Arquitecturizar el paisaje y naturalizar la arquitectura
Sobre la obra
de Carlos Martner.
por
Humberto Eliash Diaz
La
obra de Carlos Martner, arquitecto y paisajista chileno de 77 años,
acaba de ser recogida en un magnífico
libro editado por la Facultad de Arquitectura
y Urbanismo de la Universidad de Chile. Profesor de taller y de
paisajismo en Chile y en México, es autor de una obra sencilla,
serena y sensible que muestra, en un periodo de 30 años,
la evolución de los temas de arquitectura paisajística
que van desde las pioneras piscinas Tupahue y Antilén en
el Parque Metropolitano (en los años ´70) hasta los embalses
de agua en el desierto chileno en los ´90. Humberto Eliash, coautor
de dicho libro, ha escrito este artículo para café
de las ciudades.
Centro
cultural Anahuac en el Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile
Carlos Martner
se educó en la Universidad de Chile, entre los años
1948 y 1954, bajo los principios de la arquitectura moderna que
se habían consolidado después de la reforma de 1946.
Dicha reforma de la Facultad de Arquitectura significó la
salida de profesores y cátedras considerados "academicistas"y
de paso dejó en su generación la huella de una visión
renovada en lo temático y en lo ideológico. Sin embargo,
el aprecio por los jardines y el amor por el paisaje no vienen
tanto de una cuestión académica sino del contacto
personal con su profesor Ventura Galván (admirador de Wright
y Mies), ya que en aquellos años no estaban incorporados
a la enseñanza formal los contenidos referidos al diseño
del paisaje.
Surge, de esta
forma, un profesional atento a los problemas urbanos y consciente
de la perspectiva social de la arquitectura. La década de
1950 marca el inicio de grandes operaciones urbanas dirigidas por
el Estado así como también el comienzo de una planificación
urbana más integral, como son los Planes Intercomunales de
Santiago, Valparaíso y Concepción en los años
sesenta. En los años ´60 la arquitectura chilena producirá
tres importantes obras paradigmáticas: la Unidad Vecinal
Portales, de Valdés, Castillo, Bresciani y Huidobro; la sede
de la CEPAL en Chile, de Emilio Duhart, y la Iglesia de los Benedictinos
de los hermanos Martín y Gabriel. Luego, en los años
70, que incluyen los 1000 días de la Unidad Popular, surgen
los parques populares (Parque O´Higgins) los campamentos, la vivienda
social en altura, muchos concursos públicos, etc.

Unidad
Vecinal Portales, Iglesia de los Benedictinos y Sede de la CEPAL,
hitos de la arquitectura chilena de los ´60
En ese contexto
de los años ´60, Martner comienza su actuar profesional,
realizando sus primeros proyectos. Una de sus primeras obras es
un estudio y biblioteca para su amigo el poeta Pablo Neruda en la
casa a los pies del cerro San Cristóbal, llamada "La
Chascona". Es una obra pequeña, que sin embargo siembra,
con su geometría, con su materialidad y con su relación
con el jardín, los elementos fundantes de su obra madura.
Esa obra inspiró en Neruda el poema "Para
que traigan madera del sur" (de
1958, incluido en las Obras completas de Pablo Neruda).

Casa
de Pablo Neruda a los pies del Cerro San Cristóbal, en Santiago
En 1964 comienza
el proyecto de la Piscina Tupahue en el Cerro San Cristóbal,
hoy Parque Metropolitano de Santiago. Una intervención que
convirtió una vieja cantera en una obra plena de atributos
arquitectónicos, paisajísticos y también artísticos.
El magnífico mural que preside el espacio fue diseñado
por el mexicano Juan O Gorman y realizado por María Martner.

Piscina
Tupahue en el Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile
Casi diez años
después realiza en otra cumbre del mismo cerro-parque una
nueva piscina, "Antilén", convirtiendo una meseta
seca en un generoso oasis y un privilegiado mirador del valle.
Los muros de piedra, formando terrazas verdes hasta llegar al plano
de agua, aluden a las construcciones precolombinas.

Piscina
Antilén en el Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile
En la ciudad
de Chillán, 500 kilómetros al sur de Santiago (cuna
de Bernardo O`Higgins, prócer de la Independencia de Chile),
realiza en 1968 un parque urbano que lo conmemora. Se trata de un
gran plano duro que remata en un mural de piedra que se "duplica"
en un espejo de agua. Su entorno está poblado de planos vegetales
a distinto nivel que contienen árboles nativos e importados.
Después
de permanecer 15 años exiliado en México tras el golpe
militar que derrocó al presidente Salvador Allende, regresa
a Chile. Entonces realiza los Parques Violeta Parra y Mapocho Poniente
para el programa de parques urbanos del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo en la ciudad de Santiago. También realiza la coronación
de dos embalses de agua en el desértico norte de Chile donde
se enfrenta airosamente al desafío de hacer paisajismo
sin vegetación.

