El
Plan Local de Urbanismo de Paris
Calidad
de vida, participación popular, y un debate sobre los
rascacielos.
Por
Josep Alías
El Ayuntamiento
de París, dirigido por el socialista Bertand Delanoë,
ha impulsado el Plan Local de Urbanismo de Paris (PLUP) cuya
aplicación conllevará la actualización
del Plan de Ocupación del Suelo de 1977. Desde que
a finales del 2000 entró en vigor la ley relativa a
la Solidaridad y la Renovación Urbana (SRU), impulsada
por el Ministère de l'Equipement, des Transports, du
Logement, du Tourisme et de la Mer, muchos municipios franceses
están revisando sus proyectos de ciudad.
La SRU
constituye un interesante instrumento de governanza
de las ciudades: prevé que las ciudades desarrollen
un Plan Local de Urbanismo, un Plan Local de Vivienda y un
Plan de Desplazamientos. Además, dicha ley incluye
una disposición que obliga a diseñar procesos
de participación ciudadana y concertación
social durante toda la fase de elaboración del PLU.
La elaboración
del PLUP, que se inició en septiembre de 2002, consta
de tres partes: en primer lugar, de la elaboración
de un diagnóstico de la ciudad a todos los niveles
(vitalidad económica, calidad mediombiental, etc.).
En segundo lugar, el Proyecto de Acondicionamiento y Desarrollo
Sostenible (PADD) que debe establecer la estrategia urbanística
de la ciudad durante los próximos años y las
reservas de suelo municipal.
En tercer
lugar, se introducirá la reglamentación como
herramienta de implementación del plan.

Objetivos
Con este
nuevo plan, el ayuntamiento de París pretende, en primer
lugar, incorporar las características del desarrollo
sostenible urbano como un mecanismo de mejora de calidad de
vida de los habitantes de la ciudad.
En segundo
lugar, reducir las desigualdades sociales promoviendo
la mixtura social. Ello supone facilitar el acceso a la vivienda,
asegurar la existencia de equipamientos públicos de
proximidad, y adaptar los tiempos de la ciudad a los de la
vida de sus ciudadanos, lo que conlleva la reorganización
de la movilidad y de las zonas comerciales, entre otros elementos.
Y, como
tercer objetivo, el PLU pretende desarrollar la cooperación
intermunicipal y asegurar sus funciones como corazón
de la aglomeración metropolitana. Esto es, mejorar
las vías de comunicación con los municipios
limítrofes y la dinamización de las puertas
de París como ejes económicos. A destacar dentro
de este objetivo está la voluntad del Plan de incorporar
el "Plan universitario para el tercer milenio" que
supone la creación de nuevos polos universitarios en
estas áreas limítrofes.
Fases
de desarrollo
El
PLUP se marca dos grandes fases, la primera de las cuales
es la de elaboración del plan. Esta fase se
inició en septiembre de 2002 mediante el trabajo con
los diferentes niveles institucionales de la ciudad: los consejos
de distrito, la región de Île de France y el
gobierno del Estado. Entre febrero y marzo de 2003 se desarrolló
la fase de información pública a los ciudadanos,
lo cual generó un interesante debate social, del que
posteriormente hablaremos.
Desde
diciembre de 2003 hasta noviembre de 2004 los técnicos
y responsables políticos del municipio y de los distritos
deberán elaborar el informe previo a la exposición
pública. Finalmente, la segunda fase, la de aprobación
del plan, se prevé que tenga lugar en marzo del
2005 cuando el Consejo de París apruebe el plan con
la consiguiente puesta en marcha del reglamento urbanístico.
Esta reglamentación
afectará a toda la ciudad en su conjunto, con dos excepciones:
el Marais
y una parte del distrito VII, que están bajo la figura
de los "Planes de
salvaguarda
y valorización", previa a la Ley de Solidaridad y Renovación
Urbana. Dicha figura corresponde a planes de revitalización
de sectores urbanos que son competencia del Estado. Estos
planes tienen un carácter histórico, estético
o de naturaleza que justifica la conservación, la restauración
y la valorización de todos o una parte de sus edificios.
Por eso (y también como consecuencia de la falta de
coordinación institucional y política), estas
dos zonas quedan fuera del PLU, aunque no del Plan de Acondicionamiento
y Desarrollo Sostenible (PADD).

