New York, barrio por barrio

café de las ciudades reitera su abrazo solidario a la ciudad y a las gentes de Madrid. En la presentación de este número 18, también “atiende” nuestro amigo Josep Alías.
MC
Los ecos de los atentados en cadena cometidos en la línea ferroviaria Alcalá-Atocha-Chamartín todavía son muy recientes, y será necesario mucho tiempo para rehacer vidas y conciencias. Ante el caos producido por el propio atentado y el caos generado por los medios de comunicación se me ocurren tres palabras que resumen cuatro días: miedo, mentiras y (des)esperanza.
Miedo producido por los creadores del terror. Miedo difundido por el poder. Durante el día de los atentados y el siguiente, la incertidumbre provocada por la ausencia de un culpable generó más miedo que la posibilidad de que se repitiesen nuevos atentados. Los vascos tenían miedo que fueran sus paisanos. Los magrebíes tenían miedo que fueran sus correligionarios.
Mentiras de un gobierno atrapado por sus mentiras. Mentiras y manipulación de un portavoz del gobierno y de un candidato al gobierno que el día de reflexión empezó su comparecencia diciendo “Soy Mariano Rajoy, candidato al gobierno por el Partido Popular”. Pero eran mentiras que hasta la fecha habían funcionado perfectamente a un gobierno apoyado por una mayoría absoluta de españoles que habían antepuesto una política de valores consumistas a los de igualdad y libertad.
Esperanza por vislumbrar, al final del cuarto día, un cambio en el talante y en las formas de las personas a las que se ha confiado la tarea de gobernar. Desesperanza por ver que solo ante 200 muertos hubo dos millones de personas más que en las anteriores elecciones generales que salieran de casa para ir a votar. Desesperanza por ver que a pesar de las mentiras sobre el Prestige, las armas de destrucción masivas, la utilización partidista del terrorismo, la resucitación de las dos Españas, y la jactancia de un crecimiento económico basado en las ayudas europeas, el PP sólo ha perdido 600.000 votos.
Todos los terrorismos son inadmisibles, pero no todos los terrorismos son iguales. Responden a causas diferentes. Y sigo sin encontrar la respuesta a una pregunta: ¿porqué eligieron la línea ferroviaria que atraviesa los núcleos más pobres de Madrid si, tal como se dice, ha sido Al-Quaeda? El ataque a las torres gemelas tocó un símbolo, el corazón del sistema capitalista. En Madrid tocó a personas. ¿Porqué nos contentamos en apuntar quien ha sido sin ir más allá?
Sin duda, la respuesta social europea, a diferencia de la estadounidense, se plantea en otros términos: hemos hecho algo mal. Debemos saber el qué y solucionarlo.
JA
Josep Alías es sociólogo y catalán, colaborador habitual de café de las ciudades.
Y recomienda la lectura de la nota sobre el largometraje colectivo “Hay motivo”, publicada por el diario español El País.
café de las ciudades también se solidariza con las víctimas de la inseguridad urbana en la Argentina, y reivindica la búsqueda de justicia y seguridad en democracia.