Tal como había anunciado al asumir su mandato, el Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, envió a la Legislatura el proyecto de modificación del Código Urbanístico. “Resguardo de la identidad de los barrios” y “visión morfológica” aparecen entre los fundamentos de la propuesta. Identidad es un concepto de difuso significado en urbanismo; definir como morfológico un reglamento de la forma urbana es una tautología. De todos modos, se entiende que el proyecto pretende responder a las protestas por la alteración de los perfiles barriales en algunos sectores de la ciudad.
La propuesta más impactante es en ese sentido la sustitución de la Equivalencia de Capacidad Constructiva Transferible (ECCT) por un nuevo instrumento denominado Capacidad Constructiva Adicional (CCA), que “busca fomentar el equilibrio urbano a través de la revitalización de áreas con menor nivel de desarrollo y de la puesta en valor de los edificios catalogados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Esta herramienta permite que la puesta en valor de inmuebles patrimoniales y el desarrollo de “Proyectos Emisores” en el sur (Constitución, La Boca, Barracas, Subcentralidad Lugano y Villa Olímpica) generen un plus de constructividad; esta podrá ser aprovechada en parcelas ubicadas sobre ejes de recepción caracterizados por su conectividad urbana, capacidad de infraestructura y “alineación con el planeamiento urbano y desarrollo sostenible de la ciudad”. Dichos ejes incluyen tramos de las avenidas Cabildo, Ricardo Balbín, Federico Lacroze, Juan B. Justo, Córdoba, Corrientes, Warnes, San Martín, La Plata, Boedo, Montes de Oca, Herrera, General Hornos, Lima, Huergo, Riestra, Sáenz, Rivadavia y Alberdi. La CCA también podrá utilizarse en parcelas de más de 2.500 m2 (salvo las ubicadas en entornos de baja densidad) y en el microcentro, en este caso por la puesta en valor de inmuebles patrimoniales o la reconversión de estacionamientos y lotes baldíos en espacios verdes de uso público. Esto parece remplazar el plan anterior para el área central, del gobierno de Horacio Larreta, discontinuado por Macri como vimos en nuestro número anterior.
El proyecto incluye aspectos de sostenibilidad y calidad ambiental del hábitat construido, “aportando a la mitigación de los efectos del cambio climático y a la adaptación frente a éstos”. Esta ambiciosa formulación parece limitarse a la ampliación de la superficie de centros libres o “pulmones” de manzana y a la exigencia de priorizar en ellos el suelo absorbente.
El proyecto fue presentado sobre el cierre de esta edición de café de las ciudades. En nuestro próximo número haremos un análisis de sus propuestas, fundamentos y condiciones.
MC (el que atiende)
Imagen de portada: fragmento de collage sobre papel transparente, parte de la muestra Lo malo bello, de Celina Caporossi, expuesta en julio en la microgalería de Villa Crespo, Buenos Aires.