Cafe de las Ciudades #2 archivos - Cafe de las Ciudades https://cafedelasciudades.com.ar/revistas/2/ Revista digital Café de las Ciudades Tue, 08 Nov 2022 14:26:41 +0000 es-AR hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.2 https://cafedelasciudades.com.ar/wp-content/uploads/2022/09/cropped-favicon-32x32.png Cafe de las Ciudades #2 archivos - Cafe de las Ciudades https://cafedelasciudades.com.ar/revistas/2/ 32 32 Jordi Borja: La Ciudad Conquistada https://cafedelasciudades.com.ar/articulos/jordi-borja-la-ciudad-conquistada/ Mon, 02 Dec 2002 19:36:00 +0000 https://stag.cafedelasciudades.com.ar/?post_type=cdlc_article&p=2230 “La ciudad es el desafío a los dioses, la torre de Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia” Jordi Borja (1941) es geógrafo y urbanista, y uno de los máximos referentes del desarrollo urbano de Barcelona tras la dictadura franquista. Fue miembro...

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“La ciudad es el desafío a los dioses, la torre de Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia”

Jordi Borja (1941) es geógrafo y urbanista, y uno de los máximos referentes del desarrollo urbano de Barcelona tras la dictadura franquista. Fue miembro del gobierno de la ciudad de Barcelona de 1983 a 1995, con el alcalde Pasqual Maragall, y como tal concibió el ambicioso programa de descentralización de la ciudad, una de las claves del llamado “Modelo Barcelona”.
Ha escrito libros como “Global y Local”, con Manuel Castells (Taurus, Madrid y Earthscan, Londres, 1997), “Espai públic: ciutat i ciutadania”, con Zaida Muxí (Diputació de Barcelona, 2001), y “Ciudadanía europea” ( Península, 2001,Barcelona).
Es Director de Jordi Borja Urban Technology Consulting S.L. consultoria que trabaja en España y en América Latina. Es Director del Master “La Ciudad, Políticas, proyectos y gestión” (Universidad de Barcelona), profesor invitado en New York (Pratt Institute, 1999 y New School,2002) y en Paris, (Institut Français d´Urbanisme 1996-97 y 2001-2002), y codirector del postgrado de Proyecto Urbano de la Universidad de Buenos Aires.
En adelanto exclusivo para 
café de las ciudades, presentamos el primer capítulo de su próximo libro, La Ciudad Conquistada, que será publicado en marzo de 2003 por Alianza Editorial. Según Borja, “este primer capítulo introductorio nos ha servido para exponer sucintamente las ideas que nos servirán de hilo conductor y que idealmente deberían guiarnos por los caminos de conquista de la ciudad. En el segundo capítulo presentamos la realidad múltiple de los territorios urbanos y de la sociedad urbanizada, las tres ciudades en las que todos vivimos: la ciudad de nuestro imaginario y de nuestra memoria, histórica, preindustrial, presente en nuestros centros y barrios; la ciudad metropolitana, de uso cotidiano, de deudas sociales acumuladas, herencia de la revolución industrial, una ciudad presente que ya es también pasado, pero no resuelto. Y la ciudad de la sociedad informacional, dispersa pero que pugna por construir nuevos ámbitos integradores, que percibimos mal, por su novedad y discontinuidad, pero en la que vivimos y que debemos hacer nuestra. Los dos capítulos siguientes se refieren al “hacer ciudad” y a “la ciudad como espacio público”, en ellas predomina la visión crítica y propositiva del urbanismo. Los que siguen son en cambio más sociológicos y políticos. En el sexto presentamos la ciudad con sus miedos y sus fracturas, pero también con los desafíos que nos plantea y las respuestas que se manifiestan. Y en el séptimo exponemos que es o que puede ser la ciudadanía en la globalización, que innovación política requiere, que horizonte de derechos debemos alcanzar. La ciudad conquistada no como objeto sino como objetivo. En un último capítulo de conclusiones nos atrevemos a exponer de forma sistemática un conjunto de derechos ciudadanos que contribuyan a configurar la nueva ciudadanía en el mundo glocalizado”.

La ciudad, aventura de libertad

1. Ciudad, espacio público y ciudadanía.

Este libro se articula en torno de tres conceptos: ciudad, espacio público y ciudadanía. Tres conceptos que pueden parecer casi redundantes puesto que la ciudad es ante todo un espacio público, un lugar abierto y significante en el que confluyen todo tipo de flujos. Y la ciudadanía es, históricamente, el estatuto de la persona que habita la ciudad, una creación humana para que en ella vivan seres libres e iguales.

También se puede considerar que estos conceptos forman parte de sistemas teóricos distintos, o por lo menos que corresponden a disciplinas independientes. La ciudad es una realidad histórico – geográfica, socio – cultural, incluso política, una concentración humana y diversa (urbs), dotada de identidad o de pautas comunes y con vocación de autogobierno (civitas, polis).

El espacio público es un concepto propio del urbanismo que a veces se confunde (erróneamente) con espacios verdes, equipamientos, sistema viario, pero que también es utilizado en filosofía política como lugar de representación y de expresión colectiva de la sociedad. Y la ciudadanía es un concepto propio del derecho público, que además se ha independizado de la ciudad a partir del siglo XVIII, para vincularse al Estado o a la Nación, como entes que confieren y reconocen con exclusividad este estatuto. El concepto de ciudadanía se ha extendido a otros campos, y además de la ciudadanía civil y política, que es la propia en sentido estricto, se habla de ciudadanía social, administrativa, cultural y laboral.

Es decir que nos encontramos con conceptos que por una parte tienden a confundirse (o encapsularse los unos dentro de los otros) y por otra a confundirnos por su tendencia expansiva, siendo hoy conceptos considerados usualmente como polisémicos.

La hipótesis subyacente a lo largo de todo el texto es considerar que estos tres conceptos están relacionados dialécticamente, que ninguno de ellos puede existir sin los otros dos y que nuestra vida depende en buena medida de esta relación. Los valores vinculados a la ciudad, de libertad y de cohesión social, de protección y desarrollo de los derechos individuales y de expresión y construcción de identidades colectivas, de democracia participativa y de igualdad básica entre sus habitantes, estos valores dependen de que el estatuto de ciudadanía sea una realidad material y no solo un reconocimiento formal. Y también de que la ciudad funcione realmente como espacio público, en un sentido físico (centralidades, movilidad y accesibilidad socializadas, zonas social y funcionalmente diversificadas, lugares con atributos o significantes) y en un sentido político y cultural (expresión y representación colectivas, identidad, cohesión social e integración ciudadana).

2. Dialéctica de la ciudad actual

Esta concepción dialéctica de la ciudad y la ciudadanía nos conduce a no considerar como antagonismos insuperables aquéllos que por su carácter antinómico y expresión conflictiva se nos presentan en el análisis urbano. Como son:

· La ciudadanía como estatuto que garantiza derechos individuales y como conjunto de derechos colectivos. La ciudad es históricamente reconocedora y protectora de los derechos del individuo, en todas sus dimensiones, desde el derecho a su privacidad (y deber de respetar la de los otros) hasta el derecho (y deber) de recibir asistencia (o darla) en caso de necesidad, desde el derecho a participar en la gestión de la ciudad hasta el derecho de refugiarse en ella. Pero no hay ciudadanos solos, los derechos individuales tienen una dimensión colectiva, sin derechos y deberes colectivos reales no hay ciudad.

· La ciudad es una realidad político – administrativa que no coincide con la realidad territorial (aglomeración) ni funcional (área metropolitana) y tampoco muchas veces con la “sociedad urbana” (las exclusiones y las segregaciones dejan a un parte de la población “extramuros”) ni con la imagen que tienen los ciudadanos de ella. Pero esta complejidad y esta polisemia han sido siempre propias de la ciudad. La ciudad tiene una dinámica específica que surge de las conflictividades que generan estas contradicciones. Conflictos entre instituciones y entre colectivos de población y de las unas con los otros. Por ejemplo en la medida que la ciudad posee, es, un espacio público, hay más ciudadanía, pero también más conflicto sobre el uso de este espacio.

· La ciudad es un ente jurídico, una realidad social determinada por el Derecho. No solo porque éste determina su “institucionalidad”, también y sobre todo porque es inherente al estatuto de ciudadano, que supone participar en la constitución de las instituciones representativas y ser sujeto libre e igual de las políticas públicas. Pero al mismo tiempo presupone inevitablemente momentos de alegalidad, cuando no de ilegalidad, puesto que la resolución de los conflictos y la conquista de nuevos derechos que la dinámica urbana (territorial y social) impone no pueden realizarse siempre en el marco legal preexistente. Desde el ejercicio de nuevas competencias por parte de los gobiernos locales hasta el reconocimiento del estatuto de ciudadano a toda la población residente los ejemplos de conflictividad al margen de los cauces estrictos de la legalidad son múltiples. La ciudad es a la vez “estado formal de derecho” y “derecho real a la transgresión”.

3. Sobre la muerte de la ciudad y su renacimiento.

La ciudad ha muerto. Ahora es la globalización que la mata. Antes fue la metropolitanización que se desarrolló con la revolución industrial Y antes fue la ciudad barroca que se extendió fuera del recinto medieval. Periódicamente, cuando el cambio histórico parece acelerarse y es perceptible en las formas expansivas del desarrollo urbano se decreta la muerte de la ciudad.

Entonces se asume, con pesar o con indiferencia, el “caos urbano”, se critica con nostalgia la revalorización de las formas y de las relaciones sociales construidas por la historia. Se substituye el urbanismo que ciertamente demanda nuevos paradigmas por la arquitectura o las infraestructuras, por productos propios del poder o del mercado. Y sin embargo la ciudad renace cada día, como la vida humana, y nos exige creatividad para inventar las formas deseables para la nueva escala territorial y para combinar la inserción en redes con la construcción de lugares (o recuperación de los existentes). Es preciso superar las visiones unilaterales que enfatizan la ciudad “competitiva” y la ciudad “dispersa” como la única posible en nuestra época. O, en un sentido opuesto, mitificar la ciudad “clásica” y la ciudad “comunidad”, como si fuera posible y deseable el imposible retorno al pasado. No es aceptable tampoco instalarse en la cómoda posición de la consideración radicalmente negativa de la modernidad considerada como un proceso ineluctable que necesariamente arrasa con este pasado.

Hoy la ciudad renace, también políticamente. Es un ámbito de confrontación de valores y de intereses, de formación de proyectos colectivos y de hegemonías, de reivindicación de poder frente al Estado.

4. La ciudad y el Estado: en y contra el Estado.

¿La ciudad contra el Estado? También se ha podido decir “El Estado contra las ciudades”. Y todo lo contrario: el Estado actual como “república de ciudades” o quizás como expresa el nuevo federalismo, como democracia territorialmente plural de nuevas-viejas regiones que son hoy sistemas urbanos más o menos polarizados por una capital y/o fuertemente articulados por un conjunto de ciudades – centro. En todo caso, si que se cuestiona la relación tradicional de subordinación de la ciudad al Estado y se propone un nuevo reparto de competencias y de recursos. No tanto una relación basada en la jerarquía y en la compartimentación de competencias como una relación de tipo contractual y cooperador. Con independencia que los sujetos de esta relación sean los Estados, la regiones (o “comunidades autónomas” en España, “estados” en países federales, “lands en Alemania, etc.) o las ciudades. O todos a la vez. En cualquier caso esta traslación político-jurídica supone una importante innovación legal, es la concepción “soberanista” del Droit Administratif que necesariamente se quebranta. El nuevo Derecho público que se precisa deberá tomar elementos no solo propios del self-government, del federalismo cooperativo y de la democracia participativa, también del Derecho privado, por ejemplo en lo que se refiere a la contractualización de las relaciones interinstitucionales o a la cooperación público-privada en el marco del planeamiento estratégico. La flexibilidad que hoy demanda el urbanismo operacional tiende a romper las rigideces que muchas veces tiene el ordenamiento jurídico administrativo.

