Esta nota
participa (y difiere a la vez) de géneros y mecanismos como
la entrevista, la recopilación y el intercambio epistolar.
Es producto de un trabajo de edición realizado por café
de las ciudades, sobre materiales gentilmente provistos
por Saskia Sassen. Para quienes aun no la conocen, es una introducción
a su trabajo; para quienes están más familiarizados,
la nota permite un repaso y una actualización de su pensamiento.

cdlc:
Poco más de una década después de su publicación,
¿cómo
han evolucionado, en términos generales, los procesos de
gentrificación, concentración y primacía urbanas
descriptos en "La Ciudad Global"?
Hay seis hipótesis
a través de los cuales organizo los datos y la teorización
del modelo de la ciudad global. Presentaré brevemente cada
una de ellas de modo de producir una representación más
precisa.
Primero: la
dispersión geográfica de las actividades económicas
que caracteriza a la globalización, junto con la simultanea
integración de actividades tan dispersas geográficamente,
es un factor clave que alimenta el crecimiento y la importancia
de las funciones centrales corporativas. Cuanto más dispersas
son las operaciones de una empresa entre diferentes países,
más complejas y estratégicas resultan sus funciones
centrales: esto es, las tareas de gestionar, coordinar, servir y
financiar la red de operaciones de una empresa.
Segundo, estas
funciones centrales se tornan tan complejas que cada vez con
más frecuencia las direcciones corporativas de las grandes
empresas globales los tercerizan: compran un porcentaje de sus
funciones centrales a empresas de servicio altamente especializadas:
contaduría, legales, relaciones públicas, programación,
telecomunicaciones y otros servicios de este tipo. Así, mientras
que hasta hace unos diez años el sitio clave para la producción
de estas funciones centrales aun era la sede corporativa de una
empresa, hoy existe un segundo sitio clave: las empresas especializadas
de servicios contratadas por las direcciones corporativas para producir
algunas de estas funciones centrales o sus componentes. Este es
el caso especialmente de las empresas implicadas en mercados globales
y operaciones no rutinarias. Pero cada vez con mayor frecuencia
las direcciones corporativas de todas las grandes empresas tienden
a comprar esos insumos, más que a producirlos en su propia
sede.
Tercero, aquellas
empresas especializadas de servicios insertas en los mercados más
complejos y globalizados están sujetas a economías
de aglomeración. La complejidad de los servicios que
necesitan producir, la incertidumbre de los mercados con los que
están relacionados directamente o a través de las
corporaciones para las que están produciendo esos servicios,
y la creciente importancia de la rapidez en todas estas transacciones,
es un mix de condiciones que constituye una nueva dinámica
de aglomeración. La mezcla de empresas, talentos, expertizajes,
de un amplio rango de campos especializados, hace que un cierto
tipo de entorno urbano funcione como un centro de información.
Estar en una ciudad deviene sinónimo de estar en un nudo
extremadamente intenso y densificado de información.
Una cuarta hipótesis,
derivada de la precedente, es que cuanto más corporaciones
tercerizan sus funciones más complejas y no estandarizadas,
en particular aquellas sujetas a mercados inciertos y cambiantes
y a la rapidez, más libres son de optar por cualquier localización,
porque la mayoría de las tareas efectivamente realizadas
en sus sedes corporativas no está sujeta a economías
de aglomeración. Esto implica que el sector clave que especifica
las ventajas distintivas de producción de las ciudades globales
es el sector de servicios altamente especializados y puestos en
red. Al desarrollar esta hipótesis estaba respondiendo a
una noción muy común, la de que el número de
sedes corporativas es lo que define a una ciudad global. Empíricamente
este puede ser el caso en algunos países donde el centro
principal de negocios es también el principal concentrador
de sedes corporativas, pero esto puede ser debido a la ausencia
de opciones de localización alternativas. Pero en países
con una infraestructura bien desarrollada por fuera del centro principal
de negocios, suele haber múltiples opciones de localización
para las sedes corporativas.
Quinto, estas
empresas de servicios especializadas necesitan proveer un servicio
global, lo cual significa una red global de afiliados, o alguna
otra forma de asociación, y como resultado hemos visto el
fortalecimiento de las transacciones y redes transfronterizas de
ciudad a ciudad. En el límite, esto muy bien puede ser el
comienzo de la formación de sistemas transnacionales urbanos.
El crecimiento de los mercados globales para las finanzas y los
servicios especializados, la necesidad de redes de servicios transnacionales
(debido a los agudos incrementos en la inversión internacional),
el rol reducido de los gobiernos en la regulación de la actividad
económica internacional, y el correspondiente ascenso de
otras áreas institucionales (en especial mercados globales
y direcciones corporativas), todo esto señala la existencia
de una red transnacional de ciudades. Algo que esto implica (y a
la vez una hipótesis relacionada para la investigación)
es que la suerte económica de estas ciudades se torna
cada vez más desconectada de sus hinterlands más
amplios, e incluso de sus economías nacionales. Podemos ver
la formación, al menos incipiente, de sistemas urbanos transnacionales.
A grandes rasgos, parece que los más grandes centros de negocios
en el mundo de hoy adquieren su importancia de estas redes transnacionales.
No hay tal cosa como una ciudad global única o aislada, y
en este sentido hay una agudo contraste con las antiguas capitales
de imperios.
Una sexta hipótesis,
es que el número creciente de profesionales de alto nivel
y de empresas de servicios de altos beneficios, tiene el efecto
de acrecentar el grado de inequidad espacial y socioeconómica
evidente en estas ciudades. El rol estratégico de esos
servicios especializados como insumos acrecienta la cantidad y el
valor de los profesionales de nivel "top". Más aun, dado
que el talento pueda tener enorme significación para la calidad
de esos productos estratégicos y que, dada la importancia
de la rapidez, el talento es un valor agregado, la estructura de
las renumeraciones tiende a experimentar rápidos incrementos.
Las actividades y trabajadores que carecen de tales atributos, sean
de servicios manufactureros o industriales, tienden a quedar cautivos
en el ciclo opuesto.
Una séptima
hipótesis, es que un resultado de las dinámicas descriptas
en la hipótesis seis es la creciente informalización
de todo un rango de actividades económicas que encuentran
su efectiva demanda en estas ciudades pero no tienen tasas de beneficios
que les permitan competir con las empresas de altos beneficios al
tope del sistema. Informalizar una parte o el total de sus actividades
de producción y distribución, incluyendo los servicios,
es una manera de sobrevivir en estas condiciones.
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Para entender
el rol de una ciudad en la red de ciudades globales es necesario
establecer la posición de esta ciudad en la variedad de circuitos
nacionales, regionales y globales sobre los cuales se ubica.
Estos incluyen una gran variedad de circuitos altamente especializados
para funciones económicas, culturales, gubernamentales, académicas,
políticas, etc. Distintas funciones configuran distintos
grupos de ciudades. Establecer la posición de una ciudad
en estos circuitos y su relación con otras ciudades en esos
mismos circuitos requiere todo un trabajo empírico de investigación.
Generalmente se oyen muchos comentarios sobre la competencia entre
ciudades. Pero una de las grandes tendencias a través de
la historia, y muy fortalecida en la época actual es lo que
se podría pensar como una división de funciones
a escala transnacional. Hay funciones de la ciudad que se dan
en red, donde las ciudades que forman parte de una red acumulan
ventajas. No todo es competencia: hemos exagerado eso de la competencia.
