N. de la R. Debido a la extensión e interés del texto, lo publicamos en dos ediciones sucesivas de la revista. En este número: 1. Introducción, 2. Borde, límite, frontera, transición…, 3. Acerca de límites inamovibles, 4. Las interfases como franjas de acción recíproca. En el próximo número: 5. Escenarios complejos, heterogéneos y cambiantes, 6. Los contornos como áreas de planificación y oportunidad, 7. Finalizando.
1. Introducción
Con el título hacemos referencia a las periferias de la ciudad mayor o metrópoli y a las periferias de los pueblos y ciudades menores que integran el sistema metropolitano. El enunciado del subtítulo anticipa nuestra intención de alejarnos de la idea de periferias urbanas y metropolitanas pensadas como una simple extensión de la urbanización hasta un límite lineal infranqueable, establecido por disposiciones normativas. Si bien no descartamos la utilización de tales instrumentos, debería pensarse que al quedarnos solo en esa instancia de planificación se excluye una dimensión más creativa que puede contemplar las realidades de los diferentes contextos, orientando propuestas adaptadas a estos.
La complementación entre normativa y planes sectoriales puede producir mejores resultados para controlar los desbordes; más aún si estos planes han sido asumidos por los diferentes actores, convocados en un proceso participativo.
Las interfases que verifican el cambio de situación entre ciudad y campo no son lineales, más bien se reconocen como franjas o sectores de distintas dimensiones que van recorriendo escenarios diversos. En consecuencia, y este es el punto que nos interesa destacar, es un error pretender abordarlos con un único criterio. Intentar una simplificación que estos escenarios complejos, heterogéneos y cambiantes no admiten anticipa un mal resultado.
En el desarrollo de estas notas intentaremos avanzar sobre esta idea.
2. Borde, límite, frontera, transición…
Más allá de referirnos a las diferencias estrictamente semánticas, nos interesa la aplicación conceptual de los términos, aceptando desde ya que los mencionados en este subtítulo son solo algunos de los tantos que hacen referencia a los contornos de las urbanizaciones. En el desarrollo sumaremos otros, así como ciertos neologismos acuñados para expresar ideas o describir dimensiones novedosas de las periferias urbanas y metropolitanas.
Límite: La idea de límite nos remite a una línea infranqueable que por alguna razón queda establecida como tal. Es aplicable entre otras, a los límites de dominio, por ejemplo, entre parcelas, también a límites administrativos que definen las competencias territoriales y numerosas normativas de planificación física.
Borde: Es más genérico, nos remite a la idea de contorno y no necesariamente ha sido establecido por disposiciones o acuerdos. En muchos casos un borde asume la condición de límite definiendo la conformación urbanística, y materializa una línea contundente que separa dos situaciones. En otros casos los bordes adquieren otras conformaciones con recortes y discontinuidades.
Límite de la urbanización en La Calera (Provincia de Córdoba) sobre la Reserva Natural de la Defensa La Calera. Es propiedad del Ejército Argentino y adquiere la condición de Reserva por convenio suscripto el 14 de mayo de 2007 entre el Ministerio de Defensa y la Administración de Parques Nacionales que, además, le otorga el estatus de Espacio de Interés para la Conservación de la Biodiversidad, ENIC. Fuente: Google Earth.
Las condiciones indicadas al pie de la imagen explican la contundencia del límite de la urbanización. La tensión y las permanentes presiones ante el cambio de uso urbano y rural, por las importantes diferencias del valor de la tierra, son neutralizadas en este caso por el dominio fiscal y la categoría legal de reserva natural establecida por disposiciones nacionales. No sucede algo semejante con las normativas de Usos y Ocupación del Suelo que habitualmente disponen límites a la urbanización entre parcelas de propiedad privada.