5. Ciudad y ciudadanía: una conquista permanente

Si la mujer no nace si no se hace, como decía Simone de Beauvoir, al ciudadano le sucede algo parecido. Obviamente muchos nacen ciudadanos, pero otros no. Y los que nacen teóricamente ciudadanos luego, o de inmediato, la vida, su ubicación en el territorio o en la organización social, su entorno familiar, su acceso a la educación y al cultura, su inserción en las relaciones políticas y en la actividad económica…les puede llevar a dejar de serlo, o a no poder ejercer quizás nunca en tanto que ciudadanos. ¿El 50 % de los habitantes de la mayoría de ciudades norteamericanas que nunca votan ejercen de ciudadanos? Algunas razones, objetivas, habrá que expliquen un comportamiento tan masivo y aparentemente tan anómalo o contrario a sus intereses. Por no hablar de los sin papeles, a los que el Estado y la ciudad actuales les niegan formalmente la ciudadanía para concederles únicamente el derecho a ser sobreexplotados. Sus hijos nacerán ya como no ciudadanos.

La ciudadanía es una conquista cotidiana. Las dinámicas segregadoras, excluyentes, existen y se renuevan permanentemente. La vida social urbana nos exige conquistar constantemente nuevos derechos, o hacer reales los derechos que poseemos formalmente. El ciudadano lo es en tanto que ejerce de ciudadano, en tanto que es un ciudadano activo, partícipe de la conflictividad urbana. No se trata de atribuir con un criterio elitista el estatuto de ciudadano a los militantes de los movimientos sociales si no de enfatizar que un desarrollo pleno de la ciudadanía se adquiere por medio de una predisposición para la acción, la voluntad de ejercer las libertades urbanas, de asumir la dignidad de considerarse igual a los otros. Los hombres y mujeres habitantes de las ciudades poseen una vocación de ciudadanía.

6. La ciudad es una aventura de libertad.

Una aventura y una conquista de la humanidad, nunca plena del todo, nunca definitiva. El mito de la ciudad es prometeico, la conquista del fuego, de la independencia respecto a la naturaleza. La ciudad es el desafío a los dioses, la torre de Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. La “Babilonia”, la “gran prostituta” de las Escrituras, la ira de los dioses, de los poderosos y de sus servidores, frente al escándalo de los que pretenden construir un espacio de libertad y de igualdad. La ciudad es el nacimiento de la historia, el olvido del olvido, el espacio que contiene el tiempo. Con la ciudad nace la historia, la historia como hazaña de la libertad. Una libertad que hay que conquistar frente a unos dioses y a una naturaleza que no se resignan, que acechan siempre con fundamentalismos excluyentes y con cataclismos destructores. Y frente a los que se apropian de la ciudad.

7. Las libertades urbanas.

Las libertades urbanas, sin embargo, son muchas veces más teóricas que reales y sus conquistadores pueden ser los primeros en reducirlas o aniquilarlas para muchos de sus conciudadanos. El mito de la ciudad es el del progreso basado en el intercambio, pero las ciudades también son sede del poder y de la dominación. La ciudad es un territorio protegido y protector que, formalmente, hace iguales a sus ciudadanos, pero las realidades físicas y sociales expresan a su vez la exclusión y el desamparo de unos frente a los privilegios y al pleno disfrute de las libertades urbanas de otros. En todos los tiempos han existido ilotas, colectivos aparcados en los suburbios, sin papeles. Incluso normas formales o factuales que excluían a sectores de la población de avenidas, de barrios residenciales, de equipamientos de prestigio. En todos los tiempos la ciudad como aventura de la libertad ha hecho del espacio urbano un lugar de conquista de derechos.

8. La ciudad y la idea de ciudad.

La ciudad es, y es un tópico pero no por ello banal o falso, la realización humana más compleja, la producción cultural más significante que hemos recibido de la historia. Si lo que nos distingue del resto de los seres vivos es la capacidad de tener proyecto, la ciudad es la prueba más evidente de esta facultad humana. La ciudad nace del pensamiento, de la capacidad de imaginar un hábitat, no sólo una construcción para cobijarse, no sólo un templo o una fortaleza como manifestación del poder. Hacer la ciudad es ordenar un espacio de relación, es construir lugares significantes de la vida en común. La ciudad es pensar el futuro y luego actuar para realizarlo. Las ciudades son las ideas sobre las ciudades. Y si aún ahora una gran parte de la población del mundo vive en hábitats autoconstruidos, en los márgenes, en los intersticios, en las áreas abandonadas de las ciudades pensadas, es sólo una prueba más que la conquista de la ciudad es también nostalgia de futuro, una conquista humana a medio hacer.

9. La ciudad como lugar de la historia.

La ciudad es pasado apropiado por el presente y es la utopía como proyecto actual. Y es el espacio hecho tiempo. Así como no hay comunidad sin memoria tampoco hay ciudad sin proyecto de futuro. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia. La vida de la ciudad se manifiesta por medio del cambio, de la diferencia y del conflicto. La ciudad nace para unir a hombres y mujeres y para protegerlos, en una comunidad que se legitima negando las diferencias. Pero al mismo tiempo la ciudad reúne sobre la base del intercambio, de bienes y de servicios, de protectores y de subordinados, de ideas y de sentimientos. El intercambio sólo es posible si hay heterogeneidad pero las diferencias expresan y pueden multiplicar las desigualdades. Y éstas generan conflictos, para mantener privilegios o para reducirlos, para extender los mismos derechos a todos o para aumentar la riqueza, el poder o la distinción de las elites urbanas. El conflicto social es inherente a la ciudad precisamente porque los proyectos humanos son contradictorios, responden a demandas y valores diversos, a necesidades e intereses opuestos. No hay urbanismo sin conflicto, no hay ciudad sin vocación de cambio. La justicia urbana es el horizonte siempre presente en la vida de las ciudades.

10. La ciudad es comercio, es intercambio.

La ciudad vive cada día del intercambio, es la plaza, es el mercado. Intercambio de bienes y de servicios, de ideas y de informaciones. El intercambio supone paz y reglas, convivencia y pautas informales que regulen la vida colectiva. La ciudad es comercio y cultura, comercio de las ideas y cultura de la producción de bienes y servicios para los otros. Comercio y ciudad son tan indisolubles como campo y naturaleza. La ciudad existe como encuentro de flujos.
Los egipcios representaban la ciudad mediante un eje de coordenadas, su cruce era la ciudad. Este encuentro de flujos se completa con una circunferencia, la ciudad como lugar, como comunidad, concentración de población heterogénea, abierta al intercambio. Pero también como lugar del poder, del templo y del palacio, de las instituciones y de la dominación. Y de la revolución cuando ésta se hace insoportable. Pero mientras tanto la ciudad debe funcionar como lugar regulador de un intercambio de vocación universal. Lo cual supone más orden que caos. Otra paradoja: la ciudad como lugar del cambio es también lugar de rupturas de marcos institucionales, legales, materiales, culturales. Ciudad de la excepción necesaria. Pero la ciudad de la regla es la ciudad del orden y del derecho, de la cohesión y de la tolerancia. La regla democrática es orden como esperanza de justicia urbana, es decir como proceso de conquista de derechos ciudadanos.

11. La ciudad y el sentido. Ética y estética urbanas.

La ciudad será tanto más incluyente cuanto más significante. La ciudad sin atributos, sin monumentalidad, sin lugares de representación de la sociedad a sí misma, es decir, sin espacios de expresión popular colectiva, tiende a la anomia y favorece la exclusión. La ciudad se hace con ejes de continuidad que proporcionen perspectivas unificadoras, con rupturas que marquen territorios y diferencias y con centralidades distribuidas en el territorio que iluminen cada zona de la ciudad, sin que por ello anulen del todo áreas de oscuridad y de refugio. La ciudad sin estética no es ética, el urbanismo es algo más que una suma de recetas funcionales, la arquitectura urbana es un plus a la construcción. El plus es el sentido, el simbolismo, el placer, la emoción, lo que suscita una reacción sensual. La ciudad del deseo es la ciudad que se hace deseable y que estimula nuestros sentidos.

Ser ciudadano es sentirse integrado física y simbólicamente en la ciudad como ente material y como sistema relacional, no sólo en lo funcional y en lo económico, ni sólo legalmente. Se es ciudadano si los otros te ven y te reconocen como ciudadano. La marginación física, el hábitat no cualificado, la ausencia de monumentalidad iluminante, la no atractividad para los otros, genera situaciones de capitis diminutio urbana.

12. La ciudad como espacio público.

Por todo lo que antecede es lógico deducir que una de las líneas que recorrerá este texto es la reivindicación de la ciudad como espacio público. Negamos la consideración del espacio público como un suelo con un uso especializado, no se sabe si verde o gris, si es para circular o para estar, para vender o para comprar, cualificado únicamente por ser de “dominio público” aunque sea a la vez un espacio residual o vacío. Es la ciudad en su conjunto la que merece la consideración de espacio público. La responsabilidad principal del urbanismo es producir espacio público, espacio funcional polivalente que relacione todo con todo, que ordene las relaciones entre los elementos construidos y las múltiples formas de movilidad y de permanencia de las personas. Espacio público cualificado culturalmente para proporcionar continuidades y referencias, hitos urbanos y entornos protectores, cuya fuerza significante trascienda sus funciones aparentes. El espacio público concebido también como instrumento de redistribución social, de cohesión comunitaria, de autoestima colectiva. Y asumir también que el espacio público es espacio político, de formación y expresión de voluntades colectivas, el espacio de la representación pero también del conflicto. Mientras haya espacio público hay esperanza de revolución.

13. Urbanización no es ciudad.

Y sin embargo en este siglo en que la ciudad lo es todo, un siglo 21 que se nos presenta con dos tercios, o tres cuartos, de la población habitante en regiones urbanas o urbanizadas, y que en Europa ha alcanzado un nivel de generalidad que nos permite hablar de Europa – ciudad, pues bien, en este siglo urbano la ciudad parece tender a disolverse. Urbanización no es ciudad, otro de los hilos conductores de este texto. Crece la población suburbana, en las regiones europeas el suelo urbanizado se multiplica por dos en 25 años sin que haya aumentado la población. La ciudad “emergente” es “difusa”, de bajas densidades y altas segregaciones, territorialmente despilfarradora, poco sostenible, y social y culturalmente dominada por tendencias perversas de guetización y dualización o exclusión. El territorio no se organiza en redes sustentadas por centralidades urbanas potentes e integradoras sino que se fragmenta por funciones especializadas y por jerarquías sociales. Los nuevos monumentos del consumo, el desarrollo urbano promovido por el libre mercado dominante de poderes locales divididos y débiles, los comportamientos sociales proteccionistas guiados por los miedos al “otro” y por el afán de ser “alguien”, la privatización de lo que debiera ser espacio público…todo ello lleva a la negación de la ciudad. El libre mercado todopoderoso no tiene capacidad integradora de la ciudadanía, al contrario, fractura los tejidos urbanos y sociales, es destructor de ciudad.