La existencia de múltiples circuitos entre grupos de ciudades
ofrece también una especie de arquitectura para una política
urbana transnacional.
cdlc:
Se
han interpretado dos significados de la "ciudad global": el más
inmediato, relativo a las ciudades que Saskia Sassen identifica
en su libro como las que cumplen ese rol (Nueva York, Londres y
Tokio); otro más general, donde "la ciudad global" sería
un fenómeno que cubre la mayor parte del mundo, con distintas
funciones y especializaciones de las ciudades particulares. Veamos
como considera este tema nuestra autora:
La economía
global se materializa en una grilla mundial de puestos estratégicos,
la mayoría de los cuales son grandes centros internacionales
de negocios y finanzas. Podemos imaginar esta grilla global como
constituyendo una nueva geografía económica de
centralidad, que cruza a través de las fronteras nacionales
y de la vieja división Norte - Sur. Esto indica la emergencia
de una geografía política paralela, un espacio transnacional
para la formación de nuevas demandas por el capital global.
La más
poderosa de estas nuevas geografía de centralidad en los
niveles interurbanos liga los principales centros internacionales
de negocios y finanzas: Nueva York, Londres, Tokio, París,
Francfort, Zurich, Amsterdam, Los Angeles, Sydney, Hong Kong, entre
otros. Pero esta geografía también incluye ciudades
como Sao Paulo, Buenos Aires, Bangkok, Taipei y México DF.
La intensidad de las transacciones entre estas ciudades, en particular
a través de los mercados financieros, transacciones en servicios,
e inversión, ha crecido sostenidamente, y también
lo han hecho los ordenes de magnitud implicados. Al mismo tiempo,
ha habido una clara inequidad en la concentración de recursos
estratégicos y actividades de cada una de estas ciudades
con respecto a otras en el mismo país.
Las ciudades
globales son diferentes de las viejas capitales de antiguos
imperios, en que son una función de redes transfronterizas
y no simplemente la ciudad más poderosa de un imperio. No
hay, en mi conceptualización algo así como una sola
ciudad global (como pudo haber sido la capital de un imperio): la
categoría ciudad global solo tiene sentido como componente
de una red global de ciudades estratégicas. El sector
corporativo, que contiene el control global y comanda las funciones,
está parcialmente inserto en esta red.
Este tipo de
conceptualización sobre la globalización contribuye
a identificar una compleja arquitectura organizacional que atraviesa
fronteras y está a la vez en parte desterritorializada y
en parte concentrada espacialmente en ciudades.
La pronunciada
y clara orientación a los mercados mundiales, evidente en
los sectores económicos que prosperan en estas ciudades,
genera cada vez más preguntas acerca de la articulación
con sus economías nacionales, sus regiones, y la estructura
económica y social más amplia en el interior de estas
ciudades.
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En la actualidad
no hay una simple y directa relación entre centralidad y
entidades geográficas como el downtown, o el área
central de negocios. En el pasado, y hasta muy recientemente, el
centro era sinónimo de esos conceptos. Pero hoy el correlato
espacial del centro puede asumir varias formas geográficas.
Puede ser el área central de negocios, y lo es todavía
y con mucha fuerza en Nueva York, o puede extenderse en un área
metropolitana en la forma de una grilla de nodos de intensa actividad
de negocios, como vemos en Francfort y Zurich. El centro ha sido
profundamente alterado por las telecomunicaciones y el crecimiento
de la economía global, ambos inextricablemente relacionados:
estos han contribuido a la nueva geografía de centralidad
(y marginalidad). Simplificando, yo identifico diversas formas
asumidas actualmente por la centralidad:
Primero, mientras
que la centralidad puede asumir múltiples correlatos espaciales,
el área central de negocios continua siendo un sitio
estratégico para las industrias líderes. Pero es un
área profundamente reconfigurada por el cambio tecnológico
y económico.
Segundo, el
centro puede extenderse en un área metropolitana en la forma
de una grilla de nodos de intensa actividad de negocios.
Este es en parte un espacio desterritorializado de centralidad operando
en redes digitales, pero es también territorial en cuanto
está inserto en formas convencionales
de infraestructuras de comunicación, en especial trenes rápidos
y autopistas conectando a aeropuertos.
Tercero, estamos
viendo la formación de un "centro" transterritorial constituido
en parte en el espacio digital, a través de transacciones
económicas intensas en la red de ciudades globales.
Estas redes de los principales centros internacionales de negocios
constituyen nuevas geografías de centralidad.
cdlc:
¿Continúan
siendo Nueva York, Tokio y Londres las grandes ciudades globales
del capitalismo avanzado, o ese rol es disputado por otras ciudades
que han captado esa dinámica económica, política
y cultural?
Hay alrededor
de 40 ciudades globales en la actualidad, algunas de ellas
en un sentido pleno, otras, ciudades con funciones de ciudad global
(Miami, Montevideo). La más poderosa de estas nuevas geografías
de centralidad en el nivel global liga los principales centros internacionales
de financias y negocios. Hay 5 en el nivel más alto: Nueva
York, Londres, Tokio (que todavía es el más grande
exportador de capital y un poder global masivo a través de
sus empresas de manufacturas y comercio), París y Francfort.
Luego hay un sector de alrededor de 30 ciudades globales (Zurich,
Hong Kong, Amsterdam, Los Angeles, Sydney, etc. Sao Paulo y México
DF están en este estrato, quizás
no en la parte superior pero bien ubicadas en el medio). Estas son
las ciudades que organizan la circulación de riquezas dentro
y fuera de sus países, que tienen la capacidad de gerenciar
las operaciones globales de sus empresas nacionales y las operaciones
de las empresas extranjeras que quieren operar dentro de sus países.
En el caso de
un paisaje complejo como es Europa vemos en los hechos varias geografías
de centralidad, algunas de ellas globales, otras continentales y
regionales.
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Cuando utilicé
por primera vez la expresión ciudad global (en 1984) lo hice
intencionadamente: era un intento de dar nombre a una diferencia,
a la especificidad de lo global tal como se estructura en el período
contemporáneo. No elegí la alternativa obvia, world
city, porque precisamente tenía el atributo opuesto:
se refería a un tipo de ciudad que hemos visto por siglos.
En este aspecto puede decirse que la mayoría de las ciudades
globales de la actualidad son también ciudades mundiales,
pero que bien puede haber algunas ciudades globales que no son ciudades
mundiales en el sentido pleno, más rico de la palabra. Esta
es en parte una cuestión empírica: como la economía
global se expande e incorpora ciudades adicionales dentro de sus
variadas redes, es totalmente posible que la respuesta a esta cuestión
particular varié. Así, el hecho de que Miami haya
desarrollado funciones de ciudad global desde los últimos
´80 no hace de ella una ciudad mundial en aquel viejo sentido del
término.
cdlc:
¿Como
afecta la nueva situación internacional, después de
los atentados del 11 de septiembre de 2001 y las represalias militares
en Afganistán e Irak, al desarrollo de las Ciudades Globales?
No solo en relación al área del Bajo Manhattan, sino
en cuanto al nuevo equilibrio (o desequilibrio...) de fuerzas en
el orden político, económico y militar.
Que uno de los
atacantes suicidas del reciente atentado en Casablanca
fuera un joven de 19 años, es una de las mejores evidencias
acerca de que la guerra en Irak no ha disuadido ni desmoralizado
a los terroristas. Parece haber consenso en que este individuo no
se entrenó en los campamentos de Afganistán, sino
que es un nuevo recluta.
