N. de la R.: El texto de esta nota reproduce la presentación del libro del mismo título, que será publicado este mes por café de las ciudades. Mariana Schweitzer (directora). Autores: Mariana Schweitzer, Marisa Scardino, Santiago P. Petrocelli, Mariel A. Arancio, Joaquín Bosch, Pablo M. Schweitzer, Brenda S. Ponzi. Colaboradores: Alejandro F. Schweitzer, Alicia Majlis, Cecilia Bianchimano, Ariel Tófalo, María Laura Carena.
En las últimas décadas se han producido cambios significativos en los procesos de urbanización global y, en ese marco, la tendencia a la reconcentración de las personas en el espacio se acelera. Las grandes ciudades crecen, se densifican y se expanden sin límites hasta conformar en algunos casos grandes áreas metropolitanas que, desbordadas, avanzan urbanizando espacios periurbanos e incorporando localidades aledañas. La dicotomía urbano-rural ya no se distingue tajantemente en la realidad. Los otrora espacios rurales son transformados a un ritmo incesante, las actividades agropecuarias se industrializan y sus productos circulan por redes de comercio mundial; la industria y las actividades logísticas se globalizan y sus cadenas de valor se expanden geográficamente en busca de recursos naturales y de ventajas comparativas. En estas circunstancias caracterizadas por un proceso de urbanización generalizada con áreas de alta concentración, la macrocefalia urbana argentina no es un fenómeno demográfico específico de nuestro país, sino más bien es producto de la configuración histórica del espacio sudamericano y síntoma tangible de un proceso de “desarrollo espacial desigual” (Smith, 2020) que se aceleró en las últimas décadas y que no da indicios de revertirse.
En esta dirección, el censo del año 2010 expone que el Gran Buenos Aires acumula más de un tercio de la población del país, equipara al total de la población de los 45 aglomerados que le siguen en tamaño demográfico, a la vez que sobrepasa por más de una vez y media a la población de los 907 aglomerados de menos de 50.000 habitantes registrados en Argentina. Asimismo, la concentración socioespacial se pone de manifiesto en que el 87 % de la población argentina se localiza en menos del 1 % del espacio nacional (INDEC, 2010, dto obtenido a partir de procesamiento geoestadístico propio en base a información censal agregada a nivel de radios censales).
No obstante, la concentración de las personas en el espacio no es sólo un asunto demográfico, sino también da cuenta de un acceso diferencial a servicios, equipamientos e infraestructura para la reproducción social y para el desarrollo de actividades productivas. En efecto, la desigualdad socioespacial no refiere a un mero desequilibrio o desajuste transitorio, sino que se funde en un proceso estructural de inercia acumulativa bajo el cual la concentración económica y territorial tienden a reforzarse recíprocamente (Schweitzer, 2020). En definitiva, la urbanización desigual de Argentina se debe al éxito —y no al fracaso— de la economía de mercado y tiene que ver tanto con la selectividad espacial de las políticas estatales como con el despliegue de las principales actividades económicas (De Mattos, 1984) (sin dudas, la organización socioespacial argentina responde también a la configuración de las relaciones de poder políticas y económicas con actores y agencias de la economía globalizada que tienden a concentrarse, a su vez, en unas pocas ciudades).
En este marco, se considera que las aglomeraciones que registran condiciones adecuadas para el arraigo de la población y para el desarrollo económico en lugares alejados de las pocas grandes urbes del país merecen especial atención, ya sea por su potencial estratégico en cualquier intento de buscar una reducción de las brechas de la desigualdad socioespacial existente, como por su contribución a frenar el crecimiento, cada vez más insostenible, de la hiperconcentración urbana. En función de ello, se sostiene que la identificación y jerarquización de los asentamientos poblacionales intermedios, así como también la evaluación de sus relaciones en clave de su diversidad y complejidad funcional, resulta un punto de partida indispensable para (re)pensar un diseño de políticas estatales que tiendan a mitigar la desigualdad en el territorio.