14. La vida de las ciudades.

La ciudad, a pesar de todo, permanece y renace. En cada etapa histórica se ha decretado la muerte de la ciudad, cada cambio tecno – económico o socio – político en algunos momentos ha parecido conllevar la desaparición de la ciudad como concentración densa y diversa, polivalente y significante, dotada de capacidad de autogobierno y de integración socio – cultural. Y siempre esta ciudad ha reaccionado, se ha transformado, pero ha continuado siendo ciudad. Existen dinámicas objetivas que refuerzan a la ciudad, exigencias de centralidad y de calidad de vida, economías de aglomeración y de consumo colectivo, requisitos de gobernabilidad y oportunidades de refugio. La crítica a la urbanización no ciudadana es múltiple y poliédrica como la ciudad. Y que arrastra consigo ganga con mineral rico, valores universales con intereses insolidarios. Los movimientos urbanos, vecinales o cívicos, pueden contener lo mejor y lo peor de las gentes. En unos casos plantean conflictos de justicia social urbana, pero en otros expresan intereses excluyentes e insolidarios (a veces xenófobos o racistas). La crítica urbanística tanto puede estar al servicio de valores “passeistas”, en sentido estricto “reaccionarios”, o de búsqueda de nichos de mercado interesante (como algunas operaciones del llamado “new urbanism”, no por ello falto de interés). Pero también puede expresar el progreso de la mejor tradición urbanística, que vincula la vanguardia con la memoria, la funcionalidad con la justicia social, el proyecto con los entornos. La reacción política “descentralizadora”, de autogobierno, de radicalización de la subsidiaridad a favor de los entes locales, no está exenta de ambigüedades tampoco, puede expresar reacciones proteccionistas, defensoras de privilegios o de encerrarse en pequeños mundos temerosos de insertarse en procesos globales. Aunque nos parece ante todo una exigencia de gobiernos de proximidad, de democracia deliberativa y participativa, de identidades y de pertenencias frente a procesos globalizadores anónimos e inasibles, frente a la frigidez del mercado y de la democracia electoral.

15. El autogobierno ciudadano como cuestión actual.

No es posible desvincular la reivindicación de ciudad del reforzamiento y la innovación de la gobernabilidad local, subestatal, de proximidad. La “glocalización”, es decir la dialéctica entre los procesos globales y los locales, que se contraponen y se refuerzan mutuamente es hoy no solo admitido en teoría sino fácilmente observable. Aunque a veces se utilicen fórmulas antiguas, la reivindicación de los ámbitos regionales o comarcales, la revalorización del municipalismo, el resurgimiento de nacionalidades integradas en Estado – nación decimonónicos, son fenómenos profundamente modernizadores. Y que arrastran enormes ambigüedades, como ocurrió en el siglo XIX en los movimientos críticos con la revolución industrial. La exaltación de un pasado idealizado y de una identidad esencialista, el mantenimiento o restauración de instituciones arcaicas excluyentes y economías poco productivas, el encerramiento sobre ámbitos reducidos y defensivos que no se plantean posicionarse en el mundo exterior que se percibe únicamente como peligro, la percepción del “otro” como una amenaza. Pero hay otra cara de esta moneda: la gestión política de proximidad, las políticas publicas integradas, la innovación política participativa, la reinvención de estructuras territoriales significativas que posicionen en el mundo actual, la reconstrucción de identidades colectivas que nos hagan existir en la globalización homogeneizadora y generen cohesión social. Hoy, la innovación política es posible y necesaria en los ámbitos globales y en los locales o regionales. Especialmente en las ciudades y en las regiones entendidas como sistemas de ciudades fuertemente articuladas. El territorio hay no es solo un dato, es también el resultado de una estrategia, una construcción voluntaria. Y la ciudad actual o existe como proyecto político innovador, competitiva en lo global e integradora en lo local, o decae irremisiblemente víctima de sus contradicciones y de su progresiva marginación.

16. La ciudad y su conquista.

Y volvemos al principio, la ciudad conquista si es conquistada. La ciudad como aventura iniciática a la que todos tenemos derecho y es el ejercicio de este derecho por parte de los ciudadanos establecidos y de los allegados de otros horizontes lo que hace a la ciudad viva en el presente, capaz de reconstruir pasados integradores y proyectos de futuro movilizadores. Hoy sin embargo se percibe la ciudad como lugar de crisis permanente, de acumulación de problemas sociales, de exclusión y de violencia. El lugar del miedo que privatiza en vez de socializar el teórico espacio público, de límites difusos y crecimientos confusos, en el que se superponen o se solapan instituciones diversas que configuran junglas administrativas incomprensibles para los ciudadanos, para muchos, y en especial para los jóvenes, la ciudad representa muchas veces no tanto una aventura colectiva conquistadora como un territorio laberíntico multiplicador de futuros inciertos para el individuo. A lo largo de este texto pretendemos argumentar que no nos encontramos ante la crisis de “la ciudad” sino ante el desafío de “hacer ciudad”. Un desafío no exclusivo de las instituciones o de los planificadores, de los políticos o de los urbanistas, de los movimientos sociales organizados o de los agentes económicos. Es un desafío intelectual que a todos nos concierne. Es una exigencia y una oportunidad para todos aquellos que entienden que la ciudadanía se asume mediante la conquista de la ciudad, una aventura iniciática que supone a la vez integración y transgresión. La ciudad conquistada por cada uno de nosotros es a la vez la integración en la ciudad existente y la transgresión para construir la ciudad futura, la conquista de nuevos derechos y la construcción de un territorio – ciudad de ciudades articuladas.

JB

Los domingos, Jordi Borja escribe la columna de opinión “Metrópoli”
en la sección “Vivir en Barcelona“, del diario La Vanguardia.

Ver el programa del Master “La Ciudad: políticas, proyectos y gestión”, dirigido por Jordi Borja.

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“Queremos cambiar el escenario, porque la ciudad ya no nos acepta” https://cafedelasciudades.com.ar/articulos/queremos-cambiar-el-escenario-porque-la-ciudad-ya-no-nos-acepta/ Mon, 02 Dec 2002 19:33:00 +0000 https://stag.cafedelasciudades.com.ar/?post_type=cdlc_article&p=2228 – Como no aceptamos el hambre, la forma de solucionarlo es generar propuestas de producción alimentaria, y el alimento se puede producir trabajando. Esta situación se agotó, vayamos a producir alimentos para que esto no vuelva a suceder (me dice Karaman).– Nosotros tenemos diferencias muy grandes en espacios territoriales muy próximos, y esto termina generando violencia,...

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– Como no aceptamos el hambre, la forma de solucionarlo es generar propuestas de producción alimentaria, y el alimento se puede producir trabajando. Esta situación se agotó, vayamos a producir alimentos para que esto no vuelva a suceder (me dice Karaman).
– Nosotros tenemos diferencias muy grandes en espacios territoriales muy próximos, y esto termina generando violencia, es inevitable. El hacinamiento y la ostentación generan violencia (completa Reynoso).

En un café de las ciudades (este da a la Avenida 9 de Julio, frente al rascacielos que antes fuera Ministerio de Obras Públicas y hoy de Salud y Acción Social), el cronista calla y piensa en la paradoja de las personas cuyos padres o abuelos buscaron la salvación en la ciudad, y ahora quieren regresar al campo. La gente con la que hablo, militantes curtidos en cientos de luchas anónimas y desiguales, plantea la formación de comunidades productivas solidarias fuera de la metrópolis, para restituir la posibilidad de la población de gestionar autónomamente su alimentación. ¿Es un rasgo antiurbano de un movimiento social, o más bien la obligada redefinición de una estrategia territorial que desde el comienzo fue desventajosa para los más pobres?.
Me encuentro con Gustavo Rodríguez Karaman y Pablo Reynoso, representantes de la Asociación Civil Don Jaime de Nevares, la organización que trabaja en la zona sur de la periferia metropolitana de Buenos Aires, con poblaciones asentadas en su mayoría a partir de los finales de la dictadura militar ’76/’83.

GRK: Trabajamos allí desde hace unos cuantos años, sobre los problemas más importantes. En su momento estos tenían que ver con el acceso a la vivienda, después con el acceso a la tierra en función de la vivienda, y ahora, con la ausencia de trabajo. Estamos tratando de revertir este proceso con una estrategia de generación de trabajo, aprovechando nuestra experiencia.

café de las ciudades : A partir de los últimos años de la dictadura militar, se produce un cambio en los fenómenos de urbanización marginal de la Buenos Aires Metropolitana. Hasta ese momento, dicha urbanización se manifestaba especialmente en la aparición y consolidación de las villas de emergencia (ofrecemos un glosario de nombres y expresiones particulares del habla argentina: el lector que desconozca el significado de las palabras pintadas, puede buscarlo allí; aquellos que estén familiarizados, pueden saltearlo o ver hasta que punto coinciden sus definiciones con las de nuestro café…). Pero a partir de esos años comienzan a repetirse las ocupaciones de tierras y el posterior asentamiento de poblaciones muy organizadas, con características que prevén una futura regularización y una precisa delimitación de parcelas y espacios circulatorios. Muchos ven en esta tendencia los efectos de la Ley de Uso del Suelo en la provincia de Buenos Aires, y en términos más amplios, el deterioro del empleo industrial en la aglomeración, todos estos fenómenos que impiden la expansión característica de los ´60 y ´70 mediante loteos de baja densidad y pobres niveles de servicio. De todas maneras, es una paradoja que esta forma de organización social surja en un momento en que se atacó con tanta fuerza a las organizaciones populares.

PR: Mi experiencia es más fuerte en villas, pero sí, es cierto que el asentamiento es mucho más organizado que la villa, por lo menos en el momento del inicio. Ahora, sin embargo, está todo más parecido, en los últimos años se ha ido equilibrando la situación por el despelote que aparece en todos lados. En su momento la formación de los asentamientos tenía un alto componente de militancia. Justamente se atacó mucho al movimiento popular porque era tan fuerte, había un alto nivel de organización con mucha experiencia militante.