Esto confirma
lo que muchos temían: la guerra en Irak ha inflamado el odio
contra el poder de los Estados Unidos. Tanto Marruecos como Arabia
Saudita integraron la coalición liderada por Norteamérica,
y ambos países firmaron la mayoría de las 12 convenciones
y protocolos internacionales sobre el terrorismo (10 de ellas, en
el caso de Marruecos). El principal objetivo del atentado en Casablanca
fue el Club Español: España fue un socio clave de
los Estados Unidos en su guerra sobre Irak.
Cuando relacionamos
estos nuevos reclutamientos de terroristas, la consiguiente intensificación
de los ataques, y el hecho de que desde 1998 la mayoría
de los ataques terroristas ha afectado a ciudades, emerge un
mapa muy perturbador. La elección de objetivos urbanos para
atentados terroristas es en la actualidad mucho más grande
que la de aviones o instalaciones militares. El informe anual del
Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre terrorismo global
hace posible establecer sobre bases fehacientes que en la actualidad
las ciudades son el objetivo clave para los ataques terroristas.
Estos datos
nos permiten comprobar que desde 1993 a 2000, las ciudades sufrieron
el 94% de las víctimas de ataques terroristas, y el 61% de
las muertes. Durante ese periodo el número de atentados se
duplicó, creciendo especialmente luego de 1998. En contraste,
en los '80 los aviones secuestrados o atacados tuvieron una proporción
mucho mayor de muertos y destrucción que en los '90.
Es preocupante
que nuestro gobierno no haya hecho esto más claro. Hay un
vago reconocimiento del cambio que ha habido en los objetivos terroristas,
desde los más "duros" a los más "blandos". Pero aun
no he escuchado al equipo de Bush decirlo abiertamente: "¿saben
que?: si nos equivocamos en la forma de combatir al terrorismo,
los que más sufrirán son las ciudades y su gente,
no las instalaciones militares".
Y no solamente
Nueva York, sino también Bali, Riyadh, Casablanca, donde
el acceso es más fácil. Hay muchas razones por las
cuales las ciudades se han convertido en objetivos centrales para
un gran rango de actividades terroristas: son un centro de poder,
y por lo tanto foco de la atención de los medios, y lo
suficientemente densas y mezcladas como
para que los terroristas puedan vivir y organizarse sin atraer demasiado
la atención. Más allá de esto, ciudades
como Nueva York, Londres y París han llegado a estar en la
no envidiable posición de ser lo que el Departamento de Estado
describe como ciudades blanco para ataques terroristas. Y desde
el año pasado, podemos agregar a Kabul, Riyadh y Casablanca
a la lista. Hay un puñado de ciudades con particular valor
simbólico debido a su mezcla de condiciones históricas,
políticas y a veces económicas: Nueva York, Londres
y París, a la vez como ciudades globales estratégicas
para la economía mundial, y como representantes de historias
políticas específicas. Luego hay ciudades como Atenas,
Estambul, Jerusalén, Berlín y Roma. Estas ciudades
son nodos clave en una variedad de redes globales específicas,
y en tal sentido blancos para el terrorismo internacional.
Cada una de
estas ciudades es altamente visible y un sitio importante para comunicar
un mensaje a una gran audiencia, con frecuencia una audiencia específica
más que mundial. En cada una hay razones específicas
para los ataques. Nueva York no fue atacada tanto por si misma como
por representar el poder económico y militar de los Estados
Unidos. La ciudad es entonces un sitio concentrado con capacidades
para la comunicación, más que un enemigo en si misma.
Cualquier ataque en las grandes ciudades deviene instantáneamente
un acontecimiento mediático.
Un segundo factor
de preocupación es que muchos países carecen de los
recursos que Estados Unidos y las naciones más ricas de Europa
pueden usar para vigilar sus ciudades. Una vez más serían
los países menos desarrollados los que pagarían el
precio más alto. Los objetivos urbanos parecen ser más
accesibles en esos países que en Nueva York o en Londres.
Cuanto más efectivos nos transformamos en prevenir ataques
a nuestras ciudades, aquellas de los países menos desarrollados
se convierten en los blancos más accesibles (y Casablanca
fue un buen ejemplo en tal sentido). Más allá de los
viejos mapas de las capitales de los antiguos imperios, la actual
geopolítica de los Estados Unidos adiciona un nuevo mapa
urbano centrado en los países más pobres: Kabul, Bali,
Riyadh, y ahora Casablanca. ¿Cual será más probablemente
el próximo objetivo: Nueva York o Nairobi?
Un tercer factor
a considerar es que aun cuando los objetivos urbanos no son novedosos
para el terrorismo, a partir de los ataques en Nueva York ha quedado
claro que son la opción más visible y con múltiples
posibilidades de potenciarse. Esto ha sido evidente en los ataques
a Bali, Riyadh y Casablanca. La ciudad ha reemplazado al avión
secuestrado como el icono del ataque terrorista.
Cada atentado
se transforma en un acontecimiento mediático global que induce
a mayor difusión, en lo que puede transformarse en un circulo
vicioso. No son los militares ni los políticos los que
están en la situación más alta de riesgo, sino
los habitantes de las ciudades. Cualquier política de
los Estados Unidos que promueva la ira y el odio hasta el punto
de inducir el terrorismo, es susceptible de incrementar el riesgo
de las ciudades para convertirse en objetivos de atentados.
Esto contribuirá
a la larga a desestabilizar el orden social en el mundo menos desarrollado.
Muchos de estos países ya han soportado lo peor de las políticas
económicas que crearon una gran devastación en sectores
tradicionales de sus economías. Ahora también deberán
soportar el costo desproporcionado de nuestra guerra contra el terrorismo
y su lógica imperfecta, que solo conduce a más angustia
y desesperanza (un suelo fértil para aquellos, no importa
cuan pequeño sea su número, dispuestos a unirse a
los escuadrones de atacantes suicidas).
Sería
muy tonto de nuestra parte pensar que en los países ricos
y relativamente bien protegidos del Atlántico Norte podemos
escapar a las consecuencias de una proliferación de ataques
terroristas. No importa cuan lejos estemos geográficamente,
en los paises ricos no siempre podremos ignorar por completo,
o escaparnos de la pobreza, las guerras y las enfermedades
en el Sur global. Lo sabemos. Una vez que una infraestructura
para transacciones transfronterizas y flujos es puesta en marcha,
puede ser usada para múltiples propósitos, más
allá de las intenciones originales. Ahora necesitamos reconocer
que el terrorismo urbano en el lejano Sur global eventualmente trabajará
a su modo dentro de nuestras sociedades protegidas (aunque solo
sea por las crecientes restricciones a nuestras libertades civiles
resultantes de la guerra al terrorismo). Todos estamos juntos en
esto.
cdlc:
¿Cuales
son los principales desafíos que afrontan las ciudades del
mundo para aspirar a un ordenamiento social y territorial más
equitativo y sustentable?
En mi opinión
hay dos actores estratégicos que están cambiando
la experiencia de lo urbano y las culturas políticas en la
ciudad global, ambos desarrollando poderes: son el sector de las
empresas globales, sean nacionales o extranjeras, y el de la
mezcla de gente desaventajada que busca en la ciudad la que
quizás sea su última oportunidad para sobrevivir y
luchar: los "favelados" (con frecuencia organizados políticamente,
al menos lo suficiente como para hacer reclamos al gobierno local),
las minorías internas de bajos ingresos, madres solteras
o separadas, a menudo abandonadas por los padres de sus hijos, trabajadores
que alguna vez estuvieron organizados en sindicatos y que ahora
han perdido todo porque las empresas donde trabajaban fueron destruidas
por la globalización neoliberal, y sus sindicatos desmantelados,
o debilitados por varias razones (¡ninguna de las cuales es buena!).