El
tema de debate: la nueva altura de los edificios
En paralelo
al PLUP se ha estado elaborando el Plan Local de la Vivienda
(PLH), el cual ha suscitado los mayores debates. La creciente
demanda y precio de la vivienda en París, pero también
en todas la grandes ciudades de Francia, está obligando
a los gobiernos locales a buscar nuevas fórmulas (ver
Le
Monde
del 27/01/04). A modo de ejemplo, el precio de la vivienda
en Lyon ha crecido el 60% en los últimos cinco años,
y en París, tan sólo en el primer semestre del
2003, creció un 17,5% (ver La
Vanguardia
del 16/11/03).
Se buscan
nuevas alternativas a la construcción de vivienda social,
que supone una fuerte carga económica y de problemas
sociales de marginación para los consistorios municipales.
La SRU obliga a los municipios mayores de 3.500 habitantes
a mantener un stock del 20% de vivienda pública en
alquiler para contrarrestar la tendencia de las promotoras
a construir vivienda destinada al mercado de compra. Además,
y como apunta el demógrafo y ex presidente de la Comunidad
de Madrid, Joaquín Leguina, no está claro que
el poner vivienda pública en el mercado tenga algún
impacto sobre la moderación de los precios.
A partir
del mes de junio, posteriormente a la realización de
unas jornadas sobre urbanismo enmarcadas en el PLUP, se inició
el debate sobre la construcción en altura para aumentar
la superficie construida. En este debate se han confrontado
también las necesidades de vivienda y equipamientos
públicos con la funcionalidad y la estética
de las construcciones en altura (ver Le Monde, 17/01/03).
Desde
1977, y después de la barbarie urbanística llevada
a cabo en diversos distritos de la ciudad, el Plan de Ocupación
del Suelo redujo la altura máxima de construcción
a 25 metros y, en casos excepcionales, a 37. Sólo la
Torre Montparnasse, milesencia de la modernidad parisina,
se escapó a esta férrea norma.

El debate
de París ha puesto sobre la mesa dos visiones: una
apuesta por la construcción de rascacielos que podría
satisfacer la demanda creciente de vivienda, la otra sostiene
que, por el contrario, estos edificios no resuelven el problema
de la vivienda, dado que los costes de construcción
y mantenimiento son muy altos.
Algunos
otros elementos intervienen en el debate. Por un lado, la
necesidad de ofrecer vivienda de bajo coste a los sectores
más desfavorecidos con el objetivo de asegurar la
mixtura social en una ciudad que tiene el riesgo de convertirse
en un lujo. Por otro lado, aparecen sectores que apelan a
la necesidad de aplicar unas reglas más flexibles que
permitan la experimentación arquitectónica.
Éstos argumentan que París corre el riesgo de
"perder el tren" de la modernidad. Mientras
Berlín, Londres, Barcelona y otras ciudades se pelean
por atraer los arquitectos de moda y construir hitos en la
ciudad, París y sus agotados 105 km2 necesitarían,
según esta posición, liberar espacio a tal efecto.
El
handicap: el desarrollo de una concepción territorial
de la ciudad
El debate
de la construcción en altura pone de relieve una laguna
de la SRU y del proceso de desarrollo: la planificación
metropolitana (sobre el tema, puede consultarse el libro L'invention
politique de l'agglomération, Baraize, F., y Négrier,
E., L'Harmattan, 2001).
A pesar
de que Francia ha desarrollado potentes herramientas de gestión
de servicios intercomunales, no ha sucedido lo mismo con las
herramientas de planificación urbana. Por ello encontramos
que Paris debe estudiar sus necesidades y aportar las soluciones
a una población metropolitana de cerca de 8 millones
de habitantes, pero solo dispone de 105 km2 de espacio agotado,
el conocido como Paris intramuros, limitado por las antiguas
murallas que recorrían el actual boulevard periférico.

Una
meta: la concertación
Tal y
como establece la SRU, la concertación debe acompañar
todo el proceso de elaboración del PLUP: elaboración
del diagnóstico, diseño del proyecto de ciudad
(PADD) y la confección de los puntos esenciales que
generaran el reglamento urbanístico. La concertación
distingue los mecanismos de trabajo interinstitucional y la
participación ciudadana.
Si bien
el primer mecanismo de trabajo interinstitucional es más
conocido, la implicación popular resulta más
novedosa por dos motivos: por la amplitud del proceso en la
que interviene la participación y por tratarse del
diseño urbanístico de una de las ciudades más
grandes de Europa.
La participación
ciudadana se ha coordinado desde los 121 consejos de barrios
que creó la "Ley sobre la democracia participativa".
Cada consejo elaboró las propuestas y las prioridades
para mejorar la calidad de vida en su barrio. Entre marzo
y abril de 2003 cada distrito reunió las diferentes
propuestas elaboradas en los consejos de barrio. A partir
de ese momento, cada ayuntamiento de distrito devolvió
a los consejos de barrio las respuestas sobre las propuestas.
Entre septiembre y noviembre de 2004 se prevé la clásica
exposición pública previa a la aprobación
definitiva del PLUP por parte del Consejo de París.
JA
Josep
Alías es sociólogo y vive en Barcelona. Ver
su nota La seducción del Marais, redactada en
colaboración con Mariona Tomàs, en el número
13
de café
de las ciudades, otras notas sobre lugares como
el Randstadt holandés, Lisboa, Palermo y Dublín
en los números 1,
2,
4-5
y 7,
y Un negocio galáctico, sobre Fútbol
y Ciudad, en el número
10.
Ver
la página Web del Departamento
de Urbanismo
del Ayuntamiento de París.
Ver
el texto
completo y
comentarios
y antecedentes
de la Ley de la Solidaridad y la Renovación Urbana
(en ambos casos en francés).
Ver información sobre el GPRU
(Gran Proyecto de Renovación Urbana) en
el sitio de la Mairie de París.
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