Cuando se produce el salto entre urbanizable y no urbanizable, la experiencia indica que, por diferentes razones, estas normas tienden a ser vulneradas en los ámbitos metropolitanos, más difusos y lábiles. Esto es menos frecuente en los límites intraurbanos, que generalmente están acotados por componentes del dominio público.
El tratamiento de los bordes como espacios o franjas permite generar contenciones más efectivas, articulando diferentes situaciones.
Frontera: Con un criterio semejante, algunos autores incorporan la idea de frontera que, a diferencia de un límite, habilita alternativas de intercambio (José María López Medina, Hábitat y Sociedad Nº 8, noviembre de 2015 Des-Bordes urbanos: un concepto en construcción), integrando diferentes sectores urbanos y compactando las periferias con un sentido de diversidad.
Una mención particular merece la colindancia de la urbanización con espacios cuyos atributos ambientales son regulados por legislación propia de orden público. Es el caso en Córdoba de los bosques nativos protegidos por la ley provincial Nº 9814 (Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de la Provincia de Córdoba). Aquí surge un límite a la urbanización para determinadas categorías (quedando algunas dudas en este caso particular por la imprecisión del anexo gráfico y por el manejo de estas extensas superficies).
En el contexto metropolitano, una definición precisa –establecida en convenios con propietarios de la tierra sobre las actividades sustentables a desarrollar– y un plan de manejo y control, sumando las compensaciones impositivas que correspondan, pueden alentar un futuro auspicioso para extensiones importantes de bosque nativo, proveedor de servicios ambientales de vital importancia para las ciudades. De no mediar estas iniciativas, se mantendrá un grado de conflictividad y la realidad indica que, en muchos casos, han quedado como normas muy loables en sus objetivos y relativamente eficaces en los resultados.
Corredor Biogeográfico, Sierras Chicas, Provincia de Córdoba. Desde los límites de la urbanización de Colón y Punilla hasta la divisoria de aguas. Fuente: IPLAM 2016.
En el Plan Director de Sierras Chicas, coordinado por el IPLAM y elaborado durante el año 2016 con participación de las municipalidades y organizaciones sociales, se plantea la creación de un Corredor Biogeográfico que establece los límites al ascenso de la urbanización sobre el cordón de las Sierras Chicas en el talud este y oeste de la misma. La formalización de esta gran reserva natural protegida con estatus legal, protocolos de manejo y gestión, contemplando además intereses legítimos de los propietarios, daría estabilidad a la existencia de este extraordinario reservorio de biodiversidad y protección de las cuencas.
Unidades territoriales asociadas: Recurriendo nuevamente al concepto de José M. López Medina ya citado, ratificamos el planteo de superación del límite como un exceso, una transgresión que afecta la sostenibilidad entendida como respeto ecológico y social de los límites. Desde esta premisa de orden cultural debe surgir el marco legal del corredor Biogeográfico que formalice el límite al ascenso de las urbanizaciones sobre ambos faldeos de la sierra.
Al contemplarse un protocolo de manejo y gestión con participación del sector privado, se comienza entender a la reserva natural y las urbanizaciones como unidades territoriales asociadas. Se desdibuja así el simple concepto de límite como un muro infranqueable y aparece con mayor fuerza el concepto de frontera o transición con fuertes lazos de intercambio. Seguramente planteamos una cuestión polémica, pero resulta necesario hacerlo para darle sustento a una iniciativa que debe aportar sustanciales beneficios ambientales al presente y al futuro.
Afirmar que en la reserva no se puede hacer nada y que esto no demanda compensación alguna a los propietarios de la tierra nos lleva a la inviable opción de expropiar una enorme extensión de las sierras. También puede acontecer que la consecuencia sea parcialmente el abandono con la consiguiente degradación de una inmensa reserva de bosque serrano, de riqueza faunística y emplazamiento de las nacientes de la cuenca hídrica.
Escenarios de variedad: Hasta aquí,se han expuesto solo algunas situaciones de periferias que expresan la diversidad y la heterogeneidad que registran los contornos de las ciudades que ampliaremos más adelante.