Estos dos sectores
pueden no incluir a la mayoría de los residentes. Mi opinión
es que en la actualidad son estratégicos porque están
reformulando la experiencia de lo urbano y la estructura real de
la ciudad. Para mi es de enorme importancia reconocer el hecho
de que la gente, los sectores urbanos sin poder pueden tener este
rol formador. En periodos anteriores, quizás hasta alrededor
de los '70, la clase obrera organizada y las empresas nacionales
orientadas a mercados nacionales fueron los actores clave, estratégicos,
en una ciudad como por ejemplo Sao Paulo, y en algunos aspectos
también la clase media que se estaba expandiendo y haciendo
de la ciudad un lugar más vivible para la gente.
Esto ha cambiado:
la clase media ya no tiene más este rol civilizador, y los
trabajadores organizados han perdido en gran medida su poder como
actores estratégicos. Hay un 20% de la población,
un sector de clase media con muy altos ingresos, que ha cambiado
mucho la forma del paisaje urbano: gentificación de altos
ingresos, expansión de áreas urbanas con alta renta
y altos precios de la vivienda, tiendas y restaurantes caros. Esta
parte del paisaje urbano creció agudamente en muchas ciudades
del mundo desde finales de los '80 y explotó en los '90.
Fue un sector profundamente relacionado a las nuevas fuerzas económicas
(a la vez global y nacional, orientado a mercados internacionales,
profesionales de servicios, finanzas, etc.). Este sector es diferente
de los ricos tradicionales (que son alrededor del 1% de la población
y ocupan una parte mucho más pequeña de la ciudad,
y que ahora viven especialmente en barrios cerrados fuera del centro
y se trasladan en helicóptero, y que tienen profundas riquezas,
ahora conectadas a la economía global, pero con frecuencia
originadas en la economía nacional). El sector más
íntimamente ligado a la orientación global es aquel
20% de la ciudad. Junto con el creciente número de empresas
extranjeras y nuevas firmas nacionales orientadas hacia las finanzas
y los servicios especializados, constituyen el sector globalizado
de la ciudad. Y han alterado en forma visible el paisaje urbano.
Pero también
lo ha hecho el 40% (aproximadamente) que está en el fondo
del sistema. Ellos cuentan, tienen ahora una nueva voz, hacen
reclamos, ocupan y habitan superficies cada vez mayores de la ciudad
(y por supuesto de las grandes áreas metropolitanas). En
Brasil, el ascenso de Lula toma algo de su compromiso
político. Son actores políticos muy informales,
pero cuentan. Su pobreza no ha conseguido eliminarlos del espectro
político: por el contrario, su voz se ha hecho más
fuerte a medida que su número ha crecido. La ciudad hace
posible la política callejera de un modo muy concreto y en
un enorme abanico de posibilidades, que el sistema político
nacional no siempre puede permitir, ya que requiere de actores políticos
formales (votantes registrados, sistema electoral, cortes judiciales,
etc.)
La actual crisis
de la economía global cambiará una vez más
el paisaje urbano, pero claramente aumentará la importancia
del sector amalgamado de los desaventajados y de las políticas
de reclamo callejero que han desarrollado. El espacio de la
ciudad sigue siendo crucial.
Todo esto necesita
ser incorporado a nuestra concepción del espacio de la ciudad
contemporánea. Yo trato de hacerlo en mi modelo de la ciudad
global. Y esto implica omitir a sectores
cruciales de la ciudad que no están reformulando el poder.
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Pienso en la
identidad en un sentido político: una amalgama de lo que
en un principio pueden ser condiciones étnicas, culturales,
nacionales, pero que en el espacio de la ciudad, de la ciudad real,
conforman un actor político a partir del individuo. En verdad
preferiría la palabra sujeto a "actor", porque no
es solo una cuestión de actuar y de activismos: somos sujetos
políticos aun cuando dormimos (si, incluso si roncamos...).
Aquí las ciudades, y el hecho que el estado nacional haya
perdido poder y autoridad con la globalización, hacen una
diferencia. ¿Por que? Porque el espacio de la ciudad es por lejos
más concreto para la política que el de la nación.
Es un lugar donde los actores políticos no formales pueden
ser parte de la escena política en un modo que es mucho más
dificil a nivel nacional. Puedes ser un inmigrante ilegal y participar
en manifestaciones, en actos callejeros. O puedes participar de
movilizaciones anti-globalización y hacer tu tarea como "ciudadano"
reclamando el acceso a la contabilidad de las empresas globlales,
aun cuando estés en una ciudad que no pertenezca al país
del que eres ciudadano. Las políticas nacionales necesitan
desarrollarse a través de sistemas formales existentes: sea
el sistema electoral o el judicial. Los actores políticos
informales son invisibles en el espacio de las políticas
nacionales. El espacio de la ciudad acomoda un amplio rango de
actividades políticas: okupaciones, manifestaciones
contra la brutalidad policial, luchas por los derechos de los inmigrantes
y las personas sin hogar, políticas de cultura e identidad,
movilizaciones de gays, lesbianas y travestis. La mayor parte de
estas se torna visible en la calle. Gran parte de la política
urbana es concreta, actuada por la gente, más que dependiente
de los medios masivos. Las políticas callejeras hacen posible
la formación de nuevos tipos de sujetos políticos
que no necesitan para ello ingresar al sistema político formal.
Es en este sentido
que aquellos que carecen de poder, aquellos que son desaventajados,
marginales, discriminados y minoritarios, pueden ganar presencia
en las ciudades globales, pueden hacerse visibles frente al
poder y ante las otras minorías (esto último es muy
importante: genera una conciencia de comunidades ampliadas comprometidas
en una tarea política similar). Esto indica, en mi opinión,
la posibilidad de un nuevo tipo de política, centrada en
nuevos tipos de actores políticos. No es solo una cuestión
de tener o no tener poder. Hay nuevas bases, híbridas, desde
las cuales actuar. Pienso en la noción de multitud de Hardt
y Negri, como una versión muy general de estos temas: la
multitud no es la ciudadanía... Es la amalgama que puede
incluir lo que aquí estoy llamando sujetos políticos
informales.
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La historia
de las ciudades globales no es solo la historia de las elites. Es
también un espacio para aquellos nuevos tipos de políticas
que pueden devenir globales aun cuando se localicen en un sitio
específico, precisamente porque tienen lugar en ciudades
globales. La ciudad global hace posible la emergencia de sujetos
políticos informales, híbridos, con frecuencia profundamente
internacionalizados.
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La red transfronteriza
de ciudades globales es un espacio donde se generan nuevos tipos
de política "global" vinculada a un lugar,
y en protesta contra la globalización corporativa.
Las manifestaciones de las redes antiglobalización han señalado
el potencial para desarrollar una política centrada en lugares,
entendidos como localizaciones en redes globales. Es una política
de lugares específicos con alcance global. Es un tipo
de tarea política profundamente inserta en las acciones y
actividades de la gente, pero hecha posible en parte por la existencia
de redes globales digitales.
Más aun,
es una forma de construcción política institucional
centrada en ciudades y redes de ciudades, y en actores políticos
no formales. Vemos aquí la transformación potencial
de un entero rango de condiciones "locales" o dominios institucionales
(tal como la residencia, la comunidad, la vecindad, la escuela local
y las entidades de asistencia médica) donde las mujeres "confinadas"
a roles domésticos, por ejemplo, se convierten en actores
clave. De ser vividos y experimentados como no políticos,
como domésticos, estos lugares se han transformado en "microentornos
con alcance global".
