Con el contundente resultado del plebiscito del 25 de octubre cobra fuerza lo expresado por Maricarmen Tapia Gómez y Ana Sugranyes en la nota La ciudad es una cuestión política, una cuestión ciudadana, que publicamos en nuestro número 190: “Una nueva Constitución, basada en los derechos de las personas, el bien común y la protección y conservación de la naturaleza, permite cuestionar los cimientos sobre los que se han construido nuestras actuales ciudades y territorio”. El texto integra Ciudades posibles. Apuntes para el debate sobre la Nueva Constitución de Chile (Maricarmen Tapia Gómez, coord. Crítica Urbana, 2020), un libro que deviene imprescindible para la discusión que comienza. Sobre la íntima relación entre territorio, derechos y nuevo marco constitucional resulta esclarecedor también el trabajo Cartografías del apruebo, del Centro Producción del Espacio de la FADyC-UDLA.
Mientras tanto y a propósito de los hechos recientes, recordamos (y seguimos sosteniendo) la posición con que presentamos nuestro número 189:
Será una verdad de Perogrullo, pero “las tomas” de tierra en Argentina son un problema que tiene solución a condición de abordarlo. No romantizarlo, no criminalizarlo, no ideologizarlo, no mitificarlo, no relatarlo, no aprovecharlo para promover bolsonaritos criollos: aplicar los instrumentos que ya existen y comenzar a resolver un problema que es estructural –aunque las circunstancias lo ingresen o egresen alternativamente de la agenda mediática y política. Hay una Ley de integración socio-urbana de barrios populares (cuya sanción contó con el apoyo de las fuerzas políticas mayoritarias), hay un Programa Nacional de producción de suelo urbano que está comenzando a implementarse, hay capacidad técnica, hay capacidad organizativa de los sectores populares para combinar solución habitacional con creación de empleo legítimo.
MC (el que atiende)