Embalse Puclaro - Parque Violeta Parra
Martner es dueño
de una visión transversal y universal, propia de la
formación de aquella época (bastante diferente a la
formación reduccionista de los años posteriores),con
lo cual estructura un pensamiento integral donde concurren las preocupaciones
por la ciudad, la arquitectura y el medio ambiente. De ahí
surgen dos estrategias proyectuales que lo acompañarán
siempre en todos sus diseños: naturalizar la arquitectura
y arquitecturizar el paisaje.
- naturalizar
la arquitectura: se trata de incorporar las variables geográficas
y del clima, y de trabajar con los materiales que ofrece
el lugar, haciendo de la "integración con el lugar"
no una metáfora sino una realidad tangible. Los mejores
ejemplos son los parques urbanos y las piscinas del cerro San
Cristóbal. En ellas, la arquitectura aparece y desaparece
en función de un proyecto mayor que es la construcción
de un trozo de paisaje. En esta visión está presente
el organicismo de Wright, Aalto, y la primera etapa de Niemeyer.
Aquí no trata de imponer una naturaleza abstracta o idealizada,
sino de armonizarla con una arquitectura concreta y real.
- arquitecturizar
el paisaje: complementariamente a la estrategia anterior, su mano
sensible busca dotar de atributos arquitectónicos a
todo lugar donde prime la fuerza de la naturaleza. Es el caso
de los embalses Puclaro y Santa Juana, donde sus intervenciones
aspiran a marcar la presencia del hombre a través de alusiones
precolombinas o elementos que enmarcan el paisaje. También
ocurre en el elemento central de la piscina Antilén, en
las escalinatas de la piscina Tupahue o en los muros laterales
del monumento a Bernardo O’ Higgins en Chillán.

Embalse
Santa Juana, Vallenar
Siguiendo la huella de los paisajes creados por Burle Marx o Barragán,
su posición es la creación de entornos absolutamente
culturales, donde la mano del hombre denota una intención
manifiesta que no admite copia o imitación de la naturaleza.
Es también una alusión a los grafismos precolombinos
que marcan la presencia humana como una forma de delimitar el vasto
territorio americano.
Su lenguaje
formal ha tenido una evolución cíclica. Comenzó
ligado a las composiciones más ortodoxas de la modernidad
de los años ´50 y ´60, lo que rindió sus mejores resultados
en sus obras de los años ´60 y ´70. Luego se dejó
influir por el postmodernismo en los años ´80, a través
de composiciones simétricas y referencias históricas.
En México
vivió experiencias que lo marcaron en sus modos proyectuales.
Por una parte le tocó vivir el postmodernismo, que si bien
en México no tuvo la fuerza que tuvo en Chile o en Brasil,
igual dejó sus huellas. Simultáneamente recibía
las vibraciones de Barragán y de toda la tradición
mexicana precolombina. Aunque vivió intensamente su experiencia
en ese país, adoptando incluso técnicas constructivas
desconocidas en Chile, su mente y su sensibilidad siempre estuvieron
conectadas con el paisaje chileno. La conocida frase de Borges,
diciendo que "los años que he vivido en Europa son
ilusorios: yo estaba siempre en Buenos Aires... " es aplicable
a Martner: los 15 años que vivió en México
fueron ilusorios, siempre vivió en Chile.
En los años
´90 regresa a los temas y composiciones modernas, aunque permanece
la incorporación de alusiones al pasado a través de
elementos de la figuración precolombina, tanto de origen
mapuche (Parque Violeta Parra, Mapocho Poniente) como incásico
(Embalse Puclaro). Martner coincide con el arquitecto y paisajista
mexicano Mario Schjetnan cuando éste señala: "
Pienso que en las buenas obras del paisaje los conceptos deben estar
desde el inicio como una semilla. La arquitectura del paisaje debe
ser una oportunidad funcional para la incorporación de nuevas
tecnologías, si no terminaría siendo meramente decorativa"
(entrevista en el diario El Mercurio, 3 de noviembre de 2002).
En sus obras,
así como en las de este mexicano contemporáneo suyo,
el tiempo fluye de forma que las obras van creciendo y evolucionando
como si fueran un ser vivo. ¡Qué diferencia con muchas
obras de arquitectura contemporáneas, que sólo brillan
cuando se las inaugura, y luego empiezan su decadencia!
Es posible que
el equilibrio que surge de estas obras sea fruto de esta sofisticada
combinación de estrategias proyectuales, pero es también
posible que sea el fruto de una persistente labor que combina, sabiamente,
el oficio del arquitecto con el oficio del pintor que practica en
forma paralela a su oficio de arquitecto y profesor.

Piscina
Tupahue en el Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile
Piscina
Antilén en el Cerro San Cristóbal, Santiago de Chile
El arquitecto
mexicano Carlos González Lobo ha llamado a Martner "solitario
humanizador de naturalezas" y lo destaca a nivel
latinoamericano como " un constructor de ámbitos
de habitabilidad amable y generosa, sobria y magnífica como
ejemplo de un modo chileno de ser y hacer ciudad... ".
HED
Humberto
Eliash es arquitecto y chileno, con oficina profesional de arquitectura
y urbanismo en Santiago, y es catedrático de la Universidad
de Chile y de la Universidad del Desarrollo. Su obra fue seleccionada
por el Ministerio de Relaciones Exteriores, junto a otros 6 arquitectos,
para representar a Chile en la pasada Bienal
de Venecia.
Ha publicado cinco libros sobre arquitectura moderna en Chile. Ver
su nota "La forma sigue a la gestión" en el número
13
de
café
de las ciudades.
"Carlos
Martner, arquitectura y paisaje", de Humberto Eliash y
Miguel Laborde, fue publicado por la Editorial
de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de
Chile
(Santiago, 2003), y se puede encargar a la casilla de correo electrónico
extfaugt@uchile.cl
Ver
la página WEB de la Facultad
de Arquitectura y Urbanismo de
la Universidad de Chile.
La
página WEB del Premio Pritzker de Arquitectura contiene información
sobre la obra del mexicano
Luis
Barragán.
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