El presente artículo difunde algunos de los resultados alcanzados desde el OULBAM/CIHaM/FADU/UBA en el marco del Proyecto de Investigación Avanzado PIA PUR 30 “Los objetivos del desarrollo sostenible en clave metropolitana. Una mirada desde Buenos Aires” (Dirección: Artemio Abba, Co-dirección: María Eugenia Goicoechea).
Cuando se lee o escucha información sobre los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por la Organización de las Naciones Unidas y los contenidos de sus metas, se nos aparecen como lejanos y de limitada adecuación a nuestras realidades desde el sur global. Es sin duda difícil abarcar la realidad planetaria en una mirada; el contraste entre lo singular y lo general se agiganta y resulta fácil pasar de la lejanía a la incredulidad frente a las ambiciosas propuestas del organismo internacional.
El hábil “lavado verde” o los dudosos rankings de mejores performances en el cumplimiento de los ODS de empresas o gobiernos contribuyen aun más a opacar nuestras percepciones de la pertinencia y adecuación de los ODS a los problemas y prioridades con las que nos enfrentamos en el día a día en el territorio. En algunos casos, se trata del discurso de empresas altamente contaminantes que se adjudican una contribución valiosa de tecnologías que evitan la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GAE), como la supuesta ‘captura de carbono’ (Dembicki, Geoff, 2022), o se difunden políticas públicas locales (LPO, 2022) como el anuncio de las 20 cuadras de “Calles Verdes” del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sin un encuadre de su contribución a la sostenibilidad ambiental propuesta por el Objetivo 11.
Se debe adoptar la concepción “glocal”, para abordar correcta y operativamente la temática amplia que proponen los 17 Objetivos de la propuesta de ONU, con su posterior especificación centrada en el objetivo 11, adoptada en Quito, Hábitat III en octubre 2016: “La Nueva Agenda Urbana funciona como un acelerador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 11 –Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles a fin de proporcionar un marco integral para guiar y dar seguimiento a la urbanización en todo el mundo.”
El continente europeo realizó una adecuación de los ODS planetarios que permitió lograr una mayor aproximación a la realidad de las ciudades europeas, dando pie cada uno de los países a lograr un mayor ajuste a la hora de generar los objetivos y metas nacionales. “Ya puede comprenderse, después del análisis de los antecedentes, que es mucho más sencillo encontrar elementos comunes en un ámbito como el español, a pesar de su diversidad cultural, económica, ecológica o climática, que en un agenda cuyo ámbito sea el planeta” (Fariña, 2019).
El hábil “lavado verde” o los dudosos rankings de mejores performances en el cumplimiento de los ODS de empresas o gobiernos contribuyen aun más a opacar nuestras percepciones de la pertinencia y adecuación de los ODS a los problemas y prioridades con las que nos enfrentamos en el día a día en el territorio.
El propósito de este artículo es tratar de difundir una temática poco conocida que dificulta el debate y la participación de actores fundamentales que pueden aportar a la correcta formulación de los ODS en nuestro país, Argentina, y a nivel de gobiernos subnacionales y locales. En particular, el proyecto en el que estamos involucrados nos convoca a contrastar las problemáticas de la Buenos Aires Metropolitana evaluando en qué medida se incluyen en los avances ya alcanzados en nuestro país.
Los mecanismos adoptados y resultados alcanzados en nuestro país
En nuestro país, desde 2002, el marco institucional definido para abordar este desafío es el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), absorbiendo al Consejo Nacional de la Mujer, a la Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas (CONADIS) y al Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales (SIEMPRO), con tradición en el seguimiento y evaluación de las políticas públicas. Con dependencia directa de Presidencia de la Nación, constituye un espacio de articulación entre las diferentes áreas nacionales que implementan políticas sociales, con el objetivo de alcanzar las metas de manera eficaz y eficiente en la administración de recursos. Desde sus comienzos, la presidencia del organismo fue asumida por un funcionario del ámbito del Ministerio de Desarrollo Social, aunque dado su rol coordinador intersectorial de nivel ministerial, la designación del Secretario Ejecutivo depende siempre de Presidencia de la Nación, lo que allanó la vinculación institucional con otros ámbitos y amplió su margen de responsabilidades
En 2005, se conformó un equipo de trabajo cuyo mandato fue absorber y abordar los lineamientos dados por los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) propuestos por la ONU en 2000, que fijaron 8 objetivos y metas a cumplir en un horizonte 2000-2015. Si bien Naciones Unidas planteó ocho ODM, en Argentina se consideraron nueve, ya que se agregó “Promover el trabajo decente” (Bianco, 2010):
ODM 1 · Erradicar la pobreza extrema y el hambre
ODM 2 · Alcanzar la educación básica universal
ODM 3 · Promover el trabajo decente
ODM 4 · Promover la equidad e igualdad de género
ODM 5 · Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años
ODM 6 · Mejorar la salud materna
ODM 7 · Combatir el VIH/SIDA, la Tuberculosis, el Paludismo, el Chagas, y otras enfermedades
ODM 8 · Asegurar un medio ambiente sostenible
ODM 9 · Promover una asociación global para el desarrollo
En 2015 con la adopción por parte de ONU-Hábitat de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que amplían los ODM, se mantuvo el equipo ya conformado por la Unidad de Coordinación Técnica con el cambio de gobierno y quedó a cargo de la coordinación de la Agenda 2030-ODS en Argentina (formalizado a través del Decreto 499/2017). Por un lado, se le encomendó implementar una metodología de trabajo interministerial e intersectorial con participación de los organismos competentes de la Administración Pública Nacional para el cumplimiento de su cometido y, por otro, se invitó a “las Provincias, a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a los Municipios, así como a las Organizaciones de la Sociedad Civil y del sector privado, con competencias y/o intereses en la materia, en pos del cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos”.