Se reafirma entonces la necesidad de abocarse a la consideración particular de esa variedad, relacionada a la conformación urbanística, a las condiciones sociales, económicas, productivas y los atributos ambientales. Retomaremos esta línea de razonamiento y ampliaremos la ejemplificación en el punto 5 (Escenarios Complejos, Heterogéneos y Cambiantes).
3. Acerca de límites inamovibles
Incorporamos este punto solo para promover algunas reflexiones sobre algo que, entre utopías y realidades, ejemplifica sobre la constante tendencia a la superación de los límites de crecimiento en las ciudades. Las barreras aparentemente más insuperables, como los bordes marítimos, han sido motivo de propuestas utópicas y también de realizaciones concretas para extender la ciudad sobre los océanos.
Además del límite físico de esos casos, mencionamos otros referidos a la superación del límite que establece la capacidad de soporte del medio natural, con la interacción que ambas dimensiones mantienen, ya que el rebasamiento de orden físico tiene generalmente impactos y consecuencias de orden socioambiental.
Plan para la bahía de Tokio
El extraordinario proceso de crecimiento económico y la transformación que vive Japón en la postguerra genera repercusiones en el campo de la arquitectura y el urbanismo, que asimila la confianza en el desarrollo tecnológico para concebir la ciudad del futuro. El llamado movimiento metabolista alcanza protagonismo internacional y el grupo conocido como Laboratorio Tange adquiere prestigio y relevancia con la participación de Kurokawa, Isosaki y el propio Kenzo Tange.
La ciudad de Tokio había llegado a diez millones de habitantes en 1960 y manifestaba una crónica falta de disponibilidad de espacio para su crecimiento. Esto impulsa al grupo, a desarrollar lo que se conoció como el Plan para la Bahía de Tokio que permitía incorporar un 50% más de población a la ciudad de aquel momento. Un gran sistema vial elevado sobre el espejo de agua conectaba las dos costas y actuaba además como estructura de acople, tanto de los edificios de vivienda como del resto de las funciones urbanas.
Si bien el plan no tuvo concreción, resulta llamativo el consenso y el apoyo que recogió en los grupos de inversión inmobiliaria que lo vieron como una oportunidad, por los elevados valores del escaso suelo urbano.
Laboratorio Tange. Un inmenso puente habitado vincula ambas costas de la bahía de Tokio y actúa como malla a la que se conectan los edificios residenciales, comerciales, administrativos y el resto de servicios urbanos. Fuente: arquiscopio.com, Plan para la Bahía de Tokio.
Costa ibérica
A tono con su estilo provocativo, el grupo de arquitectos holandeses MVRDV desarrolla, a partir de una serie de propuestas surgidas en un taller realizado en Barcelona en1998, un elenco de alternativas para el futuro desarrollo turístico del extenso perímetro de costa de la península ibérica (Costa Ibérica, Hacia la Ciudad del Ocio. MVRDV, Actar, Barcelona 1998). En el marco del análisis de los procesos de ocupación turística de las costas, se visualiza a futuro un anillo que abraza la totalidad de la península, hecho este que tiene fases de concreción según se observa en las fotos satelitales nocturnas.
Sin detenerse a considerar la viabilidad práctica, entre otras ideas, sugieren un archipiélago de cien islas artificiales para liberar suelo en las playas del continente adicionando 7.000 km. de costa. En línea con esta premisa se propone una macroestructura en ciudades de alta concentración edilicia que avanza sobre el mar, alcanzando densidades que amplían los espacios libres.
En concordancia con ese estilo provocativo también se ingresa en el terreno sociológico, encuadrando con ironía la baja calidad cultural del turismo, que solo busca la satisfacción fácil de apetencias frívolas y vulgares. Como respuesta a estas demandas se expresan estas ideas sumando un plusvalor de más espacio de playa y más sol.
