
A medida
que nos acercamos al final de la década del
futuro, los primeros diez años del siglo XXI,
el momento cuando esperábamos que las cosas estarían
bien, llegamos a aquel lugar cuando es útil reflexionar
sobre los avances que tuvieron lugar con respecto al derecho
a la vivienda y los desafíos que continúan.
Durante
la última década, se implementó legislación
nueva y existente sobre temas habitacionales en cada país
de América Latina y miles de individuos se beneficiaron
con renovados planes habitacionales. Sin
embargo, a diez años del comienzo del mileno, cientos
de miles de Latinoamericanos todavía viven sin un
lugar al que llamar hogar o están forzados a vivir
en áreas que no cuentan con los servicios más
básicos.
Pero
la pregunta hoy es: ¿dónde estaremos en diez
años?
El último
boletín de COHRE del año y de la década
se enfoca exactamente en eso y contamos con algunos
de los
expertos más reconocidos de la región en temas
de vivienda explorando las tendencias actuales y futuras.
El abogado
y experto en temas de vivienda, Alejandro Florian Borbon,
habló con COHRE sobre los avances y desafíos
pasados y actuales en la mayoría de los países
de América Latina.
En
la entrevista, Florian Borbon analiza si el reciente vuelco
hacia la izquierda en la region ha tenido algun impacto
en la posibilidad de los latinoamericanos de disfrutar de
su derecho
a la vivienda y habla particularmente sobre
los casos de Brasil y Colombia como las dos caras de la
moneda habitacional.
En su
artículo, la planificadora urbana y arquitecta Graciela
Marini presenta la ciudad del futuro. Un gran conglomerado
de edificios y áreas privadas, con una creciente
población migrante y donde aquellos con menos recursos
se convierten en desplazados sociales o exiliados
urbanos.
Ellos,
dice Marini, no tendrán acceso a un hogar ni a servicios
y serán rechazados aun de asentamientos irregulares,
usualmente controlados por otros grupos.
Entre
ellos, mujeres y niños han sido y serán
particularmente afectados por problemas relacionados
a la falta de vivienda.
En su
nota, Laura Gil y de Anso y Julia Ramos, investigadoras
de la Universidad de Buenos Aires, dicen que aun cuando
la mayor parte de los países de la región
han progresado en términos de derechos de las mujeres,
las diferencias persisten.
Gobiernos
en Argentina, México, Perú y Chile y muchos
otros han, hasta ahora, enfocado sus políticas en
la construcción de casas en grandes números,
sin considerar necesariamente las necesidades particulares
de los que viven en ellas, incluyendo a las mujeres. No
han tomado en consideración, por ejemplo, las necesidades
particulares de las mujeres en lo que respecta a la seguridad
y ubicación de las casas.
Pero
tal vez la mayor tendencia futura que hemos visto en la
última década es el nuevo uso que los gobiernos
y compañías privadas han dado a tierras que
anteriormente había sido utilizada para la construcción
de casas y producción de alimentos.
Tal
como explica la abogada e investigadora colombiana Margarita
Flores, la tendencia de acaparamiento de tierras que hemos
visto en la mayor parte de América de Sur parece
responder a la necesidad de producir mayores cantidades
de
cultivos para alimentos y biocombustibles.
Pero
la producción de cultivos para responder a una necesidad
medioambiental también parece estar teniendo un impacto
en los ecosistemas locales incluyendo la disponibilidad
de agua potable y tierra para viviendas.
2011
marca el final de una década que ha visto una resultado
mixto en cuanto al derecho a la vivienda.
Es imposible
predecir lo que pasara en el futuro pero lo que es seguro
es que miles de Latinoamericanos continuarán trabajando
para que la próxima, sea una década de buenas
noticias.
Josefina
Salomón
Leer
boletín completo >