A partir de estas coordenadas, el presente libro plantea un estudio sobre la forma de organización de los asentamientos poblaciones del país, en una clave que incluye no solamente la dinámica demográfica sino también un análisis de los grados de complejidad y diversidad funcional de los servicios y de las actividades económicas. De esta manera, el trabajo aquí presentado se caracteriza por un análisis a escala nacional en el que prevalecen las estrategias cuantitativas de procesamiento y análisis de información secundaria, que lo alejan —en cierta medida— del accionar de los actores y estatalidades en territorios contextualmente específicos. Sin embargo, los resultados aquí presentados constituyen la primera etapa de un proyecto de investigación más amplio, que fue necesaria para detectar un conjunto de espacios estratégicos en los que se espera realizar estudios de caso que permitan el relevamiento de los aspectos específicos y las dimensiones cualitativas del objeto de estudio. Así, en la instancia posterior se avanza en el análisis socioterritorial de un conjunto de aglomerados potencialmente estratégicos para la focalización de políticas públicas que tiendan a reducir brechas de desigualdad socio-espacial.
En efecto, y más allá de las etapas propias del proceso de investigación, las discusiones, debates y los primeros hallazgos que dan sustento al presente libro fueron tensionados por el desafío de amalgamar un planteo conceptual crítico con una operacionalización metodológica-instrumental a escala nacional. A dicho desafío hubo que adicionarle los múltiples condicionantes vinculados a la disponibilidad y acondicionamiento de información para llevar a cabo una tarea de este tipo. En última instancia, la idea de que “la ciudad esté en todos lados y en todas las cosas” (Amin y Thrift, 2002 en Brenner, 2013, p. 44) no deja de ser una formulación teórica que aún no ha permeado en las formas en que se observan y registran los cambios y las dinámicas socioterritoriales a nivel empírico y metodológico.
En el proceso de investigación del que se desprenden los capítulos que conforman este libro, se propuso —desde su inicio— afrontar múltiples desafíos. El primero de ellos consistió en poner en discusión una serie de conceptos, categorías, definiciones y metodologías de amplia circulación en el campo académico. De este modo, a nivel teórico, los retos implicaron la necesidad de repensar los procesos en curso bajo las condiciones específicas de la urbanización latinoamericana en general y de los países del sur en particular. El análisis requirió la incorporación de la dimensión histórica propia del proceso de urbanización latinoamericano y sus vinculaciones con los procesos de escala global que lo fueron condicionando. En segundo lugar, a nivel metodológico, el desafío central consistió en realizar un proceso de operacionalización del conjunto de proposiciones e hipótesis orientadas a pensar estas nuevas y dinámicas formas adoptadas por el proceso de urbanización capitalista en Argentina.
Así, la investigación transitó —y aún lo sigue haciendo— por dos líneas de trabajo simultáneas e interconectadas que se reflejan en los sucesivos capítulos del libro: (i) la discusión conceptual, que se desarrolla en el primer capítulo; (ii) el desarrollo metodológico vinculado a esos debates y su consecuente adaptación a la información disponible, expuesto en el segundo capítulo; y (iii) la presentación de los primeros resultados abordados en el tercer y cuarto capítulo, en este último particularmente para la caracterización de ciudades intermedias.
