La ciudad vencerá
Diez apuntes
sobre el espacio contemporáneo.
Por
Carmelo Ricot

1- El espacio
se percibe en los modos más diversos, como el lector podrá
apreciar en su experiencia cotidiana y en diversas lecturas*, pero
a nuestros fines, y en nuestra época, el espacio se percibe
básicamente en tres formas:
- Con los sentidos,
pero no únicamente con la vista, y en cuanto a ésta
no, por cierto, en perspectiva, sino mediante infinitas
variaciones del campo visual (incluida, en algunos casos, la perspectiva).
- Con la
memoria, real o inducida, personal o colectiva.
- Con la
información que nos llega en textos e hipertextos,
diálogos personales e impersonales, tecnologías
de la información y la comunicación, catálogos,
ideología, etc.
* Ver al
respecto Platón, Kant, McLuhan, Giedion, etc.
2- El espacio
contemporáneo es falsamente continuo y precariamente articulado.
El espacio arquitectónico abandona el ideal neo-humanista
de protección al observador por cierre y definición
de sus límites, y tiende en cambio en sus espacios internos
a la transparencia y la amplitud; el cine refleja esa tendencia
cuando imagina espacios futuros (ver al respecto bodrios como Inteligencia
Artificial). En cambio el espacio urbano y el territorio son
cada vez más compartimentados y tienden a su división
en ámbitos discretos. Las mismas ideas del marketing personalizado
y de las comunidades de intereses específicos usan el concepto
de "nicho" de mercado, así como la ciencia ambiental
habla de nichos ecológicos.
3- Más
que un continuo espacio temporal, el territorio contemporáneo
semeja un espacio de montaje cinematográfico. Algo
semejante a lo que descubría Buster Keaton en Sherlock
Jr. al entrar en la pantalla y sufrir, desde su antropocentrismo
cuestionado, el cambio de una escena a otra (de la amenaza de un
león a la caída por una catarata o el peligro de un
tren). El espacio de montaje sustituye a su vez al tiempo, ya agredido
desde la medicina y la cosmética. Ver al respecto la literatura
de Michel Houellebecq.

4- Podemos inferir
entonces la coexistencia en un mismo territorio de varias ciudades
que pueden o no complementarse, relacionarse, aceptarse o tolerarse
entre sí:
- La ciudad
mundial, donde una numerosa y creciente (pero minoritaria) porción
de la población, vive, comercia, se recrea, se conoce y
se ama o se destruye. Su comunicación se da on line
y en tiempo real, por celular o teléfono, por avión
o por auto. Esta ciudad abarca todo el planeta, o por lo menos
aquellos puntos donde es posible acceder por avión, alojarse
con un standard de comodidades y comunicarse. Los habitantes de
esta ciudad mundial pueden leer el diario del día de su
lugar de origen, intercambiar mensajes eróticos con su
pareja, ver el partido de su equipo favorito, enviar un trabajo
práctico a su universidad, etc., a miles de kilómetros
de distancia de su domicilio físico: en definitiva, llevan
su cultura consigo a cualquier lugar del mundo.
- La metrópolis,
donde a través del auto o del transporte público,
del teléfono o el celular, se desarrollan los trabajos
inherentes a la base local de la economía, y donde se realiza
la reproducción de la fuerza de trabajo.
- El barrio
donde el ciudadano duerme, envía a sus niños al
colegio y hace sus compras cotidianas y, en algunos casos, se
identifica social y culturalmente.
- La ciudad
marginal donde los excluidos, a pie, en bicicleta o en carretas,
realizan las actividades vinculadas a su subsistencia cotidiana.
Buena parte de esta ciudad marginal está constituida por
inmigrantes de otras regiones o de países limítrofes.
A diferencia de los habitantes de la ciudad mundial, estos ciudadanos
quedan a priori aislados de su cultura de origen, la que deben
reconstruir o abandonar en su nueva localización.
- La ciudad
simbólica, del imaginario colectivo, con sus monumentos,
ejes y nodos significativos.
Como en ninguna
otra época de la historia, estas ciudades y muchas otras
conviven en el mismo territorio y compiten o se alían entre
sí por su dominio y su hegemonía.
5- Como se sabe,
estas ciudades no se despliegan sobre el territorio de acuerdo a
radios de acción o a grados de segregación crecientes
o decrecientes, sino en la ominosa forma del patchwork.
La autopista que atraviesa áreas hostiles entre puntos de
confort es una rémora del espacio continuo: el helicóptero
o el modo de transporte que lo suceda se adecua más al modelo
de montaje y por eso, más allá de la seguridad o la
evolución, sería hegemónico de continuar estas
tendencias.
6- Las ciudades
tienen ámbitos históricos (reales o producidos,
pero que en casi todos los casos hoy en día están
entregados al turismo global); ámbitos franquiciados,
subsidiarios y complementarios de los anteriores; ámbitos
abandonados o en recuperación, en transición o definidos.
¿Cómo otorgarle cualidad a estos espacios? En un incipiente
fascismo empresarial, un ejercito de creativos se encarga de procesar
experiencias y sensaciones y volcarlas en los espacios del consumo:
consumo de productos, de servicios, de intangibles. Ver al respecto
el cine de Farocki sobre los creadores de espacios comerciales.
7- En este catálogo
espacial, el rebelde y el sibarita comparten la necesidad de
mudar continuamente de espacio. Se producen (pocos), o se redescubren
(con más frecuencia) o descubren (no pocas veces) espacios
atractivos*; al tiempo la noticia se expande y esos espacios de
huida se llenan de turistas, productores televisivos y periodistas,
y es preciso abandonarlos en procura de otros (Venturi y Scott Brown
han hablado de los artistas como scouts urbanos, pero habría
que pensar en otra figura, que considere la llegada y la huida:
más que el niño scout, el niño rebelde
que escapa de las visitas molestas). Los mejores espacios a estos
efectos son los que presentan ambigüedad de usos, capacidad
de metamorfosearse, mezclas étnicas, clasistas y culturales
* Otra variante:
los espacios que se "construyen" (se interpretan) como
atractivos.
8- ¡Ojo con
el SoHo! El barrio neoyorquino es ejemplo de este ciclo de abandono
urbano recuperación por artistas scouts
ingreso al circuito boom inmobiliario expulsión
de pobres y artistas banalización. Buenos Aires tiene
su Palermo SoHo y
ahora hasta su Lomas SoHo, pero también Beijing tiene su
Ciudad SoHo, un barrio de apartamentos para yuppies pensado
como una ciudad de relajación, una ciudad lúdica y
del ocio "que habla de libertad y de individualismo y donde
todo puede cambiar en cualquier momento". Existe incluso un
proyecto de investigación de la Universidad de Hong Kong,
llamado Asian Cities of SoHo, que procura la discusión
global sobre las elecciones y preferencias de la gente para habitar
e interactuar.

9- En los espacios
globalizados de la banalización y la franquicia, aun es posible
acceder a experiencias urbanas de cierta dignidad mediante mecanismos
de mimetización transitoria. El urbano insatisfecho puede
simular su alienación por unas horas y procesar la experiencia
con fines de indagación estética, investigación
aplicada o mero goce sensorial. También es posible una apropiación
productiva de esos espacios: vendedores ilegales, cazadores de imágenes
y sonidos, militantes, trabajadores corporales, etc. Camaleones
y parásitos que aprovechan la confusión y recuperan
la experiencia real de la ciudad, siempre conflictiva, siempre imprevisible.
10- En estos
años se pondrá a prueba la capacidad de la ciudad
para eludir la falsificación de la historia y la extensión
de la franquicia. Sobre las ruinas del junk space se alzará
una comunidad espontánea de insatisfechos, squatters,
dandies, ciberadictos, beatniks, cartoneros. En las urbanizaciones
artificiales de la periferia crecerán generaciones endogámicas
de inadaptados que sucumbirán al contacto con el mundo exterior.
Debiéramos alentar su miedo a la ciudad, para que su derrota
sea más rápida e indolora. ¡Vencerá la ciudad!
CR

Esta
nota es (según Ricot) la continuación natural del
comentario al libro Crisis
de las matrices espaciales, de Fabio Duarte, publicado
en el número 28 de café
de las ciudades.
Sobre
Palermo SoHo, ver en el número 28 de café
de las ciudades la nota La
preocupante boludización de Palermo Viejo, también
de Carmelo Ricot, de quien también puede verse su Proyecto
Mitzuoda (en colaboración con Verónica
Ruiz). En cualquiera de esas notas es posible encontrar los datos
personales de Ricot.
Sobre
Michel
Houellebecq, ver su sitio en la Web.
Sería
cansador transcribir la gran cantidad de notas de café
de las ciudades donde se abordan temas considerados en
esta nota. El lector interesado puede buscarlas
en el índice de la revista.
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