GRK: Nosotros no creemos que haya un nuevo movimiento social, lo que creemos es que hay nuevas acciones del mismo movimiento social. Lo que no se puede hacer en la fábrica se traslada al barrio (Karaman arranca fuerte, cuestionando la definición de “nuevos movimientos sociales” que se suele dar a las formas de militancia política surgidas en los últimos años, al calor del desempleo y la exclusión). Y no es la primera vez, porque eso ya se hizo en la época de la resistencia peronista. Del ’55 al ’70, cuando no se podía trabajar en la fábrica se iba al barrio, y de hecho los 2 o 3 intentos de levantamiento popular antes del ’73 fueron en los barrios. La toma del Frigorífico Lisandro de la Torre fue sostenida desde los barrios. Es más, durante la dictadura militar la huelga ferroviaria fue sostenida desde los barrios, en el ’77 y en el ’79 hubo muchas acciones. Nosotros reconocemos 4 vertientes en ese proceso de ocupaciones de tierra, que es una superación a la propuesta de urbanización de la villa, porque implica planificar un espacio propio y pensar una forma de vida en un espacio determinado (no es solamente una cuestión de acceso a la ciudad sino al espacio propio):


· la primera vertiente, según los autores que han estudiado el tema (y coincidimos con ellos), es el traslado de la pelea gremial en la fábrica a la territorial en el barrio, el trasladar la organización de delegado por fábrica o sección a la del delegado por manzana.
· la experiencia de las comunidades cristianas de base (no es casual que en la diócesis de Quilmes se hagan las primeras ocupaciones, siendo la primera diócesis que incorpora las comunidades de base como ámbito de expresión de la comunidad).
· la experiencia de las Ligas Agrarias: mucha de nuestra gente viene de zonas donde habían crecido con esa experiencia de organización: norte de Santa Fe, Chaco, Misiones, Formosa. Mucha gente de ese origen ya venía con esa experiencia de la pelea por la tierra para poder trabajar.
· la experiencia territorial implícita en el peronismo: las Unidades Básicas del peronismo, eran unidades de coordinación de la comunidad. El concepto de Comunidad Organizada lo toma el peronismo de la doctrina social de la Iglesia, no es un invento peronista, y generó una actitud del territorio. Vos fijate que ahora se habla de punteros y se los critica como si fueran dueños de un barrio. ¿Pero por que? Porque tienen una concepción del territorio, de espacio, de gente. Eso no se inventó ahora, fue una construcción de la militancia de la época.


Esas cuatro vertientes fueron las que dieron origen a generar una posibilidad de acceso a la vivienda. No es una cosa consciente, son procesos que confluyen y se van generando. Y creemos que lo que era la villa hace 30 años, son hoy los asentamientos: Son ese mismo lugar, donde los jóvenes no tienen lugar, donde no hay trabajo, donde la gente, después de 10 años de lucha para tener la tierra, no puede pagar la luz, ni el agua (los asentamientos de Solano, por ejemplo, están peleándose con las empresas porque no pueden pagar el agua). Al no generarse trabajo, a partir de los ’90, incorporamos la pelea por el trabajo a la pelea por la vivienda. De hecho, cuando Duhalde iba por la reelección como gobernador declaró la emergencia habitacional en la Provincia de Buenos Aires, asumiendo un programa nuevo de “asentamientos planificados”, ¡al que le da el mismo nombre que la causa judicial que nos había iniciado a nosotros por haber hecho una medida de protesta! Con un fracaso total, porque se hacía sin consenso popular y entonces fue solo un programa de funcionarios que hicieron negocios. En ese proceso hay muchas organizaciones que están comenzando a ver: “esta bien, conseguimos el terreno, conseguimos construir la casa, pero no podemos pagar los servicios, no podemos morfar“. Hay una crisis alimentaria impresionante en un país como la Argentina, que no es Afganistán: con quince minutos de colectivo estás en superficies aptas para producir alimentos, y estamos pagando la carne y el pan a precio internacional, ¡es una cosa de locos! Entonces nos planteamos: esto se agotó, vayamos a producir alimentos para que esto no vuelva a suceder, porque la ciudad ya no te acepta. Primero, las crisis de la economía nos expulsaron del campo a la ciudad, ahora la crisis de exclusión del neoliberalismo nos quiere expulsar al océano. Y como al océano no vamos a ir, tenemos que volver a recuperar lugares de produccióngalpones y fábricas abandonadas, tierras abandonadas. Esa es la idea que está circulando no solo en nuestra organización sino particularmente en los barrios más viejos, que no son solo los asentamientos.
Karaman es muy preciso y atractivo en su análisis: plantea un ida y vuelta entre los problemas específicos del conurbano bonaerense en este comienzo de siglo, y la visión general y abarcativa de la realidad argentina tras la hegemonía del neoliberalismo.

PR: Cuando nosotros decimos que los niveles de organización más importantes se lograron a partir de los movimientos y organizaciones de trabajadores, estamos hablando de la importancia del trabajo como organizador de la persona, de la comunidad. Es fundamental: el tipo se levanta a la mañana, calienta la pava, se toma unos mates, sabe que toma el colectivo a las 8, llega a laburar a las 8 y media, se encuentra con los compañeros al mediodía, discute: eso va generando organización. Fue lo que había en aquel momento: una fuerte organización de los trabajadores. Y ahora lo que hay son grupos sueltos de desocupados. El desempleo no es solamente una consecuencia, sino también una herramienta del sistema: el desempleo es profundamente desorganizador. Por eso pasa esto en los barrios: el tipo que no tiene trabajo, que no puede pagar el agua, que no puede darle de comer a sus pibes, el joven que no puede proyectar un futuro, todo este quilombo que hay ahora es lo que iguala para abajo. Por eso, esa diferencia de que el asentamiento era una alternativa a la villa porque estaba organizado, tenía las casas más cuidadas…, bueno, hoy en día se vive tan para la mierda en un lugar como en el otro.

GRK: Una radiografía aun más bruta es el problema de la delincuencia. Cuando uno hablaba de la delincuencia en los años ’50, se trataba de grupos organizados. Hoy los grupos delictivos organizados están vinculados a las fuerzas de seguridad: si un hecho delictivo está organizado, participaron las fuerzas de seguridad. No hay hechos delictivos vinculados a organizaciones de pobres. Los villeros no roban organizadamente, van desorganizadamente al supermercado, sin apoyo, y terminan rodeados por la policía, se entregan llorando, …

PR: … o roban un auto que pasa por la puerta de la villa.

GRK: Vos ves los grandes secuestros y siempre están vinculados a las fuerzas de seguridad. ¿Por que? Justamente, porque la desocupación ni siquiera sirve para delinquir. Es mentira que los pobres delinquen, es una mentira total: los pobres delinquen pobremente, no tienen ni para comprar balas, entonces van y le roban las zapatillas al vecino, y cuando los vecinos se ponen locos terminan saliendo, se arriesgan dos cuadras más, y ahí cobran, por eso tenés las cárceles con un 85 % de pibes jóvenes pobres. Y tenés las grandes bandas en cana que siguen manejando las cosas desde la cárcel, lo que te puede corroborar cualquier agencia de inteligencia. Los grandes hechos delictivos de los últimos 5 años, desde la AMIA inclusive, podés detectar que tienen participación de fuerzas de seguridad, o sea que son estructuras organizadas, por eso cuando nosotros hablamos del trabajo, esto implica…

PR: …gente con experiencia de organización.

café de las ciudades: Entonces lo que se plantea es incorporar al derecho a la vivienda un derecho más integral que contemple el derecho al trabajo.

GRK: A la vida, el derecho a la vida. Nosotros podemos aceptar la pobreza, pero no el hambre, los pibes de 4 años limpiando los vidrios en los semáforos. Esto no es Afganistán, es la República Argentina.

PR: Y el trabajo no tiene por que ser el empleo.

café de las ciudades: ¿Cual es la diferencia?

PR: Que trabajo, hay. Es lo que decían los viejos: ¿no tenés nada que hacer? ¡agarrá la pala!, andá a puntear la tierra al fondo.

GRK: Lo que pasa es que los muchachos del neoliberalismo entendieron la pala de otra manera…

café de las ciudades: Con respecto a lo que ustedes proponen realizar en lugares fuera del área metropolitana (en una charla decías incluso que no hay mucha diferencia entre ir a trabajar al centro desde Florencio Varela, un viaje de una hora y media, que desde Brandsen, que queda a una hora y 45 minutos). ¿Que es lo que están haciendo ahí? Tu descripción me pareció entonces que hasta era muy pesimista, dijiste algo así como que en el barrio maneja todo el dealer, y a esto no hay solución salvo irse de ahí.

GRK: No, no, son dos cosas distintas. Primero: nosotros creemos que hay que cambiar el escenario. Como no aceptamos el hambre, y la forma de solucionar el hambre es generar propuestas de producción alimentaria, hay que producir los alimentos, y el alimento se puede producir trabajando. Las herramientas están: vos con 3 o 4 herramientas, tierra y la naturaleza, hacés maravillas. Pensemos en lo que pasó en este país: cuando vinieron acá los españoles, se fueron corriendo, dejaron 3 vacas y cuando volvieron, encontraron miles de vacas, que se habían criado solas. No puede haber hambre en este país, esforzándose un poquito más, trabajando y esforzándose con el trabajo, podemos producir alimentos propios y de mejor calidad: ahora acá estamos comiendo basura. En la ciudad se come basura, no se si ustedes saben, pero vayan a cualquier frigorífico que hace embutidos, salame, salchichas, fiambres, y va a ver que entran perros, gatos, caballos podridos. Los tipos entran a trabajar ese material con equipos que parecen de la NASA (sería bueno que los medios empiecen a investigar). Con lo cual decimos: bueno, empecemos a producir los alimentos que queremos. Queremos comer bien y vivir bien, y tenemos las condiciones naturales para hacerlo, esto no es Cuba, una isla pequeña. Este es un país muy grande, más grande que Francia y que España juntos, hay cosas que no se pueden aceptar. Eso es en cuanto a la primera pregunta, en ese sentido estamos haciendo una experiencia concreta, que pueda demostrar esto, con una unidad de capacitación, para que el que quiera pueda aprender y luego continuarla.
Y en cuanto a la segunda pregunta, nosotros no creemos que haya dueños de los barrios. En realidad, los barrios del conurbano sobreviven como pueden en estas condiciones. Cuando se muere un pibe hay un tipo que se encarga de conseguir el cajón para que lo entierren, de golpe en otros lugares hay quien putea contra el puntero. Nosotros no reivindicamos esa lógica porque no son militantes, es gente que trata de sobrevivir en su propio lugar a través del aparato del Estado, eso no es militancia. Militante es un tipo autónomo que puede construir una mirada de mejores condiciones, sin esperar ordenes. El militante, para nosotros, nunca fue un tipo que espera ordenes. A nosotros ahora nos hablan de voluntariado, ¡ese es un nombre del neoliberalismo! Para nosotros los voluntarios eran los bomberos voluntarios, no había militantes voluntarios. El militante era un tipo que además de trabajar, y como no le gustaba como se vivía en su lugar, cuando terminaba de trabajar se organizaba con la gente y ponía la vereda, el agua, la luz, el semáforo, hacía la escuela, la cooperadora: eso es militancia. El voluntariado es un invento, una mentira nueva del neoliberalismo, y yo prefiero que sigan siendo bomberos voluntarios… Los punteros son vistos como el mal de la política, y en realidad el mal de la política son la manga de garcas que están en el Congreso, en la Presidencia de la Nación, en las gobernaciones, esos tipos que pasaron del 5 por 1 a la 4 por 4. Gente que tiene un discurso de cambio pero el único cambio que le interesa es el de la casa de cambios, si el dólar pasó de acá para allá o si van a un plazo fijo. Cuando un dirigente o un diputado gana 50 veces más que un docente, el país no tiene futuro. Si un docente gana 300 pesos y un diputado de la misma provincia gana 3.000 pesos, en blanco, y gana mucho más en viáticos, el país no tiene futuro. Nosotros, que vinimos del desaste del ’70, aprendimos que nuestros viejos trabajaban para nosotros, nosotros empezamos a entender que teníamos que trabajar para nosotros y para nuestros hijos (sin descartarnos a nosotros). Estos muchachos no trabajan ni para nosotros ni para los hijos de ellos, porque van a terminar viviendo en un barrio cerrado, van a tener que viajar en helicóptero. Esos legisladores que tienen propiedades en el exterior, que sus ganancias las invierten en el extranjero, que no tienen propuestas de desarrollo para su propio país, no se lo que piensan. ¿Que van a hacer con sus hijos? ¿Los van a llevar en helicópteros? Van a vivir en barrios cerrados, van a pagar seguridad, van a pagar prensa para que después los medios de prensa tengan productores que venden los números de telefono a los secuestradores. No hay que ser un analista importante para darse cuenta, es solamente ver lo que pasa.