La primera de las líneas de trabajo, que se centró en abrir algunos de los debates y cuestionamientos teóricos relativos a los estudios urbanos, partió del supuesto de reconocer la elevada proporción de población que vive en ámbitos urbanos, tanto a nivel global como nacional. Sin dudas, el fenómeno urbano contemporáneo excede constantemente el límite físico y administrativo de las ciudades, comprometiendo a sus espacios periféricos. En este sentido, la idea de la generalización del fenómeno urbano conduce a distanciarse de una concepción que equipara lo urbano a la ciudad y que entiende a esta última solo como un objeto formal. Así como la ciudad es más que una pieza morfológica, el fenómeno urbano ha de comprenderse como un proceso relacional que excede a los asentamientos poblacionales, que los pone en relación y a la vez los conecta con aquellos espacios de soporte que proveen energía, logística, bienes y también servicios. De este modo, no es posible dejar de preguntarse acerca de las posibilidades de definición del fenómeno urbano en la actualidad. ¿Cómo identificar el límite concreto entre los espacios rurales y los urbanos? ¿Es posible equiparar lo urbano entre distintos países e, inclusive, al interior de un mismo país? ¿Lo urbano se define por la talla poblacional o se requiere la incorporación de otras dimensiones?
En el contexto de difusión del fenómeno urbano, tensionado por un constante proceso de homogenización y diferenciación espacial, el proyecto de investigación se propuso trazar distinciones con la finalidad de identificar a un conjunto de núcleos urbanos intermedios. Las diferencias no apuntaron a trazar el límite entre “lo rural” y “lo urbano” —en el caso que ello fuera empíricamente posible—, sino más bien de diferenciar el fenómeno urbano en sí mismo. En este caso, la mirada se centró en la caracterización e identificación de los núcleos urbanos intermedios, como aquellos que —en el contexto nacional— podrían sopesar la importancia de los grandes aglomerados.
Hace décadas que los estudios especializados destacan el rol estratégico de las ciudades intermedias y que se puso en cuestión la talla demográfica como elemento central de su definición. Así, se enfatizó en las funciones que hacen que un núcleo urbano medie entre una gran metrópoli y otros núcleos de menores dimensiones. No obstante, si bien es ampliamente reconocida esta cuestión, no se discuten abiertamente cuáles son aquellas funciones requeridas para la intermediación y —en la práctica— se termina reduciendo su abordaje, nuevamente, a un esquema de talla poblacional, más allá de las cuantías de población que se adopten. Es decir, en gran parte de los estudios consultados, las argumentaciones teóricas que abogan por una definición más compleja de los nodos intermedios no logran, a nivel metodológico, operacionalizar esa complejidad.
Asimismo, debe atenderse al cambio de concepto de ciudad media a intermedia. Efectivamente, como señalan Otero Ortega y Llop Torne (2020), no se trata de un cambio de término, se trata de un cambio conceptual, en el cual la ciudad intermedia no se reconoce por su talla poblacional sino por su función de intermediadora del desarrollo de una territorialidad con un potencial ecológico, cultural y económico.
Por otro lado, hablar de núcleos urbanos intermedios implica necesariamente reflexionar acerca del entramado de asentamientos de población, sus conexiones físicas mediante vías e infraestructuras de transporte y sus relaciones e intercambios. En este punto, la incorporación del análisis del entramado como red o sistema también ha formado parte del debate conceptual y metodológico.
Por último, el estudio del sistema nacional de asentamientos puso de manifiesto las enormes diferencias entre las regiones del país, desde las más evidentes —como las disparidades en las densidades de ocupación del suelo— hasta aquellas más discretas relativas a la disponibilidad de servicios, equipamientos, actividades económicas y empleo. Así, surge el debate acerca de las posibilidades de conformar un país más equilibrado en términos de población y de distribución de actividades económicas. Esta cuestión, que tiene peso académico pero que también ha comenzado a ser parte tangencial del debate público, fue otro de los temas abordados en la primera línea de la investigación. ¿Hasta qué punto es realimente posible lograr una conformación socioterritorial equilibrada?, ¿Es ello factible de ser alcanzado? ¿No sería ello considerar al espacio como una “tabula rasa”, como una mera intervención morfológica? ¿Es posible deshacerse de las características propias de cada porción territorial, aquellas dadas por las propiedades de sus suelos o de su clima? ¿Cómo juega en ello la acumulación de inversiones diferencial que históricamente ha sucedido?
