y también gestiona ciertos servicios, como el transporte ferroviario, que tienen fuerte incidencia sobre las cuestiones urbanas. Por su lado, los gobiernos provinciales son los que más competencias tienen sobre la gestión y la legislación del desarrollo urbano. La escala local ha quedado históricamente relegada a un rol menor, como la gestión de los servicios públicos barriales. Sin embargo, durante los últimos 25 años los municipios han ido ejerciendo nuevas competencias y capacidades sobre la gestión urbana. Esto se ha reflejado en la formulación de sucesivos planes y políticas locales que tienen como objetivo guiar visiones y consensuar la agenda de desarrollo urbano municipal.

Política y Cultura de las Ciudades
Biblioteca Polular de Bellavista: ¿urbanismo social avant la lettre o "lo que podemos"?
Entrevista a Susana Fiorito I Marcelo Corti

El barrio es una cosa viva que cambia muchísimo de acuerdo a los avatares políticos y económicos del conjunto de la Argentina y además tiene su propia dinámica que depende de la dinámica demográfica, del paso de las generaciones. Esa dinámica sigue también los vaivenes de la demanda de trabajo no formal; es un barrio enclaustrado bastante cerca del centro pero de alguna manera aislado, no está atravesado por líneas que impliquen la traslación de actividades y relaciones. De alguna manera ahora está más abierto pero durante muchos años fue una especie de “globito”. Yo vivo acá hace más de 20 años y la calle donde yo vivo desemboca en la Av. Julio A. Roca, por lo tanto, desde las 5 de la mañana yo sentía los pasos de la gente que iba caminando a tomar el transporte para ir a trabajar a la fábrica, la oficina o el taller. Desde el “parate” que hizo la economía en el 2000, 2001, no se oía un solo paso; después del 2002 o 2003 empezó a regularizarse otra vez el ruido del ritmo de los zapatos y alpargatas de gente yendo a trabajar. Lo mismo pasó adentro del barrio, acá hay una cantidad de bolichitos, uno vende patas de pollos, otro es un almacén, ahora hay un supermercado chino.

Planes y Política de las ciudades
Es tiempo de evaluar
Introducción a Hábitat en deuda. Veinte años de políticas urbanas en América Latina I Por Michael Cohen, María Carrizosa y Margarita Gutman

La conferencia Hábitat III se lleva a cabo veinte años después que Hábitat II, realizada en Estambul, Turquía, en junio de 1996. Los veinte años transcurridos constituyen un período suficientemente largo para poder evaluar los esfuerzos realizados por los países para encarar los problemas urbanos. ¿Cuáles fueron los factores que afectaron el desempeño de los países? ¿Cuál es el peso relativo de los factores internos de las ciudades, tales como la forma de gobierno o el ritmo del crecimiento demográfico, frente a factores externos como las crisis económicas globales, al determinar los impactos a nivel nacional y urbano? Estas preguntas emergen al analizar en qué medida se cumplieron los compromisos acordados en 1996 en Estambul a nivel internacional, nacional y urbano. ¿Cuáles son los resultados de esos compromisos? ¿Tienen acaso un impacto visible en las condiciones urbanas locales?  Más aún, ¿cómo se puede entender el significado de un compromiso internacional en el contexto y condiciones locales?

Economía y Política de las ciudades
Las herramientas urbanísticas financieras en la gestión del ordenamiento territorial
Prospectiva geopolítica y territorial I Por Martín Sanchez

El ordenamiento territorial, en la búsqueda de los objetivos del desarrollo sostenible, necesita de herramientas de gestión para la concreción de sus herramientas principales: el plan, el programa y el proyecto. Las herramientas urbanísticas financieras constituyen instrumentos regulatorios basados en el principio de recuperación de plusvalías. Por medio de ellas, es posible financiar el desarrollo urbano integral de las ciudades recuperando las ganancias inmerecidas de los particulares debido a las acciones públicas ejercidas por los gobiernos subnacionales. En nuestra región, se hace necesaria una implementación eficaz de políticas y prospectivas territoriales que las contemplen. En el presente artículo, analizamos estas herramientas que son: la Contribución por Mejoras, la Venta de Derechos de Construcción, la Transferencia de Derechos de Construcción, la Zonificación Inclusiva, la Bonificación por Zonificación (o Bonos de Densidad), los Certificados de Derecho Potencial a Construir (como los CEPACs brasileños), la TIF (por sus siglas en inglés: Tax Increment Finance) y la venta de Bonos en el mercado bursátil.

