El Ground Zero va mejorando:
la banalidad y ñoñería de los seis proyectos de la Lower Manhattan Development Corporation presentados en julio, motivaron la boutade del número 0 de café de las ciudades. Decíamos que era mejor no hacer nada, y esperar, hasta que la memoria y el olvido hubieran hecho sus efectos y resultara posible un proyecto más impactante que la imagen de las Torres en llamas.
La presentación de los proyectos que realizaron los equipos seleccionados en el llamado posterior de la LMDC aporta algunas reflexiones e imágenes más estimulantes. Los proyectos incorporan, en mayor o menor medida, la variable cultural y política que hace de la reconstrucción del Bajo Manhattan un campo de prueba para nuestra concepción de la ciudad en los próximos años. Por ejemplo, el dolor, la esperanza y la revalorización del contexto urbano, aparecen expresados en la visión de Daniel Libeskind, el arquitecto del Museo del Holocausto en Berlín. La memoria de las torres y “el primer y verdadero centro global, para la diversidad y la coexistencia productiva y pacífica” en el proyecto de Think, el equipo de Rafael Viñoly. La ratificación de la mega-escala en Foster (quien encara la operación con un concepto de alto profesionalismo, centrado en la seguridad y la sostenibilidad ambiental, al tiempo que la recuperación del barrio circundante), la propuesta de una plaza en la tradición del Rokefeller Center y Union Square en el equipo más neoyorquino, el de los ex Five Architects Meier, Eisenman y Gwathmey junto a Steven Holl, la doble restitución del terreno como jardín y como espacio cultural en el proyecto de SOM, etc.
Nueva York es parte de ese puñado de ciudades que pertenece a la humanidad más que a su país en particular. En el mundo, en estos días, se discuten otras cosas que también tienen que ver, y aun más dramáticamente, con la vida de las personas, con la paz y con proyectos diversos sobre el futuro de nuestro planeta. No por casualidad, la actitud de los Estados Unidos tiene que ver mucho con la resolución de estos temas: la guerra o la paz, la sostenibilidad o la catástrofe, un planeta para todos o la profundización de las inequidades.
Nuestras ciudades, nuestros edificios, nuestras calles, nunca son mejores que nosotros mismos. No habrá belleza y paz en el Ground Zero si no la hay en la conducta de los líderes de esta sociedad global.
MC (el que atiende)