Frente a esos interrogantes, los distintos modelos de desarrollo y las diferentes modalidades de planificación territorial han ofrecido su abanico de respuestas. Algunos han adoptado políticas tendientes a generar una ecualización fina de las diferencias socioterritoriales, y otros han formulado planes de desarrollo regional que buscaron maximizar las potencialidades y sacar provecho de las diferencias. En este sentido, ya no es posible —ni deseable— hablar de una configuración socioterritorial desequilibrada. Más adecuado sería entonces introducir de plano la noción de desigualdad, en la medida en que esas diferencias (acumuladas) no son en absoluto provisorias, sino que son producto del mismo funcionamiento del actual sistema capitalista de producción.
La segunda línea de trabajo llevada a cabo en el proceso de investigación se desarrolló en un diálogo vis a vis con la primera línea de análisis teórico. Aquí se procedió a realizar una revisión metodológica profunda en consonancia con el desarrollo conceptual: las posibles formas de identificación del fenómeno urbano, la determinación de las funciones que tiene que contener un centro urbano para ser considerado intermedio, las variables a considerar al momento de incluir su relación con el entorno territorial. En este sentido, la crítica que se ha realizado respecto de los esquemas y marcos teóricos heredados del traslape sociohistórico de viejas nociones ontológicas de ciudad o de lo urbano, ha sido confrontada con las posibilidades fácticas de la operacionalización metodológica de los objetivos planteados.
Las dificultades encontradas en este sentido han sido múltiples y se detallan en el segundo capítulo del libro. De todos modos, cabe mencionar aquí los escollos más salientes que se han afrontado. En primer lugar, aquellas variables utilizadas tradicionalmente para analizar el fenómeno urbano —como, por ejemplo, la cantidad de población— que provienen de fuentes oficiales como el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), se encuentran desactualizadas a la fecha de este trabajo, y presentan disímiles niveles de desagregación territorial. En segundo lugar, el conjunto de variables identificadas para analizar la oferta de servicios y de equipamientos de los núcleos urbanos se encontró completamente atomizada en diferentes estadísticas sectoriales, con diferentes niveles de desagregación y años de registro, si es que han sido oficialmente relevadas alguna vez. En efecto, para algunas de las variables aquí analizadas se han utilizado fuentes de registro extraoficiales, lo que condujo a la necesidad de un acondicionamiento mucho más exhaustivo y minucioso de los datos para maximizar su nivel de confianza.
Por otro lado, ante la imposibilidad de realizar un análisis a nivel del conjunto de núcleos del país con abordaje cualitativo, para identificar las condiciones de vida de la población se recurrió a un análisis cuantitativo, que se entiende necesario complementar. Además, para contemplar la dimensión económica, y ante la ausencia de datos de empleo público (sólo disponible para ciertos cortes y a escala provincial), se trabajó con empleo privado y empleo registrado, y con empresas de esas mismas características. Esta es una limitación que es más trascendente en cuanto hay sectores de la economía más informales y que trabajan sin registrar formalmente las actividades y el empleo.
En suma, en esa compleja interacción entre el marco conceptual y los condicionantes metodológicos dados por la disponibilidad, dispersión institucional y heterogeneidad de los datos, es que se afrontó el desafío de elaborar un diseño metodológico-instrumental ad hoc para encauzar la operacionalización de los objetivos de la investigación (mención aparte merece la ausencia de información que existe en nuestro país relativa a la intensidad y disposición de las redes y flujos que sostienen el carácter relacional del proceso de urbanización en curso). En esta dirección, el diseño de la estrategia metodológica-instrumental se llevó a cabo mediante un trabajo de avance procesual, en fases, multiescalar y multidimensional, que integró etapas cuantitativas y cualitativas, confrontando los instrumentos y métodos con las posibilidades realmente existentes de la operacionalización de los objetivos planteados.