Lo que quiero
decir con este término es que la conectividad técnica
creará un variedad de relaciones con otras entidades locales
similares en otros barrios de la misma ciudad, y en otras ciudades,
y en barrios y ciudades en otros países. Una comunidad puede
emerger en la práctica, y crear múltiples comunicaciones,
colaboraciones, solidaridades y apoyos horizontales y laterales.
Esto puede habilitar a la política local, o a actores no
políticos, para ingresar a una política transfronteriza.
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Me han preguntado
si el desarrollo urbano sostenible es algo más que un oximoron:
¿cual es el valor de este concepto para el cambio urbano, para las
políticas urbanas y la lucha social? En un nivel muy elemental
podría decirse que si, que es un oximoron: los humanos tomamos
del entorno más que lo que le retornamos, desde el momento
en que nacemos (por cierto, si es que nacemos en países desarrollados).
Pero también tenemos maneras de proteger el ambiente: el
conocimiento y los recursos para sanear el agua, para asegurar la
supervivencia de las especies en riesgo, etc., etc. El valor de
las nociones de desarrollo sustentable, sea urbano o de otro tipo,
es que llaman al balance, a la mesura, al reconocimiento de que
no podemos hacer lo que se nos ocurra en nombre del beneficio o
de la necesidad. Si, por ejemplo, permitimos a nuestras empresas
más poderosas talar la selva húmeda, pagaremos un
precio. Nos recuerda que todos estamos interconectados: si permitimos
demasiada pobreza y enfermedad en el Sur global o en nuestros barrios
pobres del Norte global, seremos afectados directa o indirectamente,
a través del retorno de viejas enfermedades o por el aumento
de la ira. Lo más extraordinario del concepto es que indica
que no tenemos escape a las consecuencias de nuestras acciones.
Aun estamos muy lejos de poder implementar este desafío.
Pero claramente, ya estamos mucho más adelante que hace 20
años atrás en el reconocimiento del tema y de las
políticas necesarias para implementar cambios en algunos
sectores.
Acerca de la
ciudad en esta cuestión: es un sitio donde múltiples
y concentradas formas de intervención pueden desarrollarse,
incluyendo aquellas que dependen solo de la voluntad
de las personas y de sus actos cotidianos...
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David
Satterthwaite
(y otros)
sostienen que las ciudades son una forma más sostenible
de asentamiento que los asentamientos dispersos. Las ciudades
ofrecen economías de escala y son mucho más eficientes
que los patrones de asentamiento rurales y periurbanos.
Acuerdo completamente
con esta tesis. Sin embargo, es un desafío transformar los
actuales patrones urbanos de desarrollo de infraestructuras, construcción
de viviendas y transporte, en patrones ambientalmente amigables.
Aun así, tenemos que hacerlo. Es la única manera,
imaginemos sino un desarrollo horizontal del tipo de Los Angeles,
de autopistas sin fin: llegaríamos a cubrir el mundo con
asfalto y cemento. O veamos como los niveles de agua en los grandes
ríos de la Europa occidental, rica y desarrollada, han sido
afectados por la extensión descontrolada de cemento en sus
bordes...
cdlc:
¿Que
pasa con los impactos, positivos y negativos, de "la ciudad global",
sus procesos y manifestaciones, sobre las ciudades del mundo subdesarrollado?
¿Es posible imaginar un rol de estas ciudades distinto al de la
provisión de mano de obra a bajo costo para tareas industriales
o de servicios de baja calificación (distritos industriales
para la exportación, call centers, etc), receptores del turismo
orientado al pintoresco, o nodos logísticos del narcotráfico
y la prostitución?
Una de las tragedias
de nuestro tiempo es que demasiados gobiernos en el Sur global se
han adaptado (a menudo luego de recibir enormes presiones, pero
no siempre), a las demandas del poder internacional.
Primero, las
empresas y los mercados globales (no importa cuan globales sean
y cuanto operen en mercados electrónicos, por ejemplo las
finanzas) necesitan una red de ciudades con los recursos de infraestructuras,
oficinas y profesionales como para manejar la coordinación,
servicios, gerenciamiento, etc., de sus operaciones más complejas.
Las operaciones menos complejas, que pueden ser estandarizadas,
pueden mudarse a parques de oficinas suburbanos o ser realizadas
electrónicamente. Son las operaciones complejas, no rutinarias,
que tiene que ver con la incertidumbre de los mercados y condiciones
globales, el conocimiento imperfecto, etc., las que necesitan de
las densas redes que solo se pueden tener en las grandes ciudades
donde profesionales y empresas de todo el mundo encuentran un ágora.
Sabiéndolo o no ellos interactuan y producen colectivamente
las piezas de información necesarias para operar globalmente.
Segundo, ciudades
son también nodos estratégicos en la intersección
de múltiples nudos de información.
Tercero, para
albergar todo esto es necesario desarrollar distritos de oficinas,
residencia, hoteles, aeropuertos, etc., de clase internacional y
con oportunidades para un estilo de vida muy sofisticado. Muchos
países del mundo no tienen esa capacidad. Y entonces, México
DF, Sao Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires, se convierten
en nodos cruciales porque ellas si que tienen esas capacidades (mi
lectura sobre Buenos Aires es que tiene demasiados recursos concentrados,
y un desarrollo ya existente de oficinas, comunicaciones y residencias
"estado del arte", como para ser abandonada: las empresas, mercados
y profesionales están esperando que Buenos Aires se reinserte
en el nudo global) .
Cuarto, para
su expansión, la economía global necesita seguir adicionando
economías de donde extraer riquezas. Esto implica que necesita
agregar ciudades que puedan funcionar como ciudades globales de
esos países o al menos desarrollar las capacidades para albergar
funciones de ciudad global. Con lo cual aquella se continua expandiendo
a través de esta red global de ciudades.
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En el Sur global,
la mayoría de las megaciudades son también ciudades
globales: ellas contienen los principales recursos económicos
y políticos de un país y se transforman en las puertas
para que las empresas y mercados globales (incluso aquellas empresas
nacionales que se han hecho globales) tomen la riqueza del país
y la recirculen globalmente (y mal...).
Su rol, su posición
en el sistema y la jerarquía global, es variable: si son
ciudades globales funcionan como sitios clave para la concentración
de recursos y capacidades cruciales para la economía global.
La mayoría de las ciudades globales en el Sur global tienden
a ser megaciudades.
Hay tambien
subgeografías específicas que conectan conjuntos de
ciudades. En un proyecto que acabo de finalizar, patrocinado por
la Universidad de las Naciones Unidas, nos focalizamos en ciudades
del Sur global que son parte de esta red: Shanghai, Beirut, el corredor
de crecimiento Irán - Dubai, etc. Es muy claro que hay subgeografías
globales emergentes: Sao Paulo articula un amplia región
del Cono Sur de America Latina. Dubai y Beirut articulan el medio
oriente árabe para la economía transnacional. Shanghai
ha reemplazado a Taipei como el atractor principal de la región,
no solo para las transacciones económicas sino también
en el imaginario: hay en la actualidad 400.000 taiwaneses viviendo
en China, la mayoría en Shanghai.
Bombay es realmente
muy importante. Lagos y Dacca, no del todo. El Africa subsahariana
es difícil de entender utilizando estos criterios. Johannesburg
cumple claramente funciones clave en la red global, que ninguna
otra ciudad del mundo puede reemplazar, dadas las reservas de diamantes
y oro de Sudáfrica. El petróleo es otro vector a través
del cual algunas partes de Africa pueden articularse con circuitos
globales muy especializados, pero la mayor capacidad para gerenciar
los mercados globales no está, por supuesto, en las ciudades
africanas. Hay muy pocas de ellas en la lista de 40 ciudades globales
a las que antes me referí.