PR: El problema de los barrios, eso que vos decís sobre nuestra “visión pesimista”, no es solamente un problema de los barrios, es un problema general de la ciudad: la gran diferencia social. Nosotros tenemos, en espacios territoriales muy próximos, diferencias muy grandes, y esto termina generando violencia, es inevitable. Genera violencia de los dos lados, porque la reja es violencia, el doberman es violencia, la cámara de seguridad, el guardia que hecha a los pibes mal vestidos de los barrios mejores, todo esto es un conjunto, no se puede ver lo que pasa en los barrios sin ver lo que pasa en los demás lugares. El hacinamiento y la ostentación generan violencia. El hacinamiento te rompe las pelotas, no es lo mismo venir a la Capital en el 22 con 45 tipos arriba del colectivo, que venir tranquilo, sentado con la ventana abierta, no llegás de tan mal humor. Con la ciudad pasa lo mismo, tanta gente apretada junta…

café de las ciudades:¿Qué es lo que están armando en Brandsen?

GRK: Nosotros tenemos 3 o 4 consignas básicas:

· decimos lo que pensamos.
· intentamos hacer lo que decimos
· cuando estamos hablando con vos, hay otro compañero que está trabajando, sembrando, transpirando para que nosotros podamos estar aquí hablando con vos, y de eso nunca hay que olvidarse.
· y la cuarta conclusión, es que tiene que haber una quinta, o sea que esto tiene que seguir.

No hay mucha vuelta en esto, hay que trabajar y dejarse de joder. Acá todo el mundo se desgarra las ropas con el tema de las drogas, y si uno va a cualquier barrio los dealers te dicen “yo tengo respaldo de este, de este, de aquel, tengo contactos políticos”, nosotros los cruzamos todo el tiempo. ¡Para colmo, los ricos tienen droga de ricos, y los pobres droga de pobres! Entonces, acá hay un montón de cosas que hay que poner arriba de la mesa y dejarse de joder, no hay mucha vuelta. Ahora bien, eso no lo vas a cambiar en este escenario, entonces nosotros nos decimos “bueno, hay que cambiar el escenario”. Vamos a buscar mejor aire, mejor tierra, mejor agua (Aguas Argentinas está dando un agua de mierda y encima carísima), vamos a buscar un escenario mejor. ¿De que te sirve a vos que un pibe salga de la cárcel? ¿ves Tumberos vos? (por supuesto que lo veo, hermano). Bueno, lo que pasa en Tumberos es el 0,1% de lo que pasa en las cárceles. Nosotros vamos a las cárceles y hablamos con los presos. ¿Adonde vuelven los presos cuando salen? ¿Sabés que diferencia hay entre Ciudad Evita, Villa Soldatti, Fuerte Apache o el Barrio Pepsi, con la cárcel de Olmos? ¡Ninguna, porque de esos barrios los pibes no pueden hacer 200 metros para afuera! Están igual. Cuando salen de ahí, ¿adonde van?, de vuelta a robar. Si no cambiamos el escenario… Yo conozco mucha gente progresista, asistentes sociales, abogados, pelean por los presos, y yo les pregunto: ¿vos te vas a llevar a uno de estos muchachos a cortar el pasto a tu casa? ¿Vos te lo llevarías?

café de las ciudades: No (contesto espontáneamente).

GRK: Bueno, yo sí, entonces, si no te lo vas a llevar, cambiemos el escenario. Tengamos el pasto y cortemos el pasto que sea de todos, que sea de ellos también. ¿Sino, que van a hacer? Es una fábrica de delincuentes, la cárcel.

café de las ciudades: Pero concretamente, operativamente, ¿que es lo que ustedes están organizando?

GRK: Nosotros avanzamos así: nunca le pedimos a los demás que hagan lo que nosotros no podemos hacer. Conseguimos unas tierras, vamos, y trabajamos a la par. Y el que tiene ganas de trabajar a la par se queda, y así generamos una comunidad productiva solidaria. Es una comunidad porque tiene que ser en grupo, no podés mandar un tipo solo al campo, y tiene que ser productiva, no podés ir a boludear, y tiene que ser solidaria. Ahora estamos armando una movida para 30 familias, como plan piloto inicial. Ya tenemos más de 30 familias que quieren venirse al campo. Hace dos años la gente nos decía que estabamos locos, nadie quería venirse al campo porque estaban todos urbanizados. Hoy tenemos dos villas donde la gente quiere irse a la mierda, y nos está diciendo ¿cuando nos vamos? Estamos viendo a ver quienes se van, porque para que la primera experiencia salga bien tenemos que llevar gente que esté, no solo con ganas, sino preparada. Por eso estamos haciendo una escuela de capacitación en los barrios donde ya estamos, para que la gente aprenda a sembrar, a trabajar la tierra, a manejar un caballo, a arar. A manejarse con un grupo, dejar de ser solamente uno, sino compartir. Hacemos eso todo el tiempo.

café de las ciudades: No te ofendas por la pregunta (el cronista se ataja…), pero ¿que diferencia hay entre lo que ustedes proponen y la fantasía hippy de los ’60, del tipo “me voy al Bolsón y cultivo frutillas”, o por otro lado ese prejuicio pequeñoburgués de que “se vienen todos a Buenos Aires, acá lo que hay que hacer es mandar a la gente al campo”, o como en verdad se piensa, “sáquenme los negros de encima”?

GRK: Hay una diferencia muy grande. Primero, lo hacemos nosotros, no le decimos a nadie lo que tiene que hacer. Es más, no hacemos las cosas para que nos sigan, las hacemos para que nos acompañen.

PR: Además no es una idea nuestra, es una construcción, fruto de la discusión de las organizaciones. Uno puede aportar alguna idea, pero cada paso en la historia de nuestro proceso es fruto de la discusión de organizaciones, esto es importante tenerlo en cuenta. Y en el último tiempo, hasta incluso organizaciones de clase media se han sumado a la discusión. Y no es solo sacar a la gente de los barrios, es una cagada vivir en la villa, pero vivir acá en la Capital también es una cagada, ver gente en el suelo durmiendo debajo de una frazada… ¡tenés que ser un animal para que no te moleste! Es muy desagradable todo esto, ver chicos chiquititos pidiendo monedas a las dos de la mañana, es tan desagradable esto como la villas. Eso por un lado, y después, aunque se lo que es el Bolsón, no tengo muy claro que pensaban en aquel entonces. También es un poco la utopía, si, y no está mal. No se porque no les salió, pero bueno…

café de las ciudades: Quizás lo que dejaban no era tan desagradable como para no extrañarlo a la primera noche de frío…

GRK: La diferencia principal, como decía Pablo, es que somos una organización de dirigentes. Nuestra organización está integrada por gente de organizaciones de barrios que están haciendo un proceso de discusión y de seguimiento de lo que pasa en este país. Este no es cualquier país, nosotros tenemos una historia muy grande. Nosotros tuvimos el ejercito más importante del continente, del mundo, hace apenas 180 años. Si Bolívar se hubiera puesto de acuerdo con San Martín, llegábamos hasta Canadá. Y el promedio de edad de nuestros muchachos era de 17 años, y venía de nuestras provincias, no estamos hablando de boludeces, este es un país grosso

café de las ciudades: De las mismas provincias que hoy dicen que hay que liquidar y englobar en regiones, como los sultanatos malayos… (aunque parezca increíble, esto lo propuso Menem hace algunas semanas).

GRK: Exactamente, esa fue la gente que bancó el país. Entonces, no lo va a regalar, ese es el primer punto. Segundo punto: nosotros no tomamos esta decisión porque nos van a financiar nuestros padres que tienen plata, que fue el caso de los muchachos que se fueron al Bolsón. Ese era un proyecto desvinculado del proceso social, en esa época los trabajadores peleaban por una distribución de la renta que era la más alta del continente. De hecho, yo no conozco otro país en América Latina que tenga hospitales públicos con escaleras de mármol. No conozco, y he confirmado que no existen. Que los obreros en Guatemala fueran de vacaciones a la playa, por su propia obra social, no existe, ni en Brasil, ni en Nicaragua, ni en Bolivia ni en Colombia, eso solo pasó en nuestro país. Ese proceso de irse al Bolsón no iba de la mano con lo que estaba pasando. Nosotros sí, proponemos algo que sale de lo que está pasando, no es que mi papá me puede regalar 25.000 hectáreas, una camioneta, dos tractores, no. A mi papá lo echaron del campo y terminó viviendo en esta ciudad de mierda. Esa es la cuenta. Estamos cansados, ya, tenemos 40 años y no queremos que nuestras hijas terminen vendiendo nafta en una estación de servicio porque tienen un buen culo y una buenas tetas, pero no llegan a ser modelos. Esa es la discusión, es muy simple, tenemos hijos, no queremos que nuestros hijos tengan ese futuro.

PR: ¡Ya estamos grandes para hacernos hippies!, además, no nos crece el pelo…

café de las ciudades: No lo tomes como ofensa…

GRK: No, está todo bien. ¡Yo mismo era músico! Deje de serlo porque los milicos me pusieron los puntos, toqué con tipos grossos, para que te des una idea la banda que nos prestaba los pedales a nosotros cerró con Sui Generis en el ’75, en el recital de despedida. O sea que conozco los dos palos, el de los músicos y los hippies, y el nuestro.

café de las ciudades: mencionabas la cuestión de la expectativa del tipo de la villa de los ’50, diferente a la de hoy, aunque su rancho fuera más precario, porque justamente tenía esperanzas de irse rápido, hoy pasás y ves construcciones de dos pisos, de hormigón, se construye con la mayor solidez posible porque nadie piensa que podrá irse.

GRK: Lo que pasa es que después hubo planes de viviendas. El plan quinquenal de Perón hizo 370 mil viviendas en 4 años. City Bell, La Plata, recorrés la Provincia de Buenos Aires y encontrás, por ejemplo en Maipú, un hogar de 1600 hectáreas con instalaciones para discapacitados, que está abandonado, y eso lo hizo el peronismo. ¡Y ahora los discapacitados están vendiendo billetes de lotería, y los tipos que promueven esas huevadas dicen ser peronistas! Duahalde inventó la lotería solidaria, y está dejando abandonado un lugar donde los discapacitados (o los muchachos que tienen capacidades diferentes, porque ahora hay que cuidarse con lo que hablás, es como la cuestión de los voluntarios, los bomberos, ¿viste?), en una tierra espectacular. Nadie pone una moneda para que los muchachos, en vez de vender lastimosamente billetes de lotería (o sea apostar a la no producción, a que la gente se salve vendiendo un billete) usen esas 1600 hectáreas con instalaciones, galpones, ferretería, panadería, lo que se te ocurra, están vacías, paradas. Entonces no jodamos.

café de las ciudades: ¿Como pega esto con el actual modelo agropecuario?