La intensidad lumínica indica la tendencia a la ocupación del perímetro de la península. Fuente NASA, generación Young.
Benidorm, provincia de Alicante, España es tomada como ejemplo del indetenible desarrollo urbanístico y las preferencias turísticas. Una cantidad de torres que incesantemente se suman al perímetro de la costa, explican el apodo de Nueva York del Mediterráneo.
Enorme mega estructura de edificios que superan la costa con la pretendida liberación de suelo, playa y sol.
Singapur
Otro caso de avance de la una ciudad sobre el mar, no como utopía sino como realidad. Singapur ha sido mencionada como la isla que crece. Esta Ciudad Estado del sudeste asiático, ubicada en el extremo sur de la península malaya, está separada de Malasia por el Estrecho de Johor. Sin fronteras terrestres, la isla mayor suma otras menores al sur y su territorio queda entonces restringido a 700 Km2 aproximadamente, con una población de 5.600.000 habitantes.
Esta condición y el extraordinario nivel de desarrollo de este estado soberano, ha motivado un permanente avance sobre el mar. En los comienzos utilizó el material proveniente de sus montañas para para aportar los rellenos necesarios, llegando a aplanar su geografía. Luego siguió comprando arena extraída de islas de Indonesia en cantidades crecientes, posibilitando así la ejecución de sus ambiciosos proyectos de expansión, disponiendo para esto de enormes recursos económicos.
En las islas de Indonesia, las consecuencias ambientales y sociales no han sido neutras. El deterioro de las playas es evidente, se han visto afectados los recursos marinos, (fuente de sustento de numerosas familias), los puertos de pescadores isleños y la biodiversidad de esta región ecuatorial.
Singapur ha sumado a su territorio en los últimos 40 años una superficie equivalente a dos islas de Manhattan. Fuente: Enrique Muñoz, elmundo.es.
Luego de estos ejemplos sobre límites marítimos, unos en el plano de las ideas y otro concretado, resulta oportuno hacer una referencia a los Límites Inamovibles en otra dimensión que no es de carácter físico. Nos referimos a los límites que establece la capacidad de soporte del medio natural, así como las consecuencias que acarrea la vulneración de los mismos.
Llanura Indo Ganges
Extendida al sur de los Himalayas, que aporta los caudales de numerosos ríos y la fertilidad de los sedimentos aluvionales, se extiende esta extensa llanura de 2,5 millones de km2 y excelentes aptitudes productivas. El Indo y el Ganges son los ríos principales que la surcan. Comprende el norte de la India, la región colindante de Pakistán en el oeste y Bangladesh en el este.
Una superficiende 700.000 Km2 de esta región, es decir una cuarta parte de la Argentina, está habitada por 1.000 millones de personas. Sin dudas, el impacto de esta superpoblación es enorme sobre las condiciones ambientales del territorio. El rio Ganges, con una inmensa cuenca extendida en 2.600 km. con nacientes cristalinas en alta montaña, se transforma en un interminable basural en el paso por innumerables ciudades vinculadas a su cauce.
Se da la paradoja que, aun contando con las extraordinarias riquezas naturales de la región, gran parte de la población que habita las ciudades –desde las pequeñas hasta las más grandes del planeta– viven en condiciones de carencias, en riesgo sanitario y sin la infraestructura y los servicios básicos.
Un ejemplo claro de la superación de los límites en la capacidad de soporte ambiental, sumado en este caso a la limitación de recursos para una respuesta tecnológica adecuada. J. M. López Medina, en relación a este caso, reflexiona en el texto citado sobre el desborde global de los límites de soporte del planeta.
El río Ganges, con 2.600 km de extensión desde la cadena de los Himalayas hasta la bahía de Bengala y un caudal medio de 12.000 m3/s, discurre con aguas cristalinas desde los glaciares de la montaña, para, luego del paso por las grandes ciudades, convertirse en un lamentable lodazal contaminado con bacterias fecales, desechos industriales e interminables basurales en sus márgenes. Una situación que afecta gravemente la salud de 400 millones de personas. Fuente: Wikipedia y Alamy stock photo.
Nueva Delhi (con ícono) y una red descomunal de ciudades pequeñas ,medianas y grandes que cubren el territorio. Una desproporcionada concentración en contraste con otras regiones escasamente pobladas. Fuente: Google Earth nocturno.
Desequilibrio en la distribución espacial de la población
La concentración de población sobre el total del país en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y su área metropolitana supera un límite razonable en la distribución de población en el territorio argentino. Una tendencia histórica de concentración de actividades económicas y población en torno al puerto ha tenido una repercusión en múltiples aspectos en la organización territorial y la vida institucional del país. Este desequilibrio a su vez se repite en otras provincias argentinas con marcada concentración de población en las ciudades más importantes.
En un país como Argentina, con 2,8 millones de kilómetros cuadrados y 44,5 millones de habitantes, el aglomerado del Gran Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires alcanzan los 14 millones de habitantes. Fuente: es.wikipedia.org.
Albores del pensamiento urbanístico del siglo XX
Cabría finalmente una mención a la evolución del pensamiento urbanístico del siglo XX, que orientó al planeamiento en el control de los bordes urbanos, siguiendo conceptos aplicados desde antaño y con mayor énfasis desde la primera revolución industrial. La tendencia incontenible a las expansión desordenada y caótica de las ciudadesimpuso un pensamiento urbanístico con marcado acento social, en el intento de revertir deplorables condiciones de vida, particularmente sanitarias, de las clases populares. Howard, Gedes, Garnier y muchos urbanistas y sociólogos de la época sentaron las bases del urbanismo del siglo XX, posteriormente retomado parcialmente por el Movimiento Moderno.
El impacto industrial en la contaminación, el aumento y hacinamiento de la población se manifestaron en el caos urbano. Tanto la ciudad como los entornos rurales sufrieron procesos devastadores, con consecuencias desastrosas para la calidad de vida de una creciente población trabajadora. El planeamiento asume la escala regional, promoviendo un dialogo armonioso entre la ciudad y el campo.
Más allá de sus planes orientados por un supuesto urbanismo universal casi autoritario (Plan Voisin y Ville Radieuse, entre otros), en donde se ignora el entorno, Le Corbusier también se ocupa del suburbio con su particular visión de edificios despegados del suelo con amplios espacios de parque entre ellos (un suburbio ordenado, según lo expresa). En la escala regional, considera la necesidad de mantener la armonía entre las ciudades y las reservas rurales, indicando que la densidad de la trama de las ciudades lineales, que contienen tales reservas, marcaría el estado de desarrollo industrial de Francia.
Conclusión
Sin dejar de aceptar que la ampliación de los límites puede ser necesaria por el crecimiento vegetativo de la población, debe también advertirse que supuestas necesidades de extensión son producidas generalmente por migraciones internas hacia suburbios de baja densidad y alto consumo de suelo. La promoción de tal tendencia responde también a la especulación inmobiliaria.
Estas reflexiones sobre la inamovilidad de los límites llevan a reconsiderar si tal condición se alcanza habitualmente como resultado del planeamiento, aún habiéndose planteado como objetivo. Hemos citado un caso (Reserva Natural de la Defensa de La Calera) en donde las presiones económicas para avanzar sobre el suelo rural son neutralizadas, en este caso por el dominio fiscal y la categoría legal de reserva natural establecida por disposiciones nacionales. Por cierto, un caso particular y poco frecuente.
De lo señalado surge entonces la posibilidad de utilizar ciertos recursos que definen los contornos y que pueden otorgarles cierta estabilidad en el tiempo, además de otras alternativas que exploraremos en el Punto 6, (Los Contornos como Áreas de Planificación y Oportunidad).
4. Las interfases como franjas de acción recíproca
Espacio articulador-ecotono
También como anticipo a la exploración de alternativas en el Punto 6, incorporamos algunas breves consideraciones sobre las interfases. Se trata de un concepto opuesto al límite a modo de muro o línea pretendidamente inamovible, que separa situaciones diferenciadas, manteniéndolas en esa condición.
Al abrir la idea de plan hacia una concepción sistémica, surge la posibilidad de escuchar los diálogos y los intercambios propios tanto de la condición urbana como de la rural, excluyendo un antagonismo destructivo.
Resulta útil y asimilable la idea de ecotono cuando se consideran franjas de acción recíproca, a manera de espacios de transición entre dos unidades territoriales con ecosistemas diferenciados. Pero además, el propio espacio de transición puede considerarse desde el punto de vista social y urbanístico como otra unidad territorial con identidad propia y con potencialidades para actuar como articulador.
Aún ante la contundencia del borde que determina la transición tierra mar, se establece un fuerte intercambio biológico que define una franja de frontera con fuerte interconexión. La llegada de las tortugas marinas para desovar y el nacimiento para regresar al mar definen un ecotono que habla más de la relación que de la división. Fuente: www.efeverde. Redacción EFE verde 12 noviembre 2016.
Complementación urbano-rural
Al avanzar en esta línea, surgió el recuerdo de un concepto elocuente y motivador de Rubén Pesci: “Fortalecer la Ruralidad en lo Urbano y la Urbanidad en lo Rural”. Se destaca así la inconveniencia de pensar desde lo urbano considerando como marginal la situación rural. Esto lleva más hacia la idea de límite fijo que a la interacción entre dos territorios complementarios.
Proteger atributos de lo rural y lo que puede designarse como rururbano es un objetivo, mejorando en lo posible sus condiciones ambientales con programas de diversa índole. Puede mencionarse el incremento del patrimonio vegetal, el arbolado de alineación, espacios verdes públicos y huertas familiares en pequeños poblados. Fortalecimiento de las redes de infraestructura y servicios, mejoramiento de viviendas, apoyo a la producción y la comercialización de productos regionales, entre otros. Acciones de esta naturaleza contribuyen a brindar estabilidad a estos espacios transicionales que, en caso de ser segregados por un límite o directamente olvidados, serán inevitablemente espacios propensos a ser devorados por la extensión indiscriminada, desordenada y eventualmente irregular del suelo urbano.
Sector del Camino a 60 Cuadras. Córdoba. Fuente: Google Earth.
Hace más de un siglo, la construcción del dique San Roque, el Dique Mal Paso, los monumentales acueductos y la extraordinaria red de canales de riego marcaron un hito en la historia de Córdoba. La destacada capacidad técnica, el empuje y la determinación de destacadas personalidades como los ingenieros Carlos Cassaffousth, Esteban Dumesnil y el doctor Juan Bialet Massé hizo realidad la concreción de estas obras. Se cambió la matriz productiva de los entornos de la ciudad Capital, generando riqueza con la producción frutihortícola en lo que se denominaban “los altos de Córdoba”.
Las huertas con tierras de regadío, con sus viviendas, los caminos de interconexión y el arbolado acompañando los canales, consolidaron un paisaje y un ambiente de alta calidad en lo que se llamó el cinturón verde de Córdoba. La desatención y el abandono por décadas produjo la decadencia que hoy se manifiesta.
GI
(continúa en el próximo número)
El autor es Arquitecto. Es Director General del IPLAM, Instituto de Planificación Metropolitana de Córdoba, y Profesor Emérito de la UNC.
De su autoría, ver también en café de las ciudades las notas Ciudad de ciudades y Ordenamiento, conformación y conectividad metropolitana, sobre la movilidad metropolitana en Córdoba en nuestros números 168/9 y 170/1, respectivamente.
Sobre el tema, ver también Líneas de borde y franjas de transición, de Alfredo M. Garay (fragmento de nuestro libro Cien cafés).