Mi posición
básica sobre estos temas es que nada dura para siempre,
y que entonces hay potencial para el cambio. Uno desearía
que los recursos y la voluntad política fueran utilizadas
para fortalecer a pequeñas ciudades y aldeas, y así
darían a la gente más oportunidades de una vida sana
y razonable. Pero las elites nacionales, globales y locales que
poseen los recursos, parecerían haber abandonado a los 3
mil o más millones de personas que están empezando
a desaparecer de las pantallas y radares de los poderosos. Esto
es trágico. Hay además otros dos mil millones de personas,
trabajadores de todo el mundo, que solo tienen un pie en la "historia"...
o en esas pantallas y radares. En un mundo con semejante riqueza,
con enormes capacidades administrativas y científicas, ¿por
que todo tiene que ser tan siniestro para más de la mitad
de sus habitantes? ¿Como pudimos llegar a un punto donde las "lógicas
de la utilidad" que organizan la mayoría de nuestros recursos
son tan estrechas, tan egoístas? Los datos están demostrando
en forma contundente que los niveles de inequidad y de concentración
de riqueza han crecido agudamente en los últimos 20 años.
A menudo soy
descripta como una optimista en esta cuestión, aun cuando
tengo un análisis hipercrítico de la globalización.
Creo que hay dos cuestiones al respecto: una es que las grandes
concentraciones de recursos económicos y técnicos
representados por las empresas globales podrían también
funcionar como capacidades para resolver algunos de los problemas.
Ellas podrían construir la infraestructura para el agua y
el transporte, y las viviendas, que son tan desesperadamente necesarias.
Podrían decidirse a usar tecnologías ambientalmente
amigables de extracción (por ejemplo las compañías
petroleras y mineras) y producción. Los Estados Unidos son
lo suficientemente ricos como para proveer capitales para necesidades
particulares, y para redestinar a sus médicos y abogados
en buenas causas alrededor del mundo. ¡Cuando pienso en los 200
mil millones de dólares de costo del bombardeo a Irak (difícilmente
se pueda llamar a eso una guerra) me imagino lo que esa suma conseguiría
invirtiéndola en atención médica en los países
más pobres!
En segundo lugar,
realmente creo que la política es un puente a un mundo
mejor. Por política quiero decir la gente, las multitudes
como potenciales actores que pueden hacer una diferencia. Mirando
la historia no encontramos ningún sistema formal de poder
que haya durado para siempre, y lo que es más importante,
comprobamos que estos sistemas han sido destruidos en razón
de sus propios abusos de poder, y por quienes solo parecían
unas masas desorganizadas. Creo que en la actualidad ya existe
una multiplicidad de fuerzas y arquitecturas micropolíticas
que están tomando forma en la "multitud".
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La globalización
económica neoliberal:
a) ha ayudado
a demoler las economías tradicionales que (cualesquiera fueran
sus ineficiencias) eran muy intensivas en su generación de
empleos y por eso ayudaban a la supervivencia económica de
muchísima gente.
b) ha creado
más y más "puentes" (a través del comercio,
las telecomunicaciones, etc.) conectando muchos países.
c) a través
de las políticas del FMI y del Banco Mundial contribuyeron
a aumentar el hiperendeudamiento de más y más países.
La consecuencia
es que la lucha por la supervivencia se ha agudizado, con lo que
individuos y grupos sociales son empujados
a soluciones extremas: tráficos ilegales, contrabando humano,
etc. El tráfico ilegal de mujeres y niños para su
comercio sexual ha crecido, como parte de esto. Y gracias en parte
a la infraestructura de la globalización económica,
se ha tornado en parte global. Dicho sea de paso, una de las mejores
fuentes sobre redes globales de tráfico para el comercio
sexual es el informe de la CIA (por una vez hicieron algo útil).
Estaríamos mejor si ellos profundizaran esta investigación:
puede conseguirse de su sitio en la Web, y no hay que ser un hacker
para entrar...

cdlc:
Sakia Sassen ha participado en el panel que elaboró "Cities
transformed" (ver número anterior de café
de las ciudades), el informe sobre demografía y
urbanización de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos.
Algunas consideraciones sobre aspectos contemplados en ese informe:
megaciudades, migraciones, ...
La urbanización
masiva de la población necesita ser deconstruida. Presenta
múltiples estructuras de organización: desde pequeñas
aldeas aisladas a ciudades profundamente conectadas, desde megaciudades
y ciudades globales, a grandes extensiones de territorio edificado
que no tienen ninguna conexión a algo que tenga que ver con
la urbanidad. Cada una de estas formas de organización tiene
restricciones y posibilidades específicas para las distintas
clases sociales y los diferentes tipos de proyectos, sean económicos,
ambientales, políticos o culturales.
Solo me focalizaré
en dos de estos términos, crecientemente usados: megaciudades
y ciudades globales, ambos fundamentales para entender la condición
urbana en la actualidad y en el futuro cercano. Cuando usamos el
termino megaciudad nos estamos refiriendo al tamaño, pero
el tamaño viene asociado a diversos problemas: sociales,
de infraestructuras, políticos. En muchos sentidos el término
está cargado con significados negativos, y generalmente es
visto como un fenómeno propio del Sur global. Las Naciones
Unidas definen las megaciudades como aquellas que superan los 8
millones de habitantes.
El término
ciudad global es un concepto muy diferente. Una ciudad global es
aquella que
a) tiene ciertos
tipos de capacidades (específicamente la combinación
de recursos y talentos necesarios para gestionar y servir las operaciones
globales de empresas y mercados), y
b) contiene
(a través de su clase profesional transnacional y de su mezcla
de inmigrantes, refugiados y minorías internas) un núcleo
sociopolítico muy internacionalizado o desnacionalizado.
Una ciudad global
puede ser tan grande como Londres, Nueva York, París o Sao
Paulo, o puede ser pequeña como Zurich o Francfort. El
tamaño no es el rasgo que la define. Sin embargo, me
apresuro en agregar que por una variedad de razones, muchas de las
ciudades que son globales o tienen funciones de ciudad global (por
ejemplo Manila, Seúl, México DF, Bombay, Bangkok,
Shanghai, etc.) tienden a ser grandes. Más aun, parece
haber un efecto de umbral: las ciudades muy pequeñas no parecen
adecuadas para combinar los múltiples recursos requeridos
para ser globales, o siquiera para tener algunas funciones de
ciudad global. Zurich y Francfort operan en realidad en una escala
metropolitana, donde las funciones financieras están concentradas
en el centro pero las sedes corporativas de las grandes empresas
nacionales y extranjeras se ubican en un área metropolitana
más amplia, aunque compacta. De esta forma alcanzan
una cierta escala de operaciones y recursos.
Las fuerzas
motoras detrás del crecimiento de la megaciudad y de la formación
de la ciudad global son diferentes. La causa básica del crecimiento
de la megaciudad es la urbanización de más y más
componentes de la vida social y la creciente privatización
(o al menos el control privado) de las áreas rurales. Este
último es un factor crucial en el Sur global: millones y
millones de pequeños agricultores y minifundistas han sido
expulsados de sus tierras por la privatización de grandes
extensiones de tierra por empresas nacionales y extranjeras. Este
tipo de privatización ha creado con el tiempo una masa de
migrantes empobrecidos que buscan en la ciudad el último
lugar donde puedan tener una oportunidad de trabajar y sobrevivir.
Hay sin embargo límites a estos patrones de crecimiento.