GRK: Pega de punta. El modelo agropecuario actual es un modelo neoliberal, sin gente, con agroquímicos, la gente come mierda. Nos quieren vender soja en un país que puede producir carne: repartamos churrascos, no repartamos milanesas de soja. Esto no es Afganistán. Además, están contaminando el ambiente, comemos soja berreta que los chinos no quieren comprar, los europeos no la compran porque es soja forrajera, no se la dan ni a los chanchos. Los productores no viven en el campo, hoy es más fácil invertir en el banco, te ahorras problemas con los sindicatos, los aportes peatonales… Hacen siembra directa, contratan una empresa. ¡Los campos parecen campos de tenis!

PR: Los tipos que viven en el campo, que laburan sembrando en estas condiciones, no tienen gallinas, no tienen un chancho. Quieren comer un pollo y lo van a comprar al supermercado.

GRK: Es el monocultivo. En Balcarce compran verdura en Mar del Plata, esto me lo dijo la Sociedad Rural, no me lo dijo un comunista.

PR: Entonces cuando se les cae la cosecha, se cagan de hambre. En pleno campo, no tienen una huerta con unos tomates, con unos zapallos, no lo hacen más, porque están detrás del gran negocio de pegar un gran cultivo de soja o una cosa así, producir mucho, mucho, mucho, y exportar.

GRK: Mirá, con “el capital”, lo único que se puede hacer, es leerlo (son tres tomos y los dos tomos de la teoría de la plusvalía), pero no enamorarse. Es un buen libro, pero nunca hay que enamorarse de “el capital”. ¡Y los productores se enamoran del capital! Hace algún tiempo el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos nos ofreció un crédito para promover nuestra propuesta, y les dijimos que no, ¿como vas a pedir un crédito? Quedás atado para el resto de tu vida. Si a vos lo que te sobra es gente que no tiene trabajo, o sea que el crédito ya lo tenés. Acá siempre dicen que lo más caro es la mano de obra. Bueno, si la mano de obra está desocupada, la mano de obra la tenemos, la tierra sobra, los galpones están vacíos: ¡la cuenta es muy simple! Nosotros no somos genios, solo usamos el sentido común.

Damos por terminada la entrevista y seguimos charlando, entre códigos compartidos y módicas desconfianzas. Karaman es franco y político a la vez al opinar sobre los actores sociales de este drama metropolitano. “Las universidades no están preocupadas por vincularse con los más desprotegidos, que son los que las financian”, dice, aludiendo a la regresiva estructura impositiva argentina que castiga los consumos más imprescindibles, y a la vocación de los centros académicos por dictar cátedra lejos del barro periférico. Las ocupaciones de tierras: “están paradas por las internas, son los dirigentes peronistas los que las impulsan, porque no tienen nada para ofrecer del estado, y ahora están en otra cosa, preparándose para las elecciones”. Karaman, peronista visceral y formado en la doctrina, ironiza sobre la transformación del partido: “el movimiento de desocupados más grande de la Argentina es el propio justicialismo, que los utiliza en sus peleas internas y en sus operaciones políticas”. Las propias organizaciones de piqueteros son desmitificadas por Karaman, que cuestiona sus rasgos efectistas y mediáticos y la posible desnaturalización de sus propuestas, aunque la referencia irónica no oculta el respeto por sus compañeros de lucha.
Como militantes, tienen claro que su objetivo “no es darle nada a nadie, sino compartir”. Terminando el café, el cronista confiesa su desconcierto personal en una época confusa, y Karaman replica con su propia certeza militante: “nosotros no: es bueno estar bien parado y saber quien es uno, mientras los demás corren a tu alrededor, y a nosotros nos pasa eso”, aunque Pablo mitiga su certidumbre con una sonrisa comprensiva. “Somos conservadores (no reaccionarios: conservadores), queremos conservar lo que hay”, remata mientras salimos a la 9 de Julio.

Entrevista: MC

Una reseña de la actividad de la Asociación Civil Don Jaime de Nevares.

El Grupo de Reflexión Rural es un colectivo de técnicos e intelectuales muy crítico
del actual modelo agropecuario argentino.

Un documento sobre el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas

Días después de esta entrevista, trascendieron dentro y fuera de la Argentina
las terribles imágenes de niños desnutridos y hasta literalmente muertos de hambre
en la provincia de Tucumán, al norte del país.
El problema no es nuevo, como indica esta descripción de Tucumán Arde,
una experiencia artística y política de los ’60.

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Sabanas y ropas íntimas al viento (una forma de lo público) https://cafedelasciudades.com.ar/articulos/sabanas-y-ropas-intimas-al-viento-una-forma-de-lo-publico/ Thu, 05 Dec 2002 19:30:00 +0000 https://stag.cafedelasciudades.com.ar/?post_type=cdlc_article&p=2226 “Lisboa é dita ser construida sobre o mesmo número de colinas que a velha Roma, mas nem todas se distinguem a partir da agua. Pelo contrário, daí vêse um grande monte e rocha, com edificios erguendo-se uns acima das outros, numa maneira tao escarpada e quase perpendicular, que todos parecem nao ter mais que um...

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“Lisboa é dita ser construida sobre o mesmo número de colinas que a velha Roma, mas nem todas se distinguem a partir da agua. Pelo contrário, daí vêse um grande monte e rocha, com edificios erguendo-se uns acima das outros, numa maneira tao escarpada e quase perpendicular, que todos parecem nao ter mais que um único alicerce.”
Henry Fielding, O diario de uma viagem a Lisboa

Cuando visitas una ciudad extranjera al principio los nombres te suenan exóticos y misteriosos. En unos días se convierten en parte de tu rutina, para luego desvanecerse y no volver a verlos más. La mirada que tienes sobre esta ciudad es por fuerza distinta a la de sus habitantes, porque te fijas en muchas cosas que la gente no mira porque está absorta en su pequeño mundo cotidiano.

Sostiene Mariona que, urbanísticamente, Lisboa es una ciudad decadente, no sólo por las fachadas descuidadas sino sobretodo por el abandono de los pisos en el centro. Aún así, es una ciudad con mucho encanto, que no todo el mundo sabe apreciar. A pesar de los intentos de renovación urbana para la Baixa (facilitados por los terremotos e incendios) Lisboa continua teniendo el regusto de la metrópolis sin colonias; un regusto de pasteis de nata y bica que se traslada a sus barrios. La Alfama, de casas blancas y plazas donde lo público toma forma de sábanas y ropa íntima al viento. En el Barrio Alto se mezclan los restaurantes de fado para turistas con las “adegas” de raciones inacabables de feijoada y bacalhau à braz. Algo apartado del centro, en medio de la zona de avenidas nuevas, se encuentra el barrio de Arco do Cego (1927) impulsado por los “aplicados” urbanistas de Salazar.

La accidentada orografía ha potenciado y mantenido el uso de los eléctricos (tranvías) y los elevadores (funicular), marginando los vehículos privados de la zona con mayor historia. Los elevadores y sus conductores te trasladan a otra época con un ritmo lento e ineficiente que sólo los distraídos sabemos disfrutar. El que más nos gusta a nosotros es el de Bica, que recorre una empinada calle como un caracol perezoso.

La ruta de los miradouros: Lisboa es una ciudad para ser mirada desde todas las perspectivas. En ella encontramos numerosos rincones que nos ofrecen una vista parcial de toda la ciudad. A través de la ruta de los miradouros el puzzle se hace fotografía. Castelo Sao Jorge, Graça, Santa Luzía,… y el de Santa Caterina, nuestro preferido. Desde éste último, frente al Mar de Palha, se puede practicar lo que a nosotros más nos gusta: “ver passar navíos” (dedicarnos a la vida contemplativa).

Lisboa frente a frente. Otra opción que elegimos fue tomar un ferry que cruza el Mar de Palha hasta los pies del Corcovado (Casilhas) y donde no se encuentran más que antiguos tinglados. Aquí tropezamos con un par de restaurantes al borde del río – mar desde el que gusto (del pescado) y vista (del perfil lisboeta) se confundían. Atención, os recomendamos que si tenéis capital para invertir, penséis en esta zona de tinglados abandonados, que algún urbanista fashion intentará renovar para convertirla en una nueva centralidad.

De la zona de la Expo ’98 no hablaremos, porque no es todavía ciudad, es claramente artificial sin dinámica urbana. El tiempo dirá.

Las calles y las plazas: No hay grandes espacios públicos, más bien uno se encuentra con muchas placitas y rincones (las estufas, frías y calientes, y el Jardín Botánico son un oasis en medio del ajetreo latino). De entre todas las plazas, destacan el Rossío y la Praça da Figueira, por su sencillez y amplitud. No os descuidéis de darle recuerdos a aquel hombre sentado entre el Rossío y la rúa del Ouro, al lado del café Nicola. Aquellos que habéis estado allí sabéis de qué hablamos (no se olvida fácilmente).

MT y JA

La Baixa es el barrio entre el Rossío (con la plaza principal y más céntrica de Lisboa) y el puerto.
Adegas: tabernas
Fado: música típica portuguesa nacida en la Alfama en la que se explica la saudade (soledad, tristeza).

Lisboa abandonada: muy buen sitio con un poco de todo sobre Lisboa (incluye un fórum de urbanismo).

Un boletín de urbanismo de Lisboa, muy completo (incluye un reportaje a Alvaro Siza).

Fernando Pessoa (1888-1935, ¿por qué los grandes poetas tienen tan corta vida?)
es a la vez un vocero del alma de Lisboa, y un genio universal.
Con demasiado talento para una sola persona, lo repartió entre sus “heterónimos”,
personajes de los que se sentía más un médium que un creador.
Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Alvaro de Campos, cumplen con su idea de
“ser plural como el universo”, y han escrito poemas inmortales.
Una brevísima selección, en una página en Internet.

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Las calles más caras del mundo https://cafedelasciudades.com.ar/articulos/las-calles-mas-caras-del-mundo/ Sat, 14 Dec 2002 19:27:00 +0000 https://stag.cafedelasciudades.com.ar/?post_type=cdlc_article&p=2225 Nuestro humilde café no podrá instalarse, por el momento, en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 57 de Nueva York. Según Main Streets Across the World, un informe de la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield Haley & Baker, con sede en Londres, estas dos calles son las más caras del mundo para alquilar un local...

