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Reseña de Lugares de mal vivir. Una historia cultural de los prostíbulos de Buenos Aires, 1875-1936. Caride Bartrons, Horacio. Buenos Aires, Argentina: Editorial IAA-FADU-UBA, 2017, 273 páginas.

 

Este libro es una adaptación de la tesis doctoral que fue publicada oficialmente el 22 de septiembre de 2017 en el marco de un proyecto editorial organizado por el Instituto de Arte Americano e Investigaciones estéticas “Mario J. Buschiazzo”. De ese modo, cumplió muy satisfactoriamente en inaugurar la serie Tesis del IAA.

Lugares de mal vivir ofrece nuevos horizontes para las interpretaciones históricas del fenómeno prostibulario, en la medida en que propone un enfoque original y ofrece un aporte significativo para el área de los estudios culturales y urbanos. Desde una aproximación general y constitutiva, su rasgo de originalidad más evidente radica en la definición del objeto de estudio, que no es la prostitución, sino el “espacio prostibulario porteño”. Este es un factor determinante. Para definirlo, el autor organiza un conjunto de saberes y prácticas teóricas y metodológicas disciplinares que convocan de manera directa los estudios sobre espacios y territorios en relación histórica. La adscripción a los enfoques de la historia social y de los estudios culturales permite ubicar al prostíbulo no solo como condensador de problemas urbanos, sino también como punto de partida para la urdimbre de otras tramas de relaciones y de variables que contribuyen a la producción de la narración.

En el primer capítulo examina la consolidación y la circulación de un “paradigma médico moral”, un conjunto de imaginarios amparados en ciertos personajes y discursos de cuño higienista que alcanzaron roles protagónicos en la gestión y modelización de la idea de ciudad y, específicamente, de las condiciones generales de existencia de los prostíbulos.

Hecha esta aclaración, resulta oportuno remarcar la distinción histórico-conceptual que se plantea entre “legalidad” y “tolerancia”. Al advertirse las íntimas relaciones entre enfermedad y prostíbulo durante aquellos años, se produjo cierto consenso cultural mediante el cual se permitía la existencia de esos lugares a condición de que fueran controlados institucionalmente. Al incorporar la tolerancia como instrumento de mediación, la narración transita regiones sociales, políticas, médicas, morales, económicas e inmobiliarias. Este tratamiento se detalla en el segundo capítulo, titulado “La invención de la tolerancia” que, según sostiene Caride, surgió como una suerte de pacto cultural o un “mal menor”.

Ubicación aproximada de los principales enclaves prostibularios de la ciudad hacia 1910, con la zona de exclusión de 1907 y de 1913, y proyecto del “barrio prostíbulo” de 1917. Fuente: Elaboración de Diego Cortese sobre el Plano de Buenos Aires de Basch (1895).

 

A partir de aquella distinción, se organiza y se fundamenta la periodización del trabajo, que se inicia con la sanción del primer Reglamento de Prostíbulos, de 1875, y culmina con la sanción de la Ley Nacional de Profilaxis, de 1936. De este modo, el relato se articula en un cruce de planos histórico, teórico y, especialmente, metodológico. Esta última dimensión opera de manera reveladora al momento de las pesquisas documentales, ya que agrega materiales estadísticos, censales, registros médicos, policiales, municipales y literarios como variables para la construcción ambiental, espacial y territorial de los prostíbulos que ya no existen materialmente y que vuelven aquí bajo las formas que la historia puede ofrecer.

En el tercer capítulo, “Control moral, control espacial”, se conceptualizan las dimensiones culturales que permiten dar espesor y complejidad a las configuraciones espaciales de los prostíbulos. En “La ciudad de los prostíbulos” se ubica el problema en el marco de una escala urbana que permite registrar desplazamientos territoriales, relaciones entre centro y “bajo fondo”, concentraciones, exclusiones, todas ellas resultantes de estrategias de base económica, higienista, moral y política.

Por último, el relato retorna hacia el núcleo mismo del prostíbulo e insiste en restituir sus propias intimidades y miserias. Tomando como base los planos del archivo de Obras Sanitarias de la Nación, se reconstruyen y analizan, por ejemplo, las transformaciones de la propiedad del Paseo de Julio 818. De esta forma, se examinan las variaciones de un mismo prostíbulo en un arco temporal de dos décadas y se revelan las siguientes cuestiones: la manera ambigua en que se clasificaban los locales como estrategia de especulación ante un reglamento municipal; la evidencia de prosperidad económica del rubro —observada en las sucesivas expansiones y reconfiguraciones funcionales— y los relativos procesos de valoración-depreciación económica de la tierra, en juego especular con las prerrogativas de “radios de exclusión” indicadas en el mismo reglamento. Este último capítulo se apoya en la metáfora de la noche como expresión de la abyección y la oscuridad que generaba la mercantilización de los cuerpos por parte de poderosas mafias. También, “Un largo camino hacia la noche” alude a aquel “descenso a la oscuridad” de la actividad prostibularia regulada, que con la sanción de la Ley Nacional de Profilaxis de 1936 acabó siendo abolida y, por lo tanto, pasó a ocupar la clandestinidad.

Plano de la casa de la calle Dr. Luis Beláustegui 975, donde según Julio Alsogaray funcionó un prostíbulo de Simón Rubinstein durante la década de 1920. Fuente: Elaboración de Matías Ruiz Díaz sobre planos del Archivo de Obras Sanitarias de la Nación. Legajo calle Luis Beláustegui 975.

 

Lugares de mal vivir aproxima al lector una ciudad gobernada por determinadas ideas de moralidad y de salud, expresadas particularmente bajo la forma de un paradigma médico moral. Allí se fundaron esas bases de tolerancia –mediadas por una suerte de pacto social más o menos consensuado– para la prostitución asumida como “mal menor” y para los lugares donde ejercerla. En ese juego dinámico, el bajo fondo se subleva y nos permite sustraernos de aquella imagen asociada a los márgenes físicos de la ciudad: aquellos prostíbulos dieron a Buenos Aires otro bajo fondo, localizado en su propio corazón.

DDC

 

El autor es Arquitecto, docente e investigador en la FADU UBA. Es autor de La ciudad circular. Espacios y territorios de la muerte en Buenos Aires 1868-1903.

 

Lugares de mal vivir. Una historia cultural de los prostíbulos de Buenos Aires, 1875-1936. Caride Bartrons, Horacio. Buenos Aires, Argentina: Editorial IAA-FADU-UBA, 2017, 273 páginas.

 

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