A fines del 2019, con el cambio de gobierno y su fijación de prioridades que atendían el panorama de vulnerabilidades sociales encontrados y teniendo en cuenta lo requrido por la Nueva Agenda Urbana (NAU) se solicito una revisión del listado de metas de los ODS. “En junio de 2020, el Consejo convocó a la conformación de la Comisión Nacional Interinstitucional de Implementación y Seguimiento de los ODS, manteniendo el requisito de dos funcionarios por organismo con perfil político y técnico (preferentemente de estadísticas sectoriales) respectivamente, a fin de contar con liderazgo y decisión política en la revisión de las metas de los ODS y en el establecimiento de las metas intermedias y finales de los indicadores y también de asegurar la incorporación de un enfoque sólido en materia de medición estadística” (CNCPS, 2021: 11).
De acuerdo a información brindada por miembros del equipo responsable durante los primeros quince años de trabajo, las metas e indicadores se desarrollaron inicialmente junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC), para luego solicitar la participación de los ministerios con competencia en la ejecución de políticas asociadas a los objetivos; estos, por su parte, designaron subdependencias responsables a cargo de definir si los indicadores y metas eran apropiados y cuantificar las metas. De manera paralela, se trabajó con gobiernos provinciales y municipales en la misma línea, realizándose reuniones periódicas y plenarias con aquellas jurisdicciones que mostraban mayor interés en el desarrollo de políticas públicas con atención al cumplimiento de metas ODS.
La diversidad de interlocutores implicó resultados desiguales, con articulaciones exitosas en el caso de algunas dependencias ministeriales y con algunos gobiernos provinciales y otras más limitadas, en particular con organismos de la sociedad civil.
A modo de balance: alcances, restricciones y desafíos
Este primer acercamiento a la cuestión de los ODS y su implementación en la Argentina, así como también los primeros contactos y entrevistas con los funcionarios locales referentes, nos plantea una serie de reflexiones.
Es probable que parte de los resultados positivos alcanzados se debieran a la continuidad de los equipos en las instancias de estudio y coordinación al margen de los cambios de gobierno. Ello permitió no sólo que se desarrollaran talleres y convenios con distintas dependencias que apuntaron a capacitar a los funcionarios y técnicos municipales y provinciales en la implementación de los ODS, sino que también brindó las condiciones para que se construyeran y se diseminaran herramientas específicas, como los “Informes País” y los documentos “Metas priorizadas e indicadores de seguimiento” y “Planes, programas, proyectos y estrategias alineadas a las metas priorizadas de los ODS”, cuyos títulos condensan su contenido.
Como elementos positivos de la gestión y producción, dichos instrumentos permiten dar una lectura rápida sobre la línea de base de cada indicador, los organismos responsables y las políticas de escala nacional asociadas. Combinado con las instancias de reuniones plenarias y sectoriales realizadas por la coordinación, brinda las condiciones para alcanzar una potencial coordinación y la actualización de algunas metas.
Sin embargo, la delegación temática a ministerios responsables puede restringir el campo de acción si el organismo designado no afronta la gestión de la articulación interactoral e interjurisdiccional para mejorarlo, actualizarlo u operativizarlo, lo que puede traducirse en indicadores incompletos o incorrectos. Por ejemplo, en el caso de los indicadores vinculados a los residuos sólidos urbanos –que pertenecen al ODS 11 y constituyen uno de los principales puntos de interés en el presente estudio– el organismo responsable es el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible a través de diversas intervenciones (Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, 2021: 225). Las dificultades para medir el indicador asociado se explicitan en el mismo “Informe País”: falta de estadísticas que permitan dar continuidad a la serie histórica, dispersión de la información y heterogeneidad debido al registro realizado por distintas municipalidades y el uso de estimaciones para aproximar cifras en función de lo registrado por CEAMSE. Las gestiones del Consejo o del mismo Ministerio de Ambiente para resolver estas insuficiencias son aspectos a verificar en el futuro desarrollo de la investigación.
