El número 221 de Café de las ciudades estará disponible el lunes 8 de mayo.
El sitio Business Insider informa que la responsable de Recursos Humanos de Amazon, Beth Galetti, ha rechazado formalmente la petición interna presentada por unos 30.000 empleados que exigen a la multinacional dar marcha atrás en su decisión de retomar el trabajo presencial antes del verano boreal.
La noticia se suma a las numerosas evidencias (previas, simultáneas o posteriores a la pandemia) sobre la relatividad del desapego de las grandes empresas tecnológicas a la vieja y querida economía localizada. Desde las idas y vueltas alrededor de la segunda sede mundial (HQ2) de la misma Amazon, que aquí calificamos como “histeria locativa”, a la banal utopía corporativa de la sede de Apple en Cupertino, California, o el proyecto/render de Google para el Waterfront de Toronto.
Los gigantes de la información exploran la posibilidad de construir sus propias ciudades y sus propios dispositivos de urbanidad. Tanto como una inteligencia artificial (o en paralelo o como parte de ella) hay una “inteligencia urbanística” en preparación.
Las grandes plataformas y aplicaciones tecnológicas están cambiando aceleradamente (y lo seguirán haciendo) las formas de trabajar, comerciar, educar, comunicarse e incluso relacionarse. Estas acciones humanas se desarrollan en el territorio y especialmente en las ciudades, que por lo tanto atraviesan cambios paralelos y simultáneos en una relación que (contra el pensamiento simplista de los tecnólatras) va en ambos sentidos: la ciudad es impactada por y a la vez impacta sobre la organización de lo virtual. Más allá del simplista sentido común sobre “la muerte de las ciudades”.
MC (el que atiende)
Imagen de portada: publicidad —anti-urbana y pro-urbana a la vez— de un emprendimiento inmobiliario en Córdoba, Argentina.