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Nuestro humilde café no podrá instalarse, por el momento, en la esquina de la Quinta Avenida y la calle 57 de Nueva York. Según Main Streets Across the World, un informe de la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield Haley & Baker, con sede en Londres, estas dos calles son las más caras del mundo para alquilar un local comercial, con un costo de 7.535 dólares anuales por metro cuadrado. De acuerdo al informe, realizado a partir de datos tomados entre los meses de Junio de 2001 y 2002 en 221 localizaciones de 44 países del mundo, le siguen a cierta distancia la Avenida de los Champs Elysees, en París (U$ 6.209/m2), Causeway Bay en Sidney (U$ 5.382/m2) y Oxford Street en Londres (U$ 4676/m2).
Sorpresivamente, Moscú y Atenas, con las calles Manezhnaya Square y Ermou respectivamente, son más caras que dos bastiones del mundo de la moda: Ginza, en Tokio, y la Vía Montenapoleone en Milán. David Hutchings, director de la investigación, lo atribuye a que la diferencia relativa de rentas entre localizaciones refleja, por supuesto, su poder de compra y su grado de desarrollo, pero también en un alto grado la existencia de espacio comercial de características modernas y las percepciones del mercado sobre el futuro crecimiento de cada centro. Moscú, por ejemplo, es un mercado donde aún escasean los negocios de primera línea, pero se prevé un amplio margen de crecimiento en una futura expansión, y esto explica su fuerte posición en el ranking global. Algo similar ocurre con Atenas: ambas ciudades han figurado entre las 10 primeras durante los pasados 10 años, aunque con alguna inestabilidad. Atenas está bajando en el ranking a medida que se desarrollan nuevas ofertas de espacios comerciales, mientras que Moscú salió enteramente en el período 1999/2000, debido a los problemas económicos que enfrentaba Rusia y a la consecuente y aguda baja en los alquileres.
En Tokio, mientras tanto, y aunque claramente es uno de los sitios de mayor atracción en el mundo, se ha producido un crecimiento limitado de los alquileres debido a la deflación y al estancamiento de la economía japonesa. La demanda internacional en Milán, por su parte, es muy fuerte, y la oferta de espacios comerciales es limitada – lo que explica el fuerte alza reciente -, pero el precio de los alquileres solo explica una parte de la historia: los comerciantes pueden tener que pagar fuertes incentivos para conseguir que los inquilinos actuales se vayan de sus negocios, y así conseguir espacio. Y con una limitada oferta de espacio comercial de primera línea en la ciudad, hay demasiado poca liquidez para que los alquileres se hayan incrementado en mayor medida. Esto está cambiando lentamente, según Hutchings.

El Iguatemi Shopping de San Pablo, en Brasil, es el espacio más caro de Latinoamérica, con 1800 dólares anuales por metro cuadrado, apenas 37 menos que la calle más cara de Milán, y más caro que la Vía Condotti en Roma. En cambio la calle Florida de Buenos Aires fue la que más descendió en el transcurso del año, pasando del puesto 29 al 41, con 480 dólares anuales por metro cuadrado (como consecuencia de la crisis económica y la devaluación en la Argentina). De esta forma, México DF quedó en el ranking de “Main streets…” como la segunda ciudad más cara de Latinoamérica para alquileres comerciales, con 780 dólares anuales por metro cuadrado en la calle Mazaryk. Sin embargo, el centro de Santiago de Chile (quizás la economía de más sólido desempeño en la región), que no fue incluido en la investigación debido a que la consultora solo se especializa en esa ciudad en el mercado de oficinas, alcanza un nivel de renta superior al de México, con 840 dólares por metro cuadrado por año. Y en la misma ciudad, los costos de alquiler en el barrio de Providencia igualan a los de la argentina calle Florida, con 480 dólares.
La omisión de Chile ejemplifica el mayor problema de este ranking, al menos en el formato en que fue presentado, y es que solo se cuenta la calle más cara de cada país, lo cual deja fuera de la comparación a ciudades importantes que no llegan (a veces por ínfimos porcentajes) a ser las más caras en el orden nacional. De todas maneras, la inclusión de las 3 megaciudades latinoamericanas en este ranking muestra la existencia de un segmento de la población regional, concentrado en estas ciudades, que está en condiciones de consumir en forma similar a la de los países más desarrollados del mundo, a pesar de la pobreza y estancamiento de grandes capas de la población de sus países.

La localización comercial cuya renta se incrementó en mayor medida durante el período de la investigación fue el centro de Kuwait City, debido a la apertura del primer centro comercial de tipo occidental (los precios se elevaron un 180%, aunque este aumento no afectó a las zonas más tradicionales). El shopping Oscar Freire Jardins en San Pablo, con un 48 % de incremento, fue el espacio comercial que más se encareció en toda América durante el período considerado.
Los incrementos promedio en los países europeos fueron del 3%, a pesar de la incipiente recesión regional. Hutchings atribuye el aumento a la escasez de espacios comerciales con dimensiones adecuadas. Los mayores incrementos de costo de alquiler en Europa se produjeron en la Avenida de Boavista de Oporto, con un 33,7 %, y en Barcelona, cuyas calles Portal del Angel, Paseo de Gracia y Diagonal figuran entre las 10 que más han aumentado en el continente. Pese a ello, Madrid sigue teniendo la calle comercial más cara de España: Preciados, con 1.458 dólares por metro cuadrado.

¿Que es lo que caracteriza a una calle comercial de niveles mundiales de renta? Por ejemplo, los tamaños de la zona de captación o cuenca de mercado. Aun cuando los niveles de ingreso promedio en Moscú o Atenas son bajos comparados con los mercados más desarrollados, la población de estas ciudades es muy grande (en particular Moscú) y los niveles de ingreso están creciendo con más rapidez que en muchos otros países. Son por lo tanto un objetivo tentador para los comerciantes que buscan establecerse en el orden global. Hutchings aclara que las localizaciones globales elegidas en la investigación reflejan aquellas más demandadas por comerciantes internacionales. La presencia de establecimientos internacionales es, en efecto, una característica que define las más importantes localizaciones urbanas de comercio. Además, las calles “top” son vistas como una ubicación clave para locales “flagship” (insignia) de las grandes marcas mundiales. Son áreas donde la marca “debe estar”, no solo por el potencial de venta que ofrecen, sino por los beneficios de marketing e imagen que les da el localizarse en estas áreas y calles principales. Estas áreas tienen con frecuencia locales disponibles más grandes y de mejor calidad que en otras zonas de la ciudad – pero no en todos los casos – y deben presentar un mix de comercio, ocio y cultura, atractivo y fácilmente accesible. El ejemplo más claro, es que a pesar de la recesión y de los atentados del 11 de septiembre, la zona de las Avenidas Quinta y Madison y la calle 57 este (donde las amigas de Sex and the City gastan fortunas en zapatos y carteras de marca) ha consolidado su primacía mundial en atracción comercial, aunque con la contrapartida de una menor demanda de espacio comercial en otras zonas de la ciudad.
Grandes marcas y lujo son las constantes de los negocios que se instalan en estas calles. En la esquina de la Quinta y 57, por ejemplo, un nuevo local de Louis Vuitton abrirá el próximo año, mientras que los otros 3 ángulos están ocupados por Tiffany (¿recuerdan el celebre desayuno?), Bvlgari y Van Cleef & Arpels. Sobre la Quinta Avenida se han incorporado Boucheron y De Beers, y están expandiéndose las ya instaladas Asprey & Garrard, Ermenegildo Zegna y Façonnable. Y en la 57 se han instalado Christian Dior y Jil Sander, mientras que Graff, Breguet, Jean-Paul Gaultier, Di Modolo y Gucci han arribado a Madison Avenue. La cercanía de equipamientos como el Museo de Arte Moderno, y otros enclaves de recreación y cultura, ejemplifican las características mixtas que se esperan de estas localizaciones.

Como puede apreciarse, las marcas tops en estas calles son con frecuencia internacionales, en su mayoría vendedores de bienes de moda y/o de lujo. Son, típicamente, localizaciones esenciales para estos establecimientos, pero algunos tienen una mayor capacidad de elegir su ubicación que otros. Algunas marcas “top” pueden crear su propia “calle principal”, en virtud de su atracción para los consumidores, y así eligen la correcta localización paras ellos en términos de tamaño, configuración y precio de alquiler del local, más que buscar automáticamente una ubicación en el área más importante. Por supuesto, este privilegio solo pertenece a un pequeño número de comercios, que aun así buscarán tener una presencia en las ubicaciones clave. En cierta forma puede ser el caso del local de Prada en el SoHo neoyorquino, diseñado por Rem Koolhas. Prada tiende a agruparse con otros comercios de lujo, pero por su halo de negocio “chic”, puede también convertirse en pionero en áreas emergentes.

Tanto los factores locales de la ciudad, como los nacionales, influyen en la conformación del precio, aunque según Hutchings lo hacen en diferentes períodos. Generalmente, los factores nacionales marcan los parámetros para el crecimiento, al determinar la potencialidad del mercado. Los factores locales determinarán si ese potencial es o no alcanzado o excedido (eso es típicamente un atributo de la oferta local de espacio comercial). Por ejemplo, el macroentorno italiano es neutral para el crecimiento desde una perspectiva económica, pero es positivo en cuanto a que el mercado está menos desarrollado y tiene menos penetración de comerciantes extranjeros. A nivel local, con limitada oferta de espacios comerciales y un atractivo entorno urbano en las principales ciudades, esto se ha traducido en un fuerte crecimiento. En Japón, mientras tanto, las debilidades de la economía nacional tienden a invalidar los factores de oferta local, resultando en crecimiento mínimo o en declinación en algunas áreas. Con el paso del tiempo, si los factores nacionales ayudan, los factores locales (la oferta) los igualarán, pero esto obviamente puede demorar.

MC

En pocos días quedará abierto el sitio WEB diseñado por Rem Koolhas – OMA para Prada

Ir al sitio WEB de Cushman & Wakefield

Shopping: 100 años de arte y comercio,
es una muestra de 200 obras de 70 artistas que exploran
la relación entre estas dos actividades humanas.
Se realizó hasta hace unos días en Frankfurt,
y del 20 al 23 de Marzo estará en la Tate Gallery de Liverpool.
Una excelente nota sobre el tema, en La Repubblica.

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Arquitectura para un paisaje en movimiento https://cafedelasciudades.com.ar/articulos/arquitectura-para-un-paisaje-en-movimiento/ Mon, 02 Dec 2002 13:02:00 +0000 https://stag.cafedelasciudades.com.ar/?post_type=cdlc_article&p=2130 Maria Berns es escritora y cineasta. Algunas de sus películas, como Historia Mínima de una Seduccion (filmada en México DF), La Novia/The Bride (Baja California, ganadora del Premio Kodak de 1998), Diary of the Private Life (Tijuana), Winter in Jamaica and Black Ice (Rochester, Nueva York), han sido exhibidas en festivales internacionales de América y...

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Maria Berns es escritora y cineasta. Algunas de sus películas, como Historia Mínima de una Seduccion (filmada en México DF), La Novia/The Bride (Baja California, ganadora del Premio Kodak de 1998), Diary of the Private Life (Tijuana), Winter in Jamaica and Black Ice (Rochester, Nueva York), han sido exhibidas en festivales internacionales de América y Europa. Cineasta Visitante en la School of Film and Animation del Rochester Institute of Technology del 2000 al 2002, vive ahora en El Paso. Allí trabaja en el largometraje Imperfect Past y en el proyecto de Adult Sites, una instalación que incluye video, audio y website También escribe una colección de historias cortas.

Detrás del centro de convenciones, de la estación del Greyhound, de la estación de trenes, en el Barrio de San Francisco en El Mirador conviven, sin molestarse, suaves corridos mejicanos y banderas de franjas fotocopiadas en las ventanas. Las miradas recelosas de los vecinos invitan al juego de la escondida. Las escaleras levantan vuelo y se resisten a bajar. La soledad se instaló en el espacio entre las veredas, también llamado calle, en los patios vacíos, baldíos. Vean a la vieja que espanta a los gatos de su umbral: “fuera gatos nos los quiero ver más en mi puerta”, aplaudan la terquedad de los gatos que regresan en complicidad con el subtexto de la mujer.
Y el cielo azul, las calles plateadas (aunque Silver City queda algunas millas al oeste en Nuevo México, mas cerca de la dorada California), y Miraflores rodeándolo todo, la cálida presencia de un abrazo distante.
“Mr. Hachi Yamamoto es el encargado de la renovación de dos ciudades en Alemania, una en Iowa y otra en Costa Rica”, aseguró Mr. Johnson, nuevo asesor en desarrollo urbano del Alcalde, un entusiasta y joven arquitecto que deseaba llevar las discusiones de la vanguardia sobre arte y arquitectura al aburrido plantel de arquitectos del Ayuntamiento. “Dicen que ahora Brunske realmente sonríe”, y Johnson sonrío también, con una mueca estúpida que el resto no compartió ni celebró. “Necesitamos traerlo a la ciudad, y no solo para resolver el caso de San Francisco, sino de todo El Mirador.”

