La función habitacional de los centros urbanos de El Salvador

El fallecimiento del Papa Francisco ha generado a la vez un extendido dolor –que alcanza tanto a la comunidad católica como a personas y colectivos de las más diversas creencias y posiciones, tanto religiosas como políticas y culturales– y un reconocimiento general sobre su importante legado. De modo especial destacamos en el campo del ambiente humano su trascendental Encíclica Laudato si.
Francisco utiliza la metáfora del planeta como “nuestra casa común” y vincula la cuestión ambiental con el tipo de desarrollo económico (incluyendo el urbano) que adopta una sociedad. Para el sumo pontífice católico, la tecnología,
“(…) que, ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros. Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura.”
La encíclica aborda temas críticos del ambiente, como la escasez del agua y la pérdida de biodiversidad, y los pone en un mismo nivel con el deterioro de la calidad de la vida humana y la degradación social.
“Hoy advertimos, por ejemplo, el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir, debido no solamente a la contaminación originada por las emisiones tóxicas, sino también al caos urbano, a los problemas del transporte y a la contaminación visual y acústica. Muchas ciudades son grandes estructuras ineficientes que gastan energía y agua en exceso. Hay barrios que, aunque hayan sido construidos recientemente, están congestionados y desordenados, sin espacios verdes suficientes. No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza.”
En algunos lugares, rurales y urbanos, la privatización de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas de particular belleza se vuelva difícil. En otros, se crean urbanizaciones “ecológicas” sólo al servicio de unos pocos, donde se procura evitar que otros entren a molestar una tranquilidad artificial. Suele encontrarse una ciudad bella y llena de espacios verdes bien cuidados en algunas áreas «seguras», pero no tanto en zonas menos visibles, donde viven los descartables de la sociedad.
Laudato si resulta un documento valioso para repensar el desarrollo económico y urbano contemporáneo, vinculando la preocupación contemporánea por la cuestión ambiental con los fundamentos morales y religiosos del cristianismo.
MC (el que atiende)
Foto de portada: Mural del Papa Francisco en la terminal de la línea 37 de transporte urbano colectivo, en Lanús, Buenos Aires. Fuente: Recorriendo Lanús.