¿Las ocupaciones de suelo como política de vivienda?

Tomas
Será una verdad de Perogrullo, pero “las tomas” de tierra en Argentina son un problema que tiene solución a condición de abordarlo. No romantizarlo, no criminalizarlo, no ideologizarlo, no mitificarlo, no relatarlo, no aprovecharlo para promover bolsonaritos criollos: aplicar los instrumentos que ya existen y comenzar a resolver un problema que es estructural –aunque las circunstancias lo ingresen o egresen alternativamente de la agenda mediática y política. Hay una Ley de integración socio-urbana de barrios populares (cuya sanción contó con el apoyo de las fuerzas políticas mayoritarias), hay un Programa Nacional de producción de suelo urbano que está comenzando a implementarse, hay capacidad técnica, hay capacidad organizativa de los sectores populares para combinar solución habitacional con creación de empleo legítimo.
Ruralidades
Parece no haber tenido mucha repercusión, pero en el programa radial Crónica Anunciada del pasado 11 de agosto (aquí, a partir del minuto 28:18) el Presidente Alberto Fernández deslizó la idea de “volver a una cierta ruralidad, dotada de infraestructura, para superar la concentración en las grandes ciudades” (cita aproximada, no textual). Fue una referencia breve en el marco de sus reflexiones sobre la economía mundial en el contexto de pandemia y la necesidad de volver a un capitalismo fundado en la producción y no en las finanzas. El “retorno” a la ruralidad que sugirió Fernández sería el de sectores populares que, más que “abandonar” el campo, fueron expulsados por la falta de oportunidades de empleo y desarrollo personal; no es la “rururbanidad” que postulan algunos medios de comunicación y desarrolladores de privatopías periféricas. Parece estar en línea con propuestas como los proyectos de protección y fortalecimiento de los cinturones verdes, oasis y valles fruti-hortícolas, los estudios que sobre la cuestión realizaron diversos organismos y entidades, como por ejemplo el INTA o nuestro proyecto de Parque Agrario del Este de Córdoba para ADEC, o incluso el reciente Plan de Desarrollo Humano Integral de organizaciones sindicales y sociales.
Para la implementación de esta idea se deberían considerar dos cuestiones básicas: primero, las conformaciones demográficas son producto de procesos históricos muy complejos, en los que el desarrollo de políticas públicas es solo uno de los factores (y no siempre el qué tiene mayor impacto). Por otro lado, no es solamente infraestructura lo que hay que incorporar a la ruralidad sino también modos efectivos de acceso al empleo y a ingresos por parte de quienes decidan experimentar ese modo de vida. La modalidad predominante de explotación agraria en la Argentina no da oportunidades en ese sentido y, por el contrario, es en gran parte la que explica los procesos más recientes de migración de la población rural a la periferia de las grandes ciudades.
MC (el que atiende)