Recientes estadísticas de las Naciones Unidas (World Urbanisation
Prospects, Revisión del año 2001) sugieren que el
crecimiento de las megaciudades ha disminuido considerablemente
en los '90 (por ejemplo, en 1970 el pronostico para México
DF era de 31 millones de habitantes en el año 2000, mientras
que el censo del año 2000 registró 18 millones; un
patrón similar se encuentra en Sao Paulo). Esto sugiere que
otras formas de organización pueden emerger en la urbanización
del Sur global. Ha habido una estabilización, e incluso una
caída en los números, y esto es resultado de una mezcla
de diversas dinámicas. La gente pobre no es estúpida:
entiende cuando ya no puede garantizar por más tiempo sus
condiciones de vida, cuando las enfermedades y las condiciones inseguras
se tornan abrumadoras.
Estos patrones
de crecimiento de la megaciudad, presentes en el Sur global, no
son del todo evidentes en el Norte global, donde tenemos múltiples
tendencias pero quizás la más importante es la
proliferación de suburbios, exurbios y edge cities,
y la mudanza a pequeñas ciudades. Las elites, cuyo tamaño
y recursos están creciendo, han tendido a regresar a los
centros de las ciudades (siendo así el motor para la gentrificación
de altos ingresos). Pero el burgués promedio probablemente
prefiera vivir en las afueras de las ciudades. Los urbanitas,
aquellos con un gusto profundo por la vida urbana y la densidad
(¡pero tiene que ser una vida urbana bella o al menos de clase alta!)
son definitivamente una minoría, aun cuando son estratégicos
en la formación del paisaje urbano, al que definen con sus
estilos de vida y sus escenarios y hábitos de trabajo
Quiero enfatizar
que el problema no es tanto el tamaño muy grande de las
ciudades (de hecho, ciudades como París, Londres y Tokio
funcionan extremadamente bien), sino el hecho de que en muchos casos
(Sao Paulo, Bombay, México DF, Yakarta, y yo agregaría
a algunos efectos ciudades norteamericanas como Nueva York y Los
Angeles) grandes porcentajes de la población son abandonados
por los líderes políticos, económicos y cívicos
de la ciudad. La ausencia de políticas de salud, la extrema
pobreza, la falta de educación para los niños, la
absoluta miseria de hombres, mujeres y niños, parecen ser
algo inmanejable en una ciudad de 8 millones de habitantes del Sur
global, para no hablar de las de 18 millones. Para que las megaciudades
funcionen mejor, algo tendría que cambiar en la asignación
de recursos, y en la disposición de los que tienen el poder
hacia los pobres de sus ciudades. Las megaciudades se han tornado
un problema en términos económicos y ambientales.
Pero como sostengo en mi introducción a la Nueva Enciclopedia
sobre Asentamientos Humanos Sostenibles (UNESCO 2003), creo que
las grandes ciudades también ofrecen soluciones precisamente
porque la concentración permite economías de escala
que pueden ser explotadas razonablemente. Las ciudades son parte
del problema ambiental de la actualidad, pero también son
parte de la solución.
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Reconocer la
migración internacional dentro de las dinámicas generales
de la globalización, debería ayudar a que los gobiernos
y los ciudadanos la vieran como parte de nuestras sociedades contemporáneas,
de la misma manera que el sector de los profesionales internacionales.
Europa Occidental tiene algunas razones adicionales para esta reflexión:
se estima que para el fin de este siglo, si la región mantiene
sus actuales condiciones demográficas y de inmigración,
habrá perdido más de 60 millones de habitantes y tendrá
a más de la mitad de su población por encima de los
65 años. Algo habrá que hacer, y la inmigración
es por cierto una parte clave del manejo de esta cuestión.
Creo que este
es un paso muy importante y necesario. Es una oportunidad para la
incorporación de más y más diversidad en la
Unión Europea. Y como se trata de un número limitado
de países, sería un buen aprendizaje, paso a paso,
sobre como manejar lo que nos espera en los próximos 50 años.
Debería ser tomado, seria y positivamente, como una oportunidad
para aprender a desarrollar canales institucionales e imaginarios
públicos para negociar la diversidad global.
Algo que me
impacta es con que diferencia se ha constituido lo "internacional"
en las ciudades de Estados Unidos, comparadas con las ciudades europeas.
En la ciudad norteamericana, incluida Nueva York (que es realmente
excepcional para los Estados Unidos) lo internacional significa
a grandes rasgos "ciudades norteamericanas alojando
a extranjeros". En Europa (y pienso en Londres, Berlín,
Amsterdam), lo internacional significa que la ciudad es, en alguna
de sus partes, constituida en términos de múltiples
nacionalidades. Por supuesto que exagero un poco: hay muchos momentos
en Berlín (digamos cuando estás en un bus, cerca del
conductor, sobre todo cuando deciden que el bus está lleno
y que no deberían entrar más pasajeros) en que, tu
sabes, ¡oh querido, esto es Alemania!
El otro extremo
es la Escuela de Economía de Londres: esta es realmente una
institución internacional. Las universidades de Estados Unidos
tienen muchísimos estudiantes extranjeros, pero siguen siendo
en lo profundo "universidades de Estados Unidos... con muchísimos
estudiantes extranjeros". Los Estados Unidos son el país
más no-internacional (irónicamente, dado su dura tarea
como poder global) de todo el Atlántico Norte.
cdlc:
Sobre
producción y consumo de cultura en la ciudad global:
El papel de
la cultura es crucial y se vuelve cada vez mas importante. Opera
a varios niveles y en diversos contextos. Probablemente la componente
mas familiar es la de la cultura "oficial" (los museos, la opera,
el teatro municipal, etc.). Menos reconocido pero fundamental es
el sector de galerías de arte, pequeños teatros o
teatros independientes, espacios alternativos para músicos,
poetas, escritores, etc. Una tercera componente es el sector de
las bienales y trienales, que han tomado mucha visibilidad internacional
y mucho dinamismo. Pero además de estas componentes que todos
podemos reconocer como constituyentes de la cultura en una ciudad,
hay otros que son muy importantes pero menos reconocidos. Mencionaré
dos.
Primero, es
muy importante que una ciudad sea un espacio para hacer arte,
no solo para venderlo. Esta es uno de los grandes fracasos de
Manhattan, que ha dejado de ser un lugar donde los artistas--excepto
si son ricos-- puedan vivir y trabajar. Manhattan, para el arte,
es hoy solamente un mercado. A la larga eso es negativo. Es interesante
ver que en la reconstrucción después del ataque del
11 de Septiembre de 2001, una componente que todos han aceptado
como importante es la construcción de estudios para artistas
y un centro cultural. Lo segundo, es reconocer que las comunidades
inmigrantes o minorías étnicas nacionales contribuyen
mucho a producir dinamismo y densidad cultural en una ciudad.
A menudo esta contribución es eludida, pero su ausencia sería
muy evidente. Concluyo con un pensamiento general: hacer hincapié
en los beneficios que trae a la ciudad el tener múltiples
culturas dinámicas, de la oficial a la inmigrante, es central
para fortalecer el tejido cívico, especialmente en esta época
de crecientes desigualdades económicas y espaciales.
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Las
grandes "industrias masivas del ocio" son una de las maneras en
que los mercados destruyen el sentido de la ciudad como un espacio
para hacer arte, para mezclar distintos tipos de práctica
artística. La renovación de Times Square en Nueva
York, la construcción de complejos culturales en otras ciudades,
son parte de aquella corporativización de la escena cultural.