Mr. Yamamoto estaba tomando un baño de polen en las afueras de Kobe, en la casa de aquella amante que desde hacia años visitaba en el mes de Septiembre, del 6 al 15. Sonó su celular. Aunque Mr Yamamoto habla un perfecto inglés, le fue difícil comprender a Johnson explicando donde quedaba su ciudad. Yo no hablo español, aunque recordaba algunas palabras aprendidas durante su estadía en Costa Rica, el strip club de la calle Coronado, aquella morena y su profunda voz: “Agárrame, si no quieres que me muera aquí mismo.” Hola, ¿Mr. Yamamoto?, ¿está usted aun en línea? Sus labios, “me muera”. ¿Mr. Yamamoto? Si, iré.
Al llegar a California, Mr. Yamamoto evitó las luces metálicas de LA y tomo el siguiente avión a Phoenix. El paisaje ondulante le recordó que el país latino estaba cerca.
El avión de Yamamoto llegó puntual. En su camino al hotel, Johnson le hizo una rápida descripción de El Mirador.
“¿A que hora podemos reunirnos con el resto del equipo?”
“Necesito estar solo. Tres días. Lo llamaré cuando este listo.”
No del todo convencido, y con su ansiedad catapultada, Johnson dejo el hotel mientras trataba de pensar una historia que explicara a los arquitectos la negativa de Yamamamoto para asistir al Ayuntamiento, y la rareza de su metodología.
Yamamoto caminó por todo El Mirador durante tres días y tres noches, sin pegar un ojo. El y su mochila. Hablo con la gente del centro, con las mujeres que cruzan la línea para trabajar de este lado, con Pamela, una joven cineasta que está filmando un documental sobre las maquiladoras y la contaminación en la frontera. Los hombres apostados desde temprano en las banquetas de la calle junto a la línea lo vieron pasar, mezclarse entre la gente que pasa de uno hacia el otro lado.
Incluso le dijeron que fuera testigo de una boda cuando se hizo muy tarde para esperar a los primos del novio.
Y Yamamoto siguió los pies de las mujeres empeñadas en una carrera contra las sombras de los autos, se sentó junto al hombre con la barba larga y grisácea, como un Santa Claus de todo el año que trae regalos y tesoros ocultos para todos en sus carros ahora alineados sobre la vereda oeste de la plaza.
Hojeo las anotaciones que en secreto hacía el guardia de la plaza central, “Querida, te amo”; mientras observa al movimiento minúsculo de gestos: ” ¿En que puedo ayudarla? ¿La Montana? Doble a la derecha en el semáforo, para servirle, señito. ” Mi amor, te vi por mi ventana, extendías tus manos ofreciéndome tus pechos desnudos”.
“¡Apúrale, apúrale! Mamá, me encanta ese vestido, es la única vez en toda mi vida que cumpliré quince años. ¡Mamá! ¡Mamá! Si yo fuera una princesa tocaría el cielo con mi varita mágica y haría llover lavanda por toda Chihuahua y todos sabrían que ya soy una mujer”.
“¡Gira, gira muchachita, que el sol se tardara un ratito antes de desvanecerse tras el horizonte!”
Yamamoto miró hacia donde se esconde el sol, y leyó sobre uno de los cerros de Miraflores:
La Biblia es verdad, ¿qué podría haber en la Biblia tan importante que el necesitara saber? Siempre hay una en el hotel, la podría consultar si tan solo pudiera regresar, lo cual era imposible dentro de la rígida metodología seguida por el japonés.
Al final del tercer día, Yamamoto estaba exhausto; hasta un extraño dolor en su estomago lo arrastró de regreso al lobby del hotel por algunas horas.
En la mañana siguiente, Yamamoto, vencido por tres días de vigilia, se quedó dormido sobre el pavimento de una playa de estacionamiento. La bocina del conductor que acostumbraba estacionar allí lo despertó. Yamamoto tomó su mochila y siguió caminando.
Quizás no del todo despierto, abrumado por la mañana silenciosa, escuchó un ruido, un susurro, pero no había nadie a la vista.
Fue entonces que vio como el edificio de la Wells Fargo se acercaba al edificio de dos pisos en el lado opuesto de la calle, que en su primer nivel albergaba al Kansas Dance Club. Las ventanas en el quinto piso se abrían aplaudiendo algún show tardío en el club.
Main Street se retorcía, como una naranja exprimida por una mano experta.
Como si un niño travieso estuviera atrapado bajo el asfalto y pateara para librarse del encierro, la calle San Antonio se retorcía y se elevaba hasta los postes de luz.
Un cuento de hadas se escenificaba adentro de los parquímetros, en medio de la nube de números, vidrios opacos y acero. “¿Ya no corren los duendes en mi jardín?”
Los edificios gritaban demandando atención, “Hey, mírame, aun si me odias luego y no quieres caminar nunca mas a mi lado”.
Un farol salía de una alcantarilla, como un inocente dinosaurio que se ha quedado dormido y al despertar encuentra un paisaje desconocido donde todos los que conocía ya se fueron.
Yamamoto se sentó en el borde de la vereda por un rato, y miro el globo rojo clavado en el farol de la calle. Y recordó su pueblo, una aldea cercana a Osaka.
En su camino al Ayuntamiento, cruzó el puente que une al distrito San Francisco con el centro de la ciudad. Sintió en el primer paso, el centro donde todo el puente era presente, su pasado y su futuro, los besos olvidados, las lagrimas llenas de polvo de Guillermo, uno de los trabajadores que construyeron el puente, quien se enamoró de Mercedes, madre de siete hijos, tres de los cuales la ayudaban a vender tacos a los trabajadores.
Como un animal espantado, el tren se deslizó a lo largo de las vías hacia Yamamoto, quien abrió su camisa y recibió al tren en su abdomen. Por un rato, el arquitecto dejó al tren viajar en su cuerpo reposado.

Ya era la hora para encontrarse con el Alcalde y los arquitectos. Entusiasmado, en exceso quizás, Yamamoto tomo un pequeño respiro y habló desde la cabecera de la mesa de seminarios:
“No solo la gente se mueve, también lo hacen los edificios, yo los he visto caminar, nadar, correr, encontrarse y hacer el amor con otros edificios, en estacionamientos, sobre las calles. Los parques del lado este y del oeste bailan danzas exóticas bajo las nubes, en las montañas. Los faroles salen de los portales, otros se ocultan, las escaleras vuelan y los trenes pueden jugar en los cuerpos de las personas. ¿Se dan cuenta de lo que estoy diciendo? ¡La ciudad es un campo de juegos, una feria, un club de desnudistas, una biblioteca abierta, un laboratorio fantástico de nuestros sueños, los más enloquecidos!”.
Alguien del equipo técnico susurró: el rollo organicista. El japonés salió al cruce:
“Eso es una mirada miope sobre lo que estoy diciendo. ¡Vengan conmigo y verán por sí mismos!”.
Todos salieron del Ayuntamiento. Eran las cuatro en punto. Un sol enceguecedor. Un balcón, una invitación para nadar entre los arboles alineados al azar a lo largo de la calle.
Los funcionarios y los arquitectos vieron cuando el edificio de tres pisos trato de nadar una primera vez, pero falló. Era su segundo intento en una vida de cuarenta años. Algunas de sus paredes habían mirado la televisión con Verónica, aquella niña de 5 años que se mudó con su madre y su padrastro en marzo del ’75, una película de nadadores en los mares de California, una vez que sus padres riñeron. Al día siguiente, Verónica se fue con su madre, pero la habitación todavía recuerda.
Splashhhhh, un, dos, tres, cuatro, splashhh, dos, tres.
El Alcalde grito: ¡Bravo, bravo!, los arquitectos, en silencio.
Del otro lado de la calle, sobre el techo de un edificio amarillo de dos pisos, una mujer colgaba una sabana blanca en la soga. Mientras el viento jugaba con la ropa tendida, el edificio se retorcía como un pequeño tornado, e Isabel alzaba sus brazos, riendo mientras el edificio le hacia cosquillas en las piernas.
Los arquitectos regresaron al Ayuntamiento sin pronunciar palabra. El Alcalde reía en silencio.

Uno de los arquitectos, quizás inseguro sobre el futuro de su empleo, hizo su propia investigación, se presentó en la oficina del Alcalde al día siguiente.
“El Japonés estuvo bajo tratamiento psicológico mientras rediseñaba aquella ciudad en Iowa.”
El Alcalde no le dio la suficiente atención, y el arquitecto llamó por teléfono a uno de los reporteros del periódico local. Yamamoto no tenía mas que unas horas de vida en el proyecto de renovación de la ciudad. Tampoco Johnson.
Yamamoto volvió al hotel y se acordó de lo que decía el cerro del otro lado. Encontró la Biblia en el cajoncito de la mesita de luz.
Leyó las palabras mientras las imágenes circulaban enloquecidas por la habitación. Y se sorprendió al ver que no había dicho nada nuevo.

© María Berns

Si bien María Berns ubica su cuento en una supuesta ciudad de El Mirador, una lectura atenta de las calles y personajes permite descubrir a El Paso, su ciudad de residencia. Y Miraflores, la ciudad del otro lado de la frontera, recuerda sospechosamente a Ciudad Juárez, con sus maquilas y montañas del lado mejicano. El área, ubicada en el límite de los estados de Texas, Nuevo México y Chihuahua, era conocida por los españoles, ya a finales del siglo XVI, como “el paso del Norte”, un estratégico punto del “Camino Real” (el más antiguo camino de los Estados Unidos) entre el desierto de Chihuahua y las últimas estribaciones de las Rocallosas. La altitud es de 1.100 metros sobre el nivel del mar, y el promedio anual de lluvias es de 200 milímetros. Cinco puentes sobre el Río Grande comunican ambos lados de la frontera (que recién pudo establecerse definitivamente en 1963, debido a cambios en el cauce del río). La población de El Paso es de 600.000 habitantes, y la de Ciudad Juárez pasa el millón y medio. El Paso alberga a Fort Bliss, el más grande centro militar aeronáutico en el mundo. En Ciudad Juárez se han registrado varios centenares de casos de mujeres solas asesinadas, sin que se haya resuelto ninguno.

Un artículo en el diario mejicano La Jornada ilustra las tensiones propias de la frontera.

Borderdaily, una revista dedicada a la vida social en la frontera.

Un sistema de cámaras colocada por la Universidad de Texas y
las agencias de conservación federal y estatal,
brinda imágenes de El Paso actualizadas cada 10 o 15 minutos.
¿Será este el origen de la confusión de Yamamoto?

Una nota que explica la terrible huella del Klu Klux Klan en El Paso.

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