“La forma urbana debe ser simple”

Parece improbable que las elecciones a Jefe de Gobierno de Buenos Aires estén alguna vez dominadas por los temas propios de la ciudad. Si las dos anteriores fueron marcadas por la confrontación entre el menemismo y De la Rúa, el ballottage que el 14 de septiembre sostendrán Mauricio Macri y Anbal Ibarra ha quedado explícitamente incluido en una agenda nacional centrada en la gestión del presidente Kirchner, y sus “vientos patagónicos” de renovación. Un aire de cambio que logró en principio acercar a Ibarra, actual mandatario, a menos de cuatro puntos del presidente de Boca Juniors en la primera vuelta realizada el 24 de agosto, cuando hace pocos meses (antes de las elecciones nacionales de abril y el “efecto K”) sus posibilidades de reelección parecían remotas.
Es que la hegemonía de la capital argentina sobre el resto del territorio es tan marcada, que resulta casi imposible separar sus definiciones políticas de las que integran la agenda nacional en el momento de la elección. Las políticas específicamente urbanas no tienen un aire de reivindicación frente al poder central, como en Barcelona, ni se focalizan en cuestiones locales como en Nueva York. En todo caso, la actual elección parece plantear una curiosa variación respecto a las situaciones registradas en Italia y, más recientemente, en Brasil, donde las buenas administraciones comunales de la izquierda se constituyeron en una avanzada política para enfrentar las políticas nacionales de derecha o centroderecha.
En el caso de Buenos Aires, una eventual victoria de Macri consolidaría a este joven empresario como referente nacional de todo un espectro de centroderecha, desorientado por el desencanto con la década menemista y el fracaso de la economía neoliberal. De hecho, el giro a la izquierda de los primeros meses de la presidencia de Kirchner parece haber influido en el discurso de Macri. Hace unos meses, este proponía encarcelar a los cartoneros por considerarlos “delincuentes”; hoy vincula las políticas de seguridad a las de empleo e inclusión, y ofrece un cargo de contralor al lider de la izquierda, Luis Zamora. ¿Simple oportunismo, o más bien reflejos políticos y comprensión del escenario de negociación que impone la compleja Argentina post – “cacerolazo”?
Quedará por ver como evolucionan las políticas urbanas en la política de la Ciudad (valga la redundancia…). Quizás el efecto económico y cultural de ciertos desarrollos territoriales o sectoriales (empleo, vivienda, infraestructura, saneamiento) pueda constituirse en una bisagra entre la dimensión nacional y local de una gestión. O la necesaria concreción de las políticas descentralizadoras y la creación de las comunas, genere espacios donde la discusión por el derecho a la ciudad logre abstraerse del marco nacional que hasta ahora ha condicionado la autonomía de Buenos Aires.
MC (el que atiende)
En el número 10 de café de las ciudades se encuentran las respuestas de Macri e Ibarra, candidatos del ballottage en Buenos Aires, al cuestionario sobre sus propuestas para la ciudad.