A pedido de los lectores y lectoras que dicen estar “terminando de preparar mi propuesta”, hemos decidido prorrogar hasta el 20 de diciembre la recepción de buenas y malas prácticas urbanas para el Concurso ByMPUs 2008 de café de las ciudades. De las recibidas hasta ahora, dos de ellas (muy diversas en su contenido y en su localización) ejemplifican algunas de las paradojas más perturbadoras del urbanismo contemporáneo.
El Barrio Alto Comedero, en la periferia de San Salvador Jujuy (noroeste argentino) no pasará a la historia por la calidad ni mucho menos la novedad y audacia de su arquitectura. Sin embargo, amerita ser estudiado en cuanto a la capacidad de organización popular demostrada por sus constructores, capacidad que trasciende la mera dotación de vivienda social e involucra una propuesta integral de inclusión y ciudadanía. Muy lejos en cuanto a distancia y en cuanto a su contexto socioeconómico, el Parque Central de Poblenou, en Barcelona, resulta un ejemplo de irresponsabilidad social y de uso inapropiado de los fondos públicos. Hace unos meses, Josep Maria Montaner calculaba que con el presupuesto utilizado para construir un parque de usos y accesibilidad muy comprometidos, podrían haberse construido cuatro magnificas bibliotecas o centros culturales en barrios populares. Cabe aclarar que el contraste social y político con el barrio jujeño no implica la contraparte de una arquitectura de excelencia, aun cuando el proyecto de Poblenou haya salido de la prestigiosa mano de Jean Nouvel.
En ambos casos, la pregunta obligada es acerca del rol que ocupamos los profesionales del urbanismo (y no solo los arquitectos) y de que lado estamos parados en los conflictos que atraviesan la ciudad contemporánea.
MC (el que atiende)