Los
lectores/as enviaron estos mensajes a cartas@cafedelasciudades.com.ar
(los
mensajes para la columna de Mario L. Tercco se envían
desde Terquedades)
Yo
creo… que es peligroso

Yo
creo que es peligroso invocar a Dios con motivos terrenales
(incluso los católicos lo sabrán bien, por aquello de
no usar el nombre de Dios en vano).
Yo
creo que la política sin argumentos y solo basada en
imágenes es pobre.
Yo
creo que si todos dicen creer en nosotros, para acariciarnos
el ego; algo en nosotros anda mal para que se explote
tal necesidad (pareciera que queremos confirmar "Qué
grossos somos").
Yo
creo que estamos viviendo un momento económico y político
que requiere más de nosotros como ciudadanos.
Mientras
llenamos de comentarios la web por los detenidos en
Chile no damos trascendencia a 4 muertos en Jujuy, y
pensamos que la movilización en Chile interpela su modelo
y las muertes en Jujuy no interpelan el nuestro.
Yo
creo que es peligroso el doble rasero.
Yo
creo que el tipo de relación entre oficialismo y oposición
es más representativo de lo que creemos, respecto de
nuestro modo de vincularnos.
Yo
creo que es difícil contribuir si la disidencia es asimilada
a la traición.
Sin
embargo creo que si no renunciamos al aprendizaje, algo
bueno puede salir de todo este proceso.
Fabio Quetglas, Buenos Aires
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El
otrora “progresista” diario El País dedica su nota
editorial del pasado 29 de agosto a la iniciativa
de un referéndum sobre la propuesta de reforma del artículo
135 de la Constitución española, centrada en la obligatoriedad
del equilibrio fiscal. El texto reproduce en solo un
par de frases la quintaesencia del pensamiento único
latinoamericano de los ’90. “Si llegase a celebrarse” -con el despliegue y el gasto
correspondiente- la participación sería probablemente
muy escasa, lo que añadiría incertidumbre al desenlace.
Pero ¿cómo evitar que la mera posibilidad de su celebración
sea considerada por esos mercados tan sensibles a lo
imprevisto un factor añadido de riesgo que penalice
nuestra deuda soberana?”
Para
El País, la política (el “ruido político”) es un gasto,
una pérdida de tiempo. La opinión ciudadana, un peligro.
El mercado ya no es el de la economía política, donde
una cantidad tendencialmente infinita de consumidores
perfectamente informados elegían los productos ofrecidos
por infinitos mercaderes en libre concurrencia. Ahora
son una especie de divinidad o puta histérica, a la
que conviene no enojar para no exponerse a su furia,
a sus plagas o a sus arañazos. Resulta curioso que un
diario de llegada masiva considere un peligro a la misma
opinión pública en la que se basa su rol social y su
prestigio. Salvo que por opinión pública no se considere
a la suma de las opiniones de una sociedad, sino una
abstracción moldeada por quienes dicen interpretarla.
Cruzando
el Atlántico, también abundan las curiosidades mediáticas.
El otrora “contestatario” Pagina 12 publica el pasado
2 de septiembre una nota de opinión del sacerdote católico
Eduardo de la Serna, con el lacónico titulo de
¿Quién?
Con el solo fundamento del olfato que le daría
su otra ocupación, la militancia política, el curita
se permite deducir la participación de un ex presidente
y actual candidato con baja intención de voto (devaluado, por cierto) en la urdimbre de un
espantoso crimen, aunque por las dudas no menciona ni
el caso ni el candidato (solo su antiguo oficio de bañero
y su poco ecológico hobby de pescar tiburones). No hay
sujeto, no hay argumentos, no hay datos: cualquier editor
de revista parroquial sabría que en estos casos, no
hay nota. El buen oficio periodístico hubiera aconsejado
desechar su publicación.
Carmelo
Ricot, Buenos Aires
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Tres
agujas (respuesta a la Terquedad
Ricotista)
Los
barcos viajan de país en país,
la luna no siempre es la misma.
Y vos te vas a ir, sola en tu habitación.
Tu mamá, se fue a Marruecos sin alhajas.
Es
algo así como cansarse de todo,
todo sigue dando vueltas.
Estoy abriéndome, estoy cansándome.
Mi nación, no tiene cruces ni banderas.
No
es que no te creas que las cosas han cambiado un poco.
Es mi corazón quien decide entre el mar y la arena.
Necesito verte antes que sea demasiado tarde.
Casi son las tres, tres agujas tengo en la cabeza.
No,
creo que nunca es tarde
una válvula de escape
se transforma en un acorde.
No, es que ya no quiero más nadar en piletas.
Están
partiendo el mundo por la mitad,
están quemándose las velas.
Están usándome, están riéndose.
Y mi canción, es un antídoto del diablo.
No
es que no te creas que las cosas han cambiado un poco.
Es mi corazón quien decide entre el mar y la arena.
Necesito verte antes que sea demasiado tarde.
Casi son las tres, tres agujas tengo en la cabeza.
Una
cuerda es una bala,
el amor un ejercicio.
Una iglesia es como un circo.
No es que yo no quiero más nadar en piletas.
Noooo
Quiero
vivir aquí, mas quiero cambiar
Cambiar para sentirme vivo.
Y te daré una flor, antes que un Decadron.
Oh mi amor, estoy tranquilo, pero herido.
OK
con C. Ricot y su sapiencia urbana, OK con su pretensión
de ser agudo (según la RAE en su 2ª y 3ª acepción:
Sutil, Perspicaz, Vivo, Gracioso y Oportuno) en su análisis
sobre el comportamiento del electorado capitalino en
particular y del país en general (por lo pronto, original
no me parece, interesante tampoco y por ende lejos de
un divertimento) y OK también, con sus otras diversas, variadas
y seguramente lúcidas terquedades.
Ahora
bien, sería buenísimo entonces, que se circunscriba
a eso o en su defecto a opinar sobre el chocolate,
que junto con el reloj cucú, el abuelito de Heidi
y Guillermo Tell (personaje cuya real existencia
está en duda) fue de lo más destacado que aportaron
los suizos a la historia de la humanidad y su cultura
(lo del neutralismo a ultranza con fines abyectamente
financieros lo dejamos para otra oportunidad) y
que no malgaste su tiempo, interrumpiendo su trabajo
cotidiano para opinar sobre poesía y música popular,
porque por más diletante que se o lo considere, se pone,
a mi gusto por cierto, patéticamente intelectualoide.
By
the way (y no creo alardear de cosmopolita al usar
esta expresión) lo de Fito me pareció un absoluto
exabrupto, y también me enteré de sus declaraciones
por charlas, comentarios y "sub lecturas"
(me encantaría saber a qué se refiere este personaje
con esto), pero cuando vi la lista y la categoría de
aquellos que lo acusaron de fascista, me convencí
rápidamente de cuál era el lado donde debía estar,
más allá del error cometido por el cantautor de marras,
que es probable que no sea Baudelaire, Rilke, Whitman
o Borges, pero que sin dudas es uno de los
más importantes artistas populares de nuestra historia
cultural, mucho más rica por cierto que la Suiza.
Pasarán
los años y millones de nosotros y otros tantos
latinoamericanos recordaremos y tararearemos alguna
canción de Páez. Dudo que alguien, salvo algún allegado,
ocasional lector, circunstancial colaborador, fortuito
contertulio y/o familiar cercano recuerde
a Carmelo Ricot, alias "El Suizo".
Daniel
Agosti, Buenos Aires
PD: El
chocolate belga es mejor que el suizo.
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Simplemente
quería comentarles cuanto me han servido vuestras publicaciones;
es una revista sumamente interesante e instructiva.
Soy trabajadora social y estoy trabajando en una consultora
ambiental, en la elaboración de los diagnósticos y planes
de acción desde lo social, dentro del Plan de Ordenamiento
Territorial, en algunos asentamientos informales de
esta provincia. Navegando en internet llegue hasta vuestra
web y desde ese momento no dejo de leer las publicaciones,
y toda la información que brindan. ¡Muchas gracias!
Lic. Natalia E. Blotta, Neuquen
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Estamos
indignados porque la administración macrista presento
en la Legislatura de la Ciudad un proyecto de “normas
especiales” para la realización de un shopping
de 40 metros de altura en Avellaneda al 1500
(Proyecto
1604-J-11), sin consultar ni tener en cuenta
a los vecinos ni a sus organizaciones. Se trata del
mismo proyecto sepultado en la última sesión legislativa
del 03/12/2009, donde decenas de vecinos presentes junto
a miembros de la CAME (Cámara de la Mediana Empresa)
reclamamos que fuera retirado de la sesión por los innumerables
perjuicios que el mismo traería al barrio.
Desde
Proto Comuna Caballito nos oponemos a la sanción de
este proyecto y consideramos que por sus dimensiones
podría ocasionar importantes daños a la infraestructura
de servicios y de transito de Caballito. Como también
a la calidad de vida de sus habitantes. Y la destrucción
del comercio minorista a cielo abierto, que en muchos
casos son familias de vecinos que han invertido por
generaciones sosteniéndolos.
Por
eso solicitamos al Ejecutivo de la Ciudad
la realización de un Estudio de Impacto Ambiental
(EIA) objetivo e imparcial. Entendemos que por lo establecido
en la Constitución de la Ciudad este EIA debe ser realizado
por la máxima autoridad vinculada a estas temáticas
de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Asimismo
solicitamos a la Legislatura de la Ciudad que no de
tratamiento legislativo del proyecto de rezonificacion
hasta que esté incluido en el expediente dicho EIA.
Estamos
indignados porque consideramos que a escasos 3 meses
de la puesta en marcha del régimen de Comunas, principal
herramienta de descentralización y participación ciudadana
establecida por nuestra Constitución, es menester que
una decisión de planeamiento urbano con tantas implicancias
sea presentada en el Consejo Consultivo Comunal a los
efectos de ser discutido por la ciudadanía. Y que sea
en ese marco institucional donde los vecinos podamos
hacer oír nuestras posiciones.
Por
último, le solicitamos tanto al Ejecutivo como a la
Legislatura de la Ciudad que tomen todas las medidas
necesarias para la pronta sanción del proyecto del Parque del
Bicentenario (652-D-2010).
Proto Comuna Caballito, Buenos Aires
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Agradecemos
los mensajes y el aliento de Daniel Barotto, Fabio Márquez, Adriana
Menéndez, Brian Thomson, Pablo Trivelli y a todos los
suscriptos en el mes de agosto.
Con
especial agradecimiento a Myriam Gomez Astudillo