La delegación temática a ministerios responsables puede restringir el campo de acción si el organismo designado no afronta la gestión de la articulación interactoral e interjurisdiccional para mejorarlo, actualizarlo u operativizarlo, lo que puede traducirse en indicadores incompletos o incorrectos.
De acuerdo a datos recogidos alrededor del funcionamiento del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), algunas de las limitaciones en el alcance de la articulación interjurisdiccional estuvieron dadas por las restricciones en recursos humanos y el margen de acción posible en el poco tiempo disponible. La falta de apertura previa de las metas e indicadores a la sociedad civil constituyó un impedimento para una discusión inicial, y puede que haya afectado los alcances y compromisos con dicho sector, pero fue una elección deliberada para alcanzar resultados concretos, en el limitado tiempo disponible, con algunos interlocutores.
En este ámbito recaen las dificultades de la gobernanza metropolitana, cuyos alcances han sido magros y esporádicos, probablemente debido a las limitaciones en capacidad, recursos institucionales o interés que los gobiernos que idealmente deberían coordinar esta acción –de acuerdo a la Unidad de Coordinación, los provinciales– tuvieron para afrontar el desafío. Esto se sumó a las ya dichas restricciones en recursos humanos del nivel nacional y a su dificultad por despertar el interés y la participación de los interlocutores asociados, a saber: gobiernos sub-nacionales del ámbito metropolitano y sociedad civil.
En cuanto a los alcances de las actividades realizadas, por ahora tienen la restricción de la discontinuidad temporal, lo que las orienta a instancias de encuentros esporádicos donde el gobierno nacional presenta el marco conceptual de los ODS y cada municipio dice qué acciones lleva adelante sobre cada temática. No obstante, todavía no se percibe una adecuación de los indicadores o una construcción de metas, mecanismos de monitoreo y evaluación o instancias de coordinación interjurisdiccional metropolitana. Resulta por demás evidente que en los espacios de difusión publica de la cuestión de los ODS, sus metas y objetivos, las resonancias llegan más por vía de los organismos internacionales o por iniciativas de “lavado verde” particulares o de gobiernos locales, y no se hace una sostenida difusión de las metas y objetivos a nivel nacional que provoque el conocimiento, compromiso y la discusión pública de los avances en la amplia gama de temas comprometidos.
no se hace una sostenida difusión de las metas y objetivos a nivel nacional que provoque el conocimiento, compromiso y la discusión pública de los avances en la amplia gama de temas comprometidos.
FF y APA
OULBAM, CIHaM, FADU/UBA
Federico Frascheri es Licenciado en Ciencias Políticas y en Relaciones Internacionales (UCA) y ha cursado la Maestría en Planificación Urbana y Regional (FADU/UBA). Ha trabajado en el programa de incidencia, monitoreo y evaluación de CIPPEC y en la Secretaría de Planificación del Ministerio de Transporte de la Nación. Actualmente se desempeña en la Dirección Nacional de Programación y Coordinación de la Obra Pública en el Ministerio de Obras Públicas de la Nación.
Artemio Abba es Coordinador General del Observatorio Urbano Local – Buenos Aires Metropolitana (OUL-BAM), CIHaM/FADU/UBA. Es autor de Metrópolis Argentinas.
De su autoría, ver Las promesas de la ciudad de los 15’, Una mirada desde el Sur-Sur; Del “foquismo” urbano a la ciudad como “sistema”. El rol de los centros de las grandes ciudades;¿Smart o Silly (metrópolis inteligentes o tontas)? y los informes trimestrales anteriores de la serie de Artemio Abba que café de las ciudades publicó en relación a los avances y/o retrocesos de la institucionalidad y gestión de la Región Metropolitana de Buenos Aires.
Fuentes y bibliografía
Bianco, Mabel, (2010), “Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Argentina 2000-2010, Logros y obstáculos en su cumplimiento”, Fundación para el Estudio y la Investigación para la Mujer (FEIM), Buenos Aires.
Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (2018 y 2021). Objetivos de Desarrollo Sostenible. Informe País 2018 e Informe de País 2021 Seguimiento de los progresos hacia las metas de los 17 ODS.
Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS, 2021). Objetivos de Desarrollo Sostenible, Metas priorizadas e Indicadores de seguimiento.
Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (2021). Planes, programas, proyectos y estrategias alineadas a las metas priorizadas de los 17 ODS.
Dembicki Geoff, (2022), “La ‘captura de carbono’ no es una solución”. The Tyee.
Fariña, José, (2019), “La Agenda Urbana Española”, El Blog de José Fariña, URBANISMO, TERRITORIO Y PAISAJE.
La Política Online, (2022), “Larreta avanza con 20 cuadras de calles verdes en Villa Crespo, Urquiza, Retiro y Devoto”, LPO, 28/07/2022.