Proyectos de las ciudades
La nostalgia de un Parque
Sobre los proyectos para el Tiro Federal de Buenos Aires I Por Marcelo Corti

La llegada de la ciudad al Río, la recuperación de un barrio universitario y la continuidad espacial y paisajística Palermo-Costanera podrían ser logros meritorios de esta cuestionada operación del Gobierno de la Ciudad. La desilusión con su concreción efectiva en los proyectos premiados no es producto de una falla colectiva de la disciplina del diseño urbano en Argentina; por el contrario, mi impresión es que se originan en el sobredimensionamiento de los requisitos inmobiliarios en el programa del concurso y, básicamente, en la norma urbanística para el área. Si bien esta norma y esas bases limitaban la superficie a desarrollar a un 35% del predio, la excesiva constructividad de ese tejido y la necesidad de adecuar la arquitectura a los requisitos de iluminación y ventilación propios de la residencia (que no permiten la compactación edilicia que puede lograr el comercio o las oficinas) condicionaron para mal la posibilidad de los proyectistas de concentrar un “volumen” de parque de la escala necesaria para constituirse en la pieza de espacio público y verde que la ciudad requiere.

Urbanidad contemporánea

Tandil, un caso de innovación y desarrollo local en ciudades medias
Municipio, Universidad, empresas y sociedad civil en la conformación de un ecosistema innovador I Por Susana Finquelievich, Patricio Feldman y Ulises Girolimo

La presencia de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, UNICEN, creada en 1975, y de diversos centros de investigación, ha permitido desarrollar actividades vinculadas al quehacer científico-tecnológico. La conformación del Parque Científico Tecnológico en el año 2003 implicó la radicación de varias empresas dedicadas al desarrollo de la industria con base en las TIC y la constitución de grupos de investigación asociados a estas actividades productivas. Desde entonces, Tandil no es (¿sólo?) una ciudad que se dedica al turismo, la agricultura o ganadería, sino que también forma parte de un entramado de ciudades de porte intermedio en la Provincia de Buenos Aires que comienzan a impulsar con fuerza otros sectores productivos vinculados al desarrollo socio-tecnológico. Un ejemplo de ello es que el sector de software y servicios informáticos emplea alrededor de 1.200 personas; en los últimos años se radicaron en la ciudad empresas vinculadas a la industria del software y servicios informáticos como Globant, Intercomgi, Grupo Most, Unitech; entre otros.

Política de las ciudades y Urbanidad contemporánea
Sobre la "nueva geografía de la gentrificación" y la emancipación de la visión angloamericana
Un diálogo con Loretta Lees I Por María Celina Añaños

Estaba fascinada con la mutación de la gentrificación en Londres, la creación de nuevas geografías de la gentrificación, muy diferentes a aquellas que Ruth Glass puso en evidencia en 1964. Acuñé y estudié dos nuevos tipos de gentrificación: gentrificación por nuevas construcciones (new-build gentrification) y super gentrificación. Dada la importancia de la internacionalización y del capital internacional en ambos tipos de gentrificación, eran importantes los niveles internacional, intra-nacional y a lo ancho de la ciudad. A medida que Londres se volvió crecientemente multicultural y cosmopolita, la inmigración, la raza, la etnicidad y la habitabilidad se volvieron problemas clave en estas geografías. Además, el hecho de que la política urbana en Gran Bretaña era básicamente lo que yo denominé una “carta para gentrificadores”, sentí que lo próximo que necesitaba investigar era la política. Me propuse en consecuencia producir un libro que proporciona ahora una base de evidencia internacional sobre el hecho de que la política de comunidades mixtas en todo el mundo produce ‘sigilosamente' gentrificación. 

 
 


 

 


 

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