Pero la gente, a través de sus prácticas, puede
subvertir la práctica corporativa. Y una vez más,
hay pocos lugares tan útiles para este tipo de subversión
como las áreas centrales urbanas. Precisamente porque grandes
cantidades de gente consumen entretenimiento (la McDonaldización
de la cultura) la performance callejera puede tener una audiencia.
Al tener un sector corporativo concentrado en una ciudad, con múltiples
consumidores de arte y cultura (o sus versiones banalizadas), puedes
tener un sector independiente o alternativo (como un teatro off-Broadway).
Creo que uno de los rasgos más atrapantes de una ciudad compleja
es que permite esta tarea de subversión: no tienes que planearlo
o coordinarlo (aunque esto ayudaría a veces), solo tienes
que hacer lo tuyo. Una versión más organizada de esto
es tomar posesión de un viejo establecimiento industrial
y transformarlo en un centro contracultural. Esto se ve en cada
vez más ciudades alrededor del mundo, y creo que es una tendencia
muy estimulante.
A
partir de que los usos corporativos globales han expulsado otros
usos de la ciudad, las áreas centrales se hacen homogéneas,
en algunos casos como áreas de oficinas y en otros como zonas
residenciales. Pero también han creado un nuevo tipo de
dinamismo internacionalizado, que se basa en el 20% de la población
con más altos ingresos, formado en general por los profesionales
enriquecidos en los últimos 20 años por trabajar en
estos sectores globales corporativos. Esta gente es distinta a los
ricos tradicionales: con frecuencia pasan la mayor parte del tiempo
en lugares públicos, les gusta la vida de la calle, y quieren
"excitación" más que la formalidad de la Opera. De
esta forma pueden hacer posible esa clase de tarea cultural subversiva
de la que hablé antes. La tarea de subvertir la corporativización
de la cultura y el espacio urbano necesita ser imaginativa tanto
como política. Estas son oportunidades para comprometer al
capital global corporativo con la ciudad a través de tácticas
culturales.
cdlc:
Un
caso concreto: Berlín (que también puede ilustrar
ciertos procesos que afectan a Nueva York, y a Buenos Aires, y...)
Berlín
está sufriendo en la actualidad en términos de presupuesto
y base económica: el gobierno local esta quebrado y hay 300.000
desempleados registrados. Al mismo tiempo, la ciudad está
emergiendo como un gran nexo global / internacional para la cultura,
los nuevos medios de comunicación y "wissenschaften
(ciencias)". En estos frentes hay una gran cantidad de acontecimientos
estimulantes y muy dinámicos. Una pregunta que me hago es
si la crisis de presupuesto es parte de la transición de
Berlín desde la era del Muro (con todo su apoyo gubernamental),
y si la crisis económica general se debe también a
esa causa: la gran cantidad de empresas que directamente abandonaron
Berlín al dejar de recibir los subsidios estatales que recibían
antes simplemente por estar allí. Si estas dos crisis son
en verdad debidas en buena parte a esta transformación de
las condiciones, es muy distinto a si ocurren en función
del nuevo Berlín que está tomando forma. En el primer
caso la cuestión será hasta que punto el nuevo Berlín
que ahora está emergiendo (y que solo está en sus
comienzos) tiene la mezcla de condiciones que pueda producir nuevas
fuentes de ingreso al gobierno local, y nuevas clases de actividades
económicas.
Los periodos
de transición y la formación de nuevas bases económicas
requieren innovaciones, y saber si existen las riquezas que
puedan ser movilizadas para apoyar las actividades culturales que
hacen de Berlín una gran ciudad. Y una vez que, por ejemplo,
algunas fundaciones estén operando, saber si el gobierno
estaría más inclinado a renovar algunos subsidios,
en una especie de patrocinio público / privado. ¿Puede por
ejemplo un acontecimiento anual como la Transmediale
generar efectos multiplicadores para la expansión
de un nuevo sector mediático, y para fortalecer la posición
de Berlín en un nuevo circuito emergente que conecte a Londres,
Nueva York, Los Angeles y San Francisco? En tal caso, el apoyo
estratégico para este evento puede crear posibilidades de
empleos y emprendimientos para mucha gente joven en Berlín.
En mi experiencia,
la gente que maneja una ciudad, especialmente en un periodo de
transición, con frecuencia no conoce lo suficiente acerca
de su ciudad: necesitamos más información detallada
sobre la variedad de pequeños sectores económicos
que pueden prosperar. Muchos de estos necesitan un mínimo
apoyo económico para sobrevivir o expandirse, pero a menudo
los gobiernos de la ciudad no alcanzan a darse cuenta. Lo mismo
pasa con múltiples formas de lo que yo ahora denomino "manufacturas
urbanas" (la clase de manufacturas que necesita localizarse en una
ciudad porque sirve a empresas que necesitan acceso inmediato y
continuo a los manufactureros, que a su vez están profundamente
interconectados en forma de contratistas y subcontratistas). En
una ciudad como Nueva York, hay muchas de estas empresas que sirven
a la Opera y a Broadway (vestuarios y puestas de escena, proyectos
arquitectónicos, construcción, diseños lumínicos,
reparación de muebles antiguos o muy caros, etc.). Apuesto
a que Berlín, pero también Buenos Aires, tienen una
gran cantidad de estas operaciones.
En Nueva York, estas empresas tienen muchísimo trabajo,
pero sin embargo sobreviven con dificultades por los altos precios
de la tierra, la propiedad, la energía, los seguros,
etc. Estuvieron en gran riesgo de hundirse aun cuando son una parte
crucial de lo que hace atractiva a Nueva York. Son también
grandes oportunidades para realizar emprendimientos, y de trabajos
bien renumerados para los artesanos.
El dinero por
si mismo no va a producir espacio público. Hay muchas ciudades
muy ricas que no necesariamente apoyan el desarrollo de genuinos
espacios públicos. Es verdad que la falta de dinero puede
perjudicar al espacio público, pero la cuestión crucial
es el compromiso cívico, el sentido de que "esto es también
mi ciudad". En una ciudad como Nueva York uno tiene la sensación
creciente de que se está privatizando lo que todavía
representa el espacio público. Yo siempre me estoy preguntando:
¿de quien es esta ciudad?

Saskia
Sassen es Profesora de Sociologia en la Universidad de Chicago.
Es autora de varios libros, entre los que se destaca su ya clásico
The Global City (traducido por EUDEBA, Buenos Aires: La
Ciudad Global), de 1991, actualizado y reeditado en 2001. Entre
sus últimos libros publicados en español: Immigrantes,
Refugiados y Colonos en la Europa Fortaleza (Siglo XXI, España)
y ¿Perdiendo el Control? La Soberanía y la globalización
(Bellaterra, Barcelona); y una nueva colección de ensayos
que acaba de publicarse: Contrageografias de la globalizacion
(Madrid, Ediciones TdS, 2003). Su libro más reciente
es Global Networks/Linked Cities (London, Routledge, 2002).
Es Miembro del Panel on Urban Data Sets de la Academia Nacional
de Ciencias de los Estados Unidos, y preside la recientemente formada
Information Technology, International Cooperation and Global Security
Committee del SSRC (Social Science Research Council).".
También
de Saskia Sassen, ver en este mismo número la nota
La densidad y
sus arquitecturas.
Sobre
multiculturalismo, ver la nota de Luigi Prestinenza Puglisi
en el número
1 de café
de las ciudades.
Sobre
el activismo urbano de los más pobres, ver la nota "Queremos
cambiar el escenario,
porque la ciudad ya no nos acepta - Las comunidades productivas
solidarias y
los nuevos movimientos de la periferia de Buenos Aires", en
el número
2 de café
de las ciudades.
presentación
comienzo
de la nota
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