Por último, el tercer y cuarto capítulo de este libro reúnen los primeros resultados de investigación. Así, el Capítulo 3 avanza en el análisis de los núcleos urbanos del conjunto del país identificados según su localización, su dinámica demográfica, su nivel de servicios y complejidad funcional, así como también sobre la calidad de vida de sus habitantes y la dinámica de las actividades económicas que los incluyen. Luego, el Capítulo 4 centra su análisis específicamente en los aglomerados intermedios en la Argentina. Allí se exponen las características que adoptan estos núcleos a partir de la tipología complejidad de servicios y las relaciones que establecen con el entorno.
Como se ha mencionado, este libro presenta los debates y hallazgos obtenidos en la primera de las dos etapas del proceso de investigación que está en curso. Su desarrollo estuvo marcado por el interés de realizar un análisis a escala nacional y por las instancias de trabajo en gabinete llevado a cabo mediante la identificación, procesamiento y problematización de las fuentes de información secundaria disponibles en nuestro país, dejando pendiente el análisis de los actores implicados en la producción del territorio mediante instancias de trabajo de campo focalizadas en los casos seleccionados que surgieron al final de este primer recorrido. En definitiva, se trata de un trabajo de investigación a distintas escalas de análisis, diferenciadas en cuanto a sus tácticas de abordaje y profundizaciones en el análisis, que van más allá de lo que se presenta en este libro.
El libro es el producto de un proceso colectivo de construcción de conocimientos, un trabajo de permanente intercambio y debate, desde la selección, tratamiento e interpretación de la información, hasta la elaboración de los resultados. Desde el equipo de investigación se adhiere a esa forma colaborativa de producción de conocimientos, como así también a la necesidad que desde la academia se aporte a la transformación territorial y, en ese sentido, a la formulación de políticas públicas.
MS
Mariana Schweitzer es Arquitecta (1989), Especialista en Planificación Urbana y Regional (1993) y Magíster en Planificación Urbana y Regional (2001) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Doctora en Urbanismo de la UBA (2016). Investigadora de CONICET con categoría de Investigadora Independiente con sede y del Centro de Investigación Hábitat y Municipio (CIHAM/FADU/UBA). Directora de proyectos de investigación UBACyT y del Programa Territorio y Sociedad (TyS), Codirectora del Centro de Investigación Hábitat y Municipio (CIHAM) y Subdirectora de la Maestría en Planificación y Gestión del Transporte de la UBA. Desarrolla actividades docentes en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU-UBA) y en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) para la Licenciatura en Geografía.
El sistema regional de asentamientos en la Argentina del siglo XXI. Lineamientos estratégicos para promover el desarrollo del territorio. Mariana Schweitzer (directora). Autores: Mariana Schweitzer, Marisa Scardino, Santiago P. Petrocelli, Mariel A. Arancio, Joaquín Bosch, Pablo M. Schweitzer, Brenda S. Ponzi. Colaboradores: Alejandro F. Schweitzer, Alicia Majlis, Cecilia Bianchimano, Ariel Tófalo, María Laura Carena. Buenos Aires. café de las ciudades, 2022. 144 p.; 28 x 20 cm. ISBN 978-987-3627-59-0
Bibliografía
Brenner, N. (2013). Tesis sobre la urbanización planetaria. Nueva Sociedad, (243), 49-66.
De Mattos, C. (1984). Ciudades Intermedias y Desconcentración territorial: propósitos, alcances y Viabilidad. Revista de Estudios Urbano Regionales, En EURE, 11(32), 7-34.
Otero Ortega, A. y Llop Torne, J. (2020). La ciudad intermedia: crecimiento y dinámicas de desarrollo. Revista Territorios, (43), 1-8.
Schweitzer, M. (2020). La producción de un territorio desigual en Argentina. Concentración, primacía y macrocefalia. Redes, 25(3),1051-1070.
Smith, N. (2008). Uneven development. Nature, capital and the production of space (3ra